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Estados Unidos, sin complejos ante mayoría de aficionados mexicanos

LOS ÁNGELES -- En la selección de Estados Unidos respiran a ritmo pausado y con tranquilidad. Hay poca presión en los dos primeros días de preparación de cara al partido del próximo sábado ante México.

Tienen entre ceja y ceja lograr la victoria para clasificar a la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la revancha del partido en el Rose Bowl de 2011 y darle una alegría a la minoría de estadounidenses que acudirán al histórico estadio.

El representativo es consciente de que tendrá un respaldo más reducido que el Tri. Sólo hay que ver los pocos medios estadounidenses que están cubriendo las primeras prácticas de la selección de las barras y las estrellas en la Universidad de Irvine, California. Si hay una veintena de periodistas, sólo cuatro son nativos en inglés. No hay interés en los medios y eso no ayuda a que le pique la curiosidad a los aficionados.

“Es algo a lo que estamos acostumbrados. Hace que el reto sea único para nosotros, pero es algo que aceptamos”, afirmó Michael Bradley. “Sabemos que el sábado habrá unos cuantos mexicanos más que estadounidenses. Nuestros fans nos apoyan, no importa contra quién juguemos. De nuestro lado no hay ninguna preocupación”, esgrimió el centrocampista.

El lleno absoluto está garantizado en el Rose Bowl. Si se repite la historia en el graderío que se vivió en 2011, el verde predominará sobre el blanco o el azul estadounidense.

“Uno puede tratar de controlar los tickets, pero al final en California sabemos que hay mucho mexicano, mucho hispano y que siempre va a influir el público. A nosotros no nos importa jugar en un estadio como el Rose Bowl con 90 mil personas. Queremos jugar en la Confederaciones eso está claro”, señaló alegando a sus ganas de alcanzar la victoria.

Otros jugadores, en cambio, se muestran confiados en que la cifra de estadounidenses que ocuparán las tribunas será muy elevada.

“La gente mexicana suele ir más al estadio, pero creo que esta vez nos van a apoyar más aficionados de Estados Unidos. Creo que va a haber mucha afición dividida con la bandera verde y blanca, es lo bonito de Estados Unidos”, comentó un Ventura Alvarado que declaró no arrepentirse de la decisión de representar al USMNT.

Kyle Beckerman fue todavía más positivo.

“Los estadios se están llenando más parejos. Recuerdo cuando era un 95 por ciento de México. A medida que han pasado los años se acerca al 50 y 50, aunque no está ahí todavía. Será un gran partido y habrá una gran atmósfera”, apuntó el centrocampista.

ORGULLOSOS POR DIVERSIDAD

Lo que sí ha brillado por su presencia ha sido el orgullo de muchos jugadores por vivir en un país en el que dé cabida a diferentes culturas. Bedoya es uno de los jugadores de ascendencia hispana (Colombia) que han nacido y crecido en Estados Unidos.

“Bienvenidos a Estados Unidos. En este país somos muchos de otras raíces, hay muchos hispanos especialmente en California del Sur. Yo fui parte de ese juego en el Rose Bowl en 2011 y otros jugadores también y nosotros sabemos cómo fue ese partido. Va a haber más mexicanos que estadounidenses, pero a nosotros no nos importa. El ambiente va a ser espectacular y lo vamos a dar todo en la cancha”, aseguró.

Bradley también tomó partido y valoró positivamente el hecho de que hayan otras raíces entre los millones de estadounidenses que viven en el país.

“Cuando hablas de Estados Unidos en un contexto general, una de las cosas más bonitas de nuestro país es la habilidad de la gente de todo el mundo para venir aquí, y vivir y trabajar y hacer nuevas vidas. Estoy muy orgulloso de eso personalmente”, afirmó.