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Pese a goleada al Rayo Vallecano, las dudas aún rondan al Barcelona

BARCELONA -- El Rayo Vallecano otra vez. Entre el Tata Martino y Luis Enrique, en dos partidos, el equipo madrileño encajó nueve goles, dos goleadas, pero ganó respeto en la misma medida que alrededor del Barcelona se sembraba, entonces y ahora, la duda.

“Esto de la posesión no lo acabo de entender. Yo me quedo con las ocasiones”, planteó el sábado Jordi Cardoner, vicepresidente del FC Barcelona y para quien la discusión alrededor del mando futbolístico queda en un segundo plano ante el 5-2 cosechado por el equipo de Luis Enrique.

El propio entrenador asturiano se declaró “admirador” de Paco Jémez, convino que ceder la posesión ante su Rayo no debía considerarse un fracaso y antepuso, también, la victoria. Incuestionable en el marcador, incluso en lo que a ocasiones se refiere por mucho que el futbol dejara un poso de duda en el campeón. Otra vez.

Ausente Messi, al Barcelona lo sostiene ahora Neymar y ha comenzado a desatarse alrededor del equipo un temor existencial. A la espera de La Pulga casi todo se sostiene en el alambre, y desde el Bayer Leverkusen hasta el Rayo Vallecano, pasando por el Sevilla y el trabajado triunfo ante Las Palmas, no hay mucho discurso al que agarrarse más allá del resultado.

El Barça visita este martes Bielorrusia sin apartar del foco a Paco Jémez y, por mucho que Luis Enrique lo pretenda y el discurso oficial lo sostenga, o lo intente, aquellos 24 minutos en que el Rayo Vallecano campó a sus anchas por el Camp Nou no desaparecen.

“Fue un caos”, se escuchó decir en una tertulia radiofónica al referirse al encuentro del sábado. Un caos del que salió bien parado el campeón gracias a la magia de Neymar, a la solvencia de Bravo y a la inocencia de un Rayo Vallecano que no supo acompañar en el remate su excelencia futbolística.

El Barça vive instalado en este caos hace semanas y mantiene su prestancia a base del remate, por mucho que éste también haya descendido respecto al último tramo del pasado curso.

Pero existe la sensación de que, como ocurrió en septiembre de 2013 en Vallecas, el equipo de Paco Jémez ha descubierto, a pesar del resultado, que el Barcelona no es feliz. Desde el momento en que aparcó su personalidad vital y se bastó con los resultados para argumentar cualquier debate, este equipo se ha quedado sin defensa.

“Le mantienen los resultados”, dicen unos. “Un triplete”, le responden otros. Es una canción conocida.