MILTON KEYNES (Enviado especial) -- Fue una noche de emociones fuerte y variadas para Agustín Ormaechea. El medio scrum de Uruguay, de 24 años y una de las estrellas del equipo dirigido por Pablo Lemoine, tuvo la suerte de apoyar un try contra Fiji -el segundo de su equipo en la caída por 47-15-, pero sólo ocho minutos después vio la roja -la primera de esta Copa del Mundo- por manotearse con el pilar isleño Ma´Afu. Cabe destacar que el back había sido amonestado a los dos minutos del primer tiempo por un tackle sin manos, que derivó en el primer try penal del partido a favor de os fijianos.
“Estoy enojado, caliente, por haber dejado al equipo con uno menos” tira de movida Agustín, ni bien sale del vestuario celeste. La bronca se le nota en la cara y es indisimulable. “No sé si por esto me pierdo el próximo test contra Inglaterra en Manchester. Hay que ver cómo evalúa lo que sucedió el tribunal de disciplina. Yo quiero estar. Es nuestro último partido”, le dice a Scrum, el segundo pateador que tienen Los Teros. Y éste es otro tema para tener en cuenta de cara al encuentro vs. la Rosa. Porque su primer pateador, Felipe Berchesi, uno de los cuatro profesionales dentro del plantel uruguayo, pelea contrareloj para recuperarse de una lesión en la clavícula derecha, que sufrió el 27 de septiembre en el partido contra Australia. Si Pipe y Agus finalmente quedan out, el encargado de apuntarle a las haches será Alejo Durán, de buen rendimiento ante Fiji.
Ormaechea intenta por unos momentos dejar el fastidio de lado y cuenta qué sintió con los dos tries que Uruguay les apoyó a los isleños. “No nos queríamos ir del Mundial sin tries. La realidad es que lo ideal era ganarlo y salimos con ese objetivo, pero se notó la supremacía física que ellos tienen sobre nosotros. Hicimos lo que pudimos y se dejó todo, pero si a este nivel cometés medio error, es un try en contra. Y más contra estos equipos que son tan potentes”.
-¿Cuál es el objetivo en esta Copa del Mundo? ¿O fue variando a medida de que fueron pasando los partidos?
-No, siempre fue el mismo. Buscamos aprender y crecer. Es increíble estar acá, jugando un Mundial, y tener la posibilidad de enfrentar a seleccionados como Gales, Australia, Fiji e Inglaterra. Jugando en Uruguay no solemos tener oportunidades como éstas.
Agustín es hijo de Diego, eterno octavo charrúa, que se retiró del seleccionado en 1999, con un Mundial en el bolsillo y con 54 caps en su currículum. “Lo escucho mucho porque lo respeto enormemente. Tenemos una gran relación y muchas cosas en común, que siempre dan para la charla. Los dos somos apasionados del rugby y eso afianza aún más la relación padre e hijo. Me apoya permanentemente y se lo agradezco mucho”, piropea el medio scrum del equipo francés Stade Montoi.
La estadística indica que Diego apoyó un try en el Mundial 1999. Fue contra España, el 2 de octubre, por el primer partido de la fase de Grupos. Y 16 años más tarde al que le tocó fue a Agustín. Es el segundo caso en la historia en el que se da una situación semejante -Kavekini Nalaga, a Los Pumas en 1987 y su hijo Napolioni, a Namibia en 2011-. “No lo tenía en cuenta; me acabo de avivar. Mirá qué dato. Estoy muy contento por haber apoyado en un Mundial. Pero, como te dije antes, estoy enojado por la roja. Me quedé mal”.
Agustín, aunque lo intente, no se puede sacar el color primario de la cabeza. Seguramente la bronca vaya mermando con el correr de los días y será entonces cuando pueda valorar, con real dimensión, su gran aporte a estos Teros, que con garra y corazón sólo buscan crecer y aprender. Van por buen camino.