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Un problema llamado Greg Hardy

NEW YORK -- Cuando los Dallas Cowboys decidieron firmar al ala defensiva Greg Hardy estaban convencidos de que sería un jugador productivo en el campo, el ala defensiva que necesitaban para presionar quarterbacks.

Un jugador que haría la diferencia que faltó la temporada anterior para trascender más en la postemporada y quizá ayudarlos a llegar a la meta que muchos analistas consideraban para Dallas, el Super Bowl.

Jerry Jones, Will McClay y Jason Garrett, en ese orden, nunca escucharon las críticas, en especial para jugador que se quedó fuera de acción en 15 de 16 partidos de la temporada regular pasada por la acusación en su contra de violencia doméstica.

Para mala fortuna de los Cowboys, este domingo tuvieron que lidiar por primera vez con el verdadero Greg Hardy que muchos conocen y critican.

Y que se suma a los problemas crónicos que ya tienen de lesiones, falta de competitividad de varios de sus millonarios jugadores, decisiones cuestionables de los entrenadores y, sobre todo, de cuatro derrotas consecutivas.

Después del regreso de patada de salida de los New York Giants para anotación, Hardy empujó y agredió verbalmente al coordinador de equipos especiales, Rich Bisaccia y a varios de sus compañeros, como se puede ver en algunas repeticiones de televisión y confirmó el profundo de los Cowboys Danny McCray.

Los altos mandos de los Cowboys tienen que calmarlo, suspenderlo o al menos multar a Hardy, antes de que sea demasiado tarde y termine por romper un equipo que en este momento es muy susceptible a romperse.

Jerry Jones y el linebacker Sean Lee no pueden salir a decir de manera pública que esa conducta demuestra el liderazgo y pasión de Hardy.

"Por supuesto que él es uno de los líderes reales del equipo y se lo ha ganado", dijo Jones en el vestidor sobre Hardy, que sólo ha participado en dos partidos con los Cowboys. "Se lo ha ganado con respeto de todos sus compañeros y es la clase de cosa que inspira a un equipo de futbol".

Por supuesto que Hardy no es un líder ni se ha ganado ningún derecho con los Cowboys, para los que ha jugado en dos partidos.

"Es extremadamente positivo", dijo Lee. "Los muchachos que están animados y emocionales en la banca, son algo que nos alimenta".

¿Entonces la próxima vez que termine en pleito en la banca o que golpeen a algún entrenador van a aplaudir y nombrarlo capitán?

Es algo impensable en el futbol americano. Una de las primeras reglas de este deporte de conjunto es la unión, compañerismo, ayuda y pasión que debe existir entre compañeros.

Es verdad que en ciertos momentos se vale ir a tratar de motivar o sacar lo mejor de un compañero pero nunca con las formas que Hardy utilizó este domingo.

El problema pudo llegar mucho más lejos cuando intervino Dez Bryant para intentar calmarlo o al menos exigirle con todas sus letras que dejara en paz a sus compañeros y sobre todo a su entrenador.

Tampoco es ejemplar que Bryant vaya a encarar a Hardy, pero eso sí demuestra liderazgo.

Uno de los más grandes mitos para la gente que observa de lejos a los Cowboys es que Bryant es un jugador conflictivo. Para nada. Totalmente mentira. Es apasionado como pocos, pero jamás anda ofendiendo a compañeros, mucho menos entrenadores.

Hardy era ala defensiva con más talento que había en la agencia libre pasada. Pero por algo muchos de los 32 equipos de la NFL, incluyendo al suyo, los Carolina Panthers, lo dejaron pasar en una edad inmejorable para su posición, por conflictivo.

En apenas dos semanas que ha estado activado, Hardy ha dado más nota fuera del campo que adentro. Primero ofendió a Tom Brady, su esposa y la familia. El jueves pasado, arremetió contra Eli Manning, a quien amenazó de golpear hasta en la boca.

Por cierto, Manning debe estar riendo, porque salvo una captura, el resto del partido, Hardy estuvo bloqueado y lejos de él. Estuvo más cerca de golpear en la boca a su entrenador que al quarterback de los Giants.

Los Cowboys deben frenar eso de tajo. La temporada aún no está perdida por completo, gracias a las bondades de una mala división.

El liderazgo se demuestra en situaciones como la de Tony Romo, quien de acuerdo a diversas fuentes habló en el vestidor con Hardy, cuando estaba sentado en su casillero solo por completo, sin compañeros a su alrededor.

Seguro intentó hacerlo entrar en razón, pedirle que se disculpara y que ahí terminara el pleito también con Bryant y los equipos especiales; además de "señalarle" qué decir a la prensa y qué no.

Si Hardy es inteligente, hará caso porque sabrá que meterse con Bryant y sobre todo con Romo puede costarle el empleo. Si no lo cree… que le pregunte a Terrell Owens.