PASADENA -- Los integrantes de la selección de Estados Unidos quedaron afectados por la derrota ante México (2-1), sin embargo, tanto Jurgen Klinsmann como sus jugadores apelaron al argumento de salir con la cabeza alta tras haberlo dado todo sobre el terreno de juego.
Geoff Cameron fue uno de los jugadores que se marcharon del Rose Bowl con un sentimiento agridulce. Su gol en el minuto 15 de partido sirvió para igualar una cita en la que Javier Hernández había logrado poner por delante a los suyos. Un gran pase de Michael Bradley, tras ejecutar una falta desde el flanco izquierdo, sirvió para que Cameron cabeceara sin oposición.
“Michael puso un buen balón, Márquez estaba en el lado equivocado y logré ganarle el espacio. Metí el balón dentro de la portería”, comentó el estadounidense.
La mayor crítica al conjunto de las barras y las estrellas fue por su falta de mordiente ofensiva. El planteamiento del director técnico alemán así lo dictó y los mexicanos fueron garantes del ritmo de partido.
“Creo que defensivamente no guardamos la posesiones y nos faltó llevar algo de ritmo al partido. Permitimos que México tuviera la posesión del balón y dictaran el ritmo mientras nosotros defendíamos. Empatamos a dos y al final fue devastador el gol. Nos dejamos la piel en el partido y salimos con la cabeza alta”, agregó el ariete, quien a pesar de la derrota disfrutó del ambiente que se vivió en el Rose Bowl.
“Este tipo de partidos son los que quieres jugar. Un buen estadio. Es genial representar a tu país, es un honor y nunca sabes cuándo volverá a suceder, por eso lo dejas todo en la cancha”, sentenció.