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Truenos, rayos y centellas: El anillo es la obsesión del Thunder

El Oklahoma City Thunder es un equipo muy parecido al autobús en la película “Máxima Velocidad”. Esa premisa sonará un poco exagerada, pero les aseguro que no lo es. Esta temporada 2015-16 podría llegar a determinar el futuro a largo plazo y la relevancia mundial de un equipo de mercado pequeño con expectativas enormes.

Ellos se dirigen a toda velocidad hacia su objetivo de salir campeones de la NBA por primera vez desde que la franquicia se mudó a Oklahoma City. Nadie sabe que pensar sobre la persona a cargo de salvar a todos (¿Billy Donovan = Keanu Reeves?) y de guiar al chofer del autobús (el base Russell Westbrook, tan aguerrido como Sandra Bullock) mientras que la bomba de tiempo atada a ellos es la inminente agencia libre de su superestrella Kevin Durant.

Sí, tengo mucho tiempo en mis manos para pensar en este tipo de cosas y no, Gregg Popovich no es el ex policía convertido en terrorista loco.

La realidad indica que el Thunder cuenta con el base más versátil y electrizante de la liga en Westbrook, alguien capaz de promediar un triple-doble durante una semana entera si se lo propone. Ellos también disponen del mejor bloqueador de tiros que también cuenta con un buen tiro con salto en Serge Ibaka y se respaldan en un candidatazo para ser nombrado Jugador Más Valioso de la liga como Durant, el máximo anotador de la NBA en el 2010, 2012 y 2014 y MVP ese mismo año.

Uno lee ese párrafo y no solo se pregunta como puede ser que Oklahoma City no solo nunca haya salido campeón, sino que ni siquiera haya regresado a las Finales desde caer en cinco juegos contra el Miami Heat en el 2012 y que haya quedado afuera de los playoffs en noveno lugar la temporada pasada.

La respuesta, en realidad, es bastante simple. El denominador común de todo lo que aqueja al Thunder desde hace cuatro años son las lesiones de sus principales figuras.

Su campaña más reciente es fiel reflejo de ello: Durant jugó apenas 27 partidos por una lesión en el pie de la cual ya está completamente recuperado y su ausencia durante los 14 compromisos iniciales al mismo tiempo que Westbrook (67 PJ) los puso en aprietos al arrancar con una marca de cuatro victorias y 10 derrotas.

Ibaka, por su parte, contaba con asistencia perfecta hasta que una lesión en su rodilla lo mandó al quirófano obligándolo a perderse los últimos 18 partidos de la temporada regular.

Westbrook estaba solo e intentó ponerse la capa de Superman y jugó a un nivel excepcional manteniendo al Thunder a flote con una marca de 10-8 que los llevó a contar con un total de 45 triunfos y 37 caídas. Sin embargo, ellos perdieron el desempate con los New Orleans Pelicans por el último boleto a la postemporada y eso desemboco en el despido de Scott Brooks como entrenador tras siete años en el cargo.

Ahora es borrón y cuenta nueva con todos enteritos y hambrientos de gloria. Por sobre todas las cosas, esta temporada se trata de levantar el trofeo tan anhelado o llevarse al mundo por delante en el intento con Billy Donovan como nuevo timonel.

Repasemos es lo que cada uno de ellos debe lograr para llegar a su máximo objetivo.

Kevin Durant. Estadísticas 2014-15: 25,4 puntos, 6,6 rebotes y 4,1 asistencias.

Misión: Mantenerse entero

Durant va a asegurar al futuro económico de sus tataranietos y puede quedarse en Oklahoma o irse adonde se le cante (Los Ángeles, Washington D.C….¿Miami?) como agente libre en junio del año que viene, pero hoy por hoy eso se hace de lado ya que su legado está en juego.

Durant no quiere ser como LeBron James y potencialmente marcharse del equipo que lo vio crecer y madurar como profesional sin un anillo en su poder, así que lo primordial para él será mantener a ese pie derecho suyo en óptimas condiciones.

El resto no preocupa tanto ya que él no ha disputado menos de 66 juegos en una temporada regular desde que fue la segunda selección del Draft en el 2007.

Su porcentaje de efectividad en tiros libres nunca bajó del 85 por cientos y sus triples son consistentemente letales, así que eso tampoco consterna demasiado a nadie.

Luego llega la parte más difícil al tener que lidiar con Kawhi Leonard, James Harden, los Hermanos Splash, Anthony Davis, Blake Griffin, LeBron James y quien sea que se interponga en el camino de su misión.

Sin embargo, él es capaz de ser mejor que cualquiera dentro de la cancha tanto ofensiva como defensivamente. Su currículum lo demuestra, ahora solo falta que un título lo valide.

Russell Westbrook. Estadísticas 2014-15: 28,4 puntos, 7,3 rebotes y 8,6 asistencias.

Misión: Darse cuenta de que menos a veces es más

Westbrook está en su salsa cuando lo sueltan como la temporada pasada y lo dejan ser mitad héroe y mitad líder. Un demonio de Tasmania basquetbolístico que arrasa con todo en su camino cuando el balón solo abandona sus manos de forma esporádica.

Bueno, ahora regresa Durant y eso significa que la responsabilidad de manejar al equipo no es solo suya, es compartida.

A veces parece que él juega con una intensidad de 10 en una escala del 0 al 10 lanzando tiro tras tiro y marginando accidentalmente a Durant como protagonista cuando el partido reclama que baje a un 6 o 7 y se libre de algo de la carga tomando un rol secundario.

Eso es lo que hacía Dwyane Wade tan bien en Miami con LeBron, Kevin Garnett en Boston con Paul Pierce y en menor medida Steve Nash con Dirk Nowitzki en Dallas.

Serge Ibaka. Estadísticas 2014-15: 14,3 puntos, 7,8 rebotes y 2,4 bloqueos.

Misión: Ser caudillo y presencia firme en defensa.

El pivot Enes Kanter considera al esfuerzo defensivo algo meramente opcional, así que Ibaka es el guardián supremo de la zona pintada con su gran capacidad para bloquear tiros y bajar rebotes.

Él debe ser voz de mando y líder de un equipo que corre el riesgo de ser muy desbalanceado si eso no sucede.

Billy Donovan. Entrenador.

Misión: Mantener un rumbo fijo y sensato.

Donovan fue bicampeón del básquetbol universitario con la Universidad de Florida, equipo al que guió a la gloria varias veces durante casi 20 años entre 1996 y este año.

A Donovan no le falta experiencia lidiando con presión ni con altas expectativas, ya que en aquella universidad ganar la conferencia y llegar lejos en el torneo nacional era lo mínimo indispensable.

A él tampoco le hace falta saber como lidiar con estrellas, ya que grandes jugadores como Al Horford, Joakim Noah y Chandler Parsons estuvieron bajo su tutela.

Donovan se bajó del tren antes de tiempo cuando contaba con la oportunidad de dirigir al Orlando Magic hace unos años, pero esta vez él parece estar listo para afrontar al mayor desafío de su vida.

La clave es mantener el control de la situación y no estrolarse contra la pared de ladrillos ante el primer obstáculo que se interponga en su camino.

La mesa está servida, el Thunder cuenta con todos los ingredientes necesarios para ser un delicioso gourmet que deleite al mundo entero dentro de muy poco tiempo.