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El control total de José Mourinho en el Chelsea muta en una debilidad

¿En qué momento un "bache" se convierte en una crisis?

El lenguaje en el fútbol vive en su propia burbuja, por lo que, obviamente, si un gran equipo pierde unos cuantos partidos que esperaban ganar, no es una crisis en el sentido tradicional. Sin embargo, si existe algo parecido a una crisis en el futbol, Chelsea se encuentra muy cerca de estar atravesando una, e incluso mucho peor, podrían estar en medio de una.

Incluso los defensores más acérrimos de José Mourinho y sus creyentes más fervientes en sus "juegos mentales" podrían no entender su explicación de siete minutos después de que el Chelsea sufriera su cuarta derrota de la temporada, al caer por marcador de 3-1 ante Southampton el sábado. Dependiendo de su punto de vista, parecía un hombre rogando por su trabajo o pidiendo que lo despidieran, pero pocos piensan que esa era una buena idea.

Chelsea está ahora en una posición muy diferente, porque usualmente están en los primeros y excesivamente confiados, pero es poco probable que ganen el título, y quedar dentro de los cuatro primeros lugares sería su objetivo más realista para la actual temporada, aunque incluso ese objetivo será complicado de lograr.

En su mejor cara, el Chelsea de Mourinho es despiadado, eficiente y logra que su equipo gane con brutalidad despiadada. Sus jugadores están tan bien organizados, que podría llamarse a si mismo Sargento, dando órdenes a los que tiene bajo su cargo.

Más temprano ese mismo sábado, el Manchester City le propinó una goleada al Newcastle por marcador de 6-1. La estrella del partido fue, por supuesto, Sergio Agüero, pero con ayuda muy significativa de Kevin De Bruyne. El domingo, Romelu Lukaku, marcó su quinto gol de la temporada con el Everton, haciendo que su equipo ganara un punto en el derbi de Merseyside. En Italia, Juan Cuadrado y Mohamed Salah cosecharon victorias para la Juventus y Roma, respectivamente.

Estos jugadores se han vendido o han sido prestados por Mourinho (un par de ellos fueron comprados por él) debido a que, por diversas razones, no "compran" su manera de hacer las cosas. Es cierto, De Bruyne ha mostrado destellos de por qué Mourinho no estaba tan decidido, trabajo defensivo y regresar a recuperar el esférico no son precisamente su fuerte, y él es un jugador que el portugués señaló que "no estaba listo para competir" en su estadía por Stamford Bridge. Del mismo modo, Mourinho dijo de Lukaku, el año pasado, que "en su mentalidad y su enfoque, no estaba muy motivado para convertirse en un jugador competitivo en el Chelsea."

Hay otras razones para la venta de jugadores, por supuesto. La principal de Mourinho es que si no están contentos por no empezar con el equipo cada semana, cambiarlos de equipos es perfectamente entendible, sobre todo cuando se tiene en cuenta el dinero que recibió Chelsea por sus traspasos.

Pero dada la velocidad de la que Mourinho se deshizo de dos hombres, era bastante obvio que no iba a llorar hasta dormirse por la idea de estar sin ellos, ya que no se ajustaban a su plan. Lukaku, De Bruyne, Cuadrado y Salah, todos son como un "comodín" en su juego, la impredecible naturaleza en la que Mourinho no parece confiar. Su juego se trata de tener el control - nos atrevemos a decir que: precaución. Se nutre de ser capaz de predecir lo que va a ocurrir durante un partido y por lo tanto ser capaz de gestionar todos los elementos de la misma.

Es una política comprensible y que claramente le ha servido a Mourinho muy bien, pero el problema es que una vez que un equipo se convierte en un club predecible, que es más fácil de jugar, lo que podría ser una parte de la explicación de por qué Mourinho parece durar sólo tres años donde quiera que vaya. Igualmente, cuando el plan sale mal, los jugadores no saben qué hacer a partir de ahí.

A veces un momento de inspiración, algo fuera de lo común, se requiere para sacar a un equipo de problemas, y cuando sus jugadores son llevados de manera exigente a seguir el plan y hacer exactamente lo que el entrenador les ordena a hacer, esa "espontaneidad" es más difícil de conseguir. Incluso los jugadores más creativos de la plantilla del Chelsea (Eden Hazard, Oscar, Cesc Fábregas) han sido entrenados para hacer las cosas a la manera de Mourinho, en especial, trabajar duro y dar prioridad al resultado sin arriesgar.

La defensa del Chelsea ha sido su principal problema en esta temporada, pero no es como si tuvieran un ataque prolífico y creativo que los está sacando de problemas. Han marcado 12 goles en la liga, pero no muchos han venido de esos movimientos que fluyen libremente y que meten en problemas a las defensas rivales. Su máximo goleador (con dos) es Willian, y sus dos anotaciones vinieron en tiros libres. Hay una escasez de creatividad en el equipo de Chelsea, que podría no ser una gran sorpresa dado el enfoque de su entrenador esta temporada o mirando a los jugadores que ha dejado ir.

Cuando el Chelsea está perdiendo, la respuesta de Mourinho es meter la mayor cantidad de delanteros al campo e incluso en ocasiones enviando a un defensa central al ataque por si hay suerte, esperando que entre más jugadores al ataque, puedan resolver las cosas. Y en varias ocasiones ha funcionado.

Pero hay otra forma de cambiar el ritmo de un juego: algo de estilo, algo de ser impredecibles, algo de ritmo, algo diferente. Estos son el tipo de cosas que Bruyne, Lukaku, Salah y Cuadrado e incluso Victor Moses, que ha dado a West Ham mucha chispa, en este sentido pudieran proporcionar, y si Mourinho hubiera sido capaz de mantener a dos o uno, o al menos persistir con ellos un poco más, entonces tendría algunas opciones más en su equipo de las que actualmente tiene.

Es muy fácil señalar a los jugadores cuando no lo hacen bien, mientras que el equipo de Mourinho está luchando y decir esto prueba que estaba equivocado por desprenderse de ellos. Esto no quiere decir que si Chelsea hubiera mantenido a Mohamed Salah en su plantilla, entonces no tendrían problemas.

Tal vez se había equivocado en vender más o menos rápidamente o prestar estos jugadores; tal vez no. Pero es una señal de la mentalidad de Mourinho y la insistencia absoluta hizo que sus jugadores cayeran en esta línea, por lo que a menudo es considerado como una de sus grandes fortalezas, es una debilidad también.