Carlos Irusta 9y

Gennady Golovkin y Román González son oxígeno para el boxeo

BUENOS AIRES --Como en los viejos tiempos –y no tan viejos- el Madison le abrió una vez más sus puertas al boxeo. Y aquellos que estuvieron se fueron más que satisfechos, por el nivel de las peleas y también por los caudales de emoción que, desde el ring, se fueron desparramando por las graderías. 

La velada televisiva de HBO comenzó con un combate entre pesos completos. El sueño del argentino Matías Vidondo duró poco. No pudo aguantar los ataques del cubano Luis “The Real King Kong” Ortiz. La pelea –en la que estuvo en juego el título Interino vacante de los pesados, WBA- no fue tal. Arrancaron con cautela y pareció que, si Vidondo lanzaba con justeza su jab izquierdo para luego lanzar a fondo la derecha, podía hacerle algo a su rival zurdo. Pero la diferencia de velocidades, aptitud y sobre todo de condición física, se notó en seguida.

En el segundo, Ortiz desbordó al argentino y lo tuvo por el suelo. En el tercero le provocó un nocaut tremendo, con Vidondo de boca a la lona, sin poder reaccionar. El cubano, que ahora suma 23 victorias con 22 nocauts y 2 sin decisión, desafió a todos y aseguró que está en carrera. El argentino, que queda con 20 ganadas, 2 perdidas y un empate, y 18 KO a favor, acunó un sueño pero le duro muy poco, habida cuenta de la enorme diferencia entre uno y otro. Para el ganador fue apenas un trámite.

Todo lo que vino después encendió la sangre de los aficionados. Y habría que puntualizar que el mérito de tanta excitación no estuvo solamente en los puños de los ganadores, sino también de quienes los enfrentaron.

El nicaragüense Román “Chocolatito” González tuvo que mostrar toda la velocidad de sus combinaciones y su espíritu guerrero, para poder doblegar a Brian Viloria, un peleador sin renunciamientos. González –quien retuvo la corona mosca del WBC-, lo tuvo por el suelo a su rival en el tercero, y sin embargo, Viloria resistió de pie, estoicamente, más de lo necesario. Oportunamente para él, el referí Benji Esteves detuvo la pelea, cuando ya no había nada que hacer, ante la cruel indiferencia de una esquina que debió rescatarlo. Faltaban apenas 7 segundos para que concluyera el noveno asalto.

Fue la quinta derrota para Viloria en 37 peleas. El ganador suma 44 peleas, todas ganadas con 38 antes del límite. Hoy, el único problema real que tiene “Chocolatito” es su kilaje. Si en lugar de pesop mosca, estuviese en una de las categorías más rentables, seria, sin dudas una megaestrella con un mayor poder de taquilla. De todas maneras, son muchos los expertos que lo consideran, hoy, el mejor Libra por Libra.

De GGG ya se ha escrito demasiado y su triunfo ante el valeroso canadiense David Lemieux lo coloca donde debe estar: en la elite privilegiada de los mejores. Pensante, inteligente, frio, poseedor de un excelente jab, humilde, pegador e inclemente, Gennady Golovkin posee todo para ser lo que es hoy, al menos para este cronista: el mejor y más atractivo del momento. 

Desde el sábado ostenta los títulos WBA (super campeón), IBF –que poseía el canadiense- e interino WBC de la división de los medianos, por cierto una de las más ricas en la historia del boxeo mundial. A los 33, suma 34 peleas todas ganadas con 31 antes del límite: su debut en el pay per view de HBO fue más que auspicioso. Su rival, Lemieux, que tiene 34 ganadas con 31 KO y ahora 3 derrotas, fue el “partenaire” exacto con su valentía para el show, y al mismo tiempo con un estilo precario que Golovkin controló desde el comienzo.

Steve Willis detuvo la pelea en el octavo asalto, cuando ya nada podía salvarlo al canadiense, que había caído en el quinto round y que mostraba una gran hemorragia nasal. Se hace difícil extrañar a Floyd Mayweather con boxeadores generosos y combativos como los que se vieron el sábado en el Madison.

Golovkin espera al ganador del choque entre Saúl “El Canelo” Álvarez y Miguel Cotto, actual campeón mediano del Consejo. Sería un choque fantástico para 2016. Mientras tanto, el boxeo continúa vivo con boxeadores que arriesgan, que dan espectáculo, que ganan y sacuden a los aficionados.

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