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Barcelona y Zubizarreta rechazaron un par de veces al tico Keylor Navas

BARCELONA -- Keylor Navas es hoy el héroe del Bernabéu porque Andoni Zubizarreta, en la primavera de 2014, convino con Luis Enrique el fichaje de Claudio Bravo, descartando al meta costarricense, por aquel entonces en el Levante, a pesar de los excelentes informes que de él se tenían en el Barcelona.

“Mi presente es el Levante y tengo que disfrutarlo. ¿El Barcelona? A cualquiera le gustaría pero me debo al Levante” aseguró Keylor en abril de 2014, al tiempo que rechazaba la oferta de renovación del club valenciano y ponía su futuro “en manos de Dios”, a la espera de un Mundial que le acabó de catapultar y suspirando, en aquel momento, con que se confirmase su pase al Barcelona.

Pero en junio el Barcelona prefirió pagar 12 millones de euros (unos 13 millones de dólares) por Claudio Bravo a la Real Sociedad que 5 millones (unos 5.5 millones de dólares) al Levante por Navas, a pesar de que el chileno llegaba al Camp Nou como teórico suplente de Ter Stegen, y las ilusiones del costarricense se vinieron abajo… Hasta que un mes después, mientras se rumoreaba su pase al Atlético de Madrid, apareció el Real Madrid y concretó su fichaje para ponerle competencia a Casillas.

Y tras pasarse un curso a la sombra de Iker y sentirse después tan despreciado por un presidente que solo tenía ojos para De Gea como por un entrenador incapaz de defenderle ante la opinión pública durante todo el verano, Keylor volvió a ganar la batalla a la lógica convirtiéndose en el titular del Real Madrid. Para alcanzar al cabo de dos meses la consideración de héroe en el Bernabéu…

Keylor Navas, héroe del madridismo 18 meses después de soñar despierto con ser el titular de Luis Enrique en el Barcelona…

Pero la historia de desamor del hoy portero del Real Madrid con el Barcelona viene de muy lejos, porque al costarricense le comenzaron a controlar los servicios técnicos del club azulgrana en el otoño de 2010, apenas llegar a España para jugar en el Albacete en Segunda División. “Es ágil, rápido de reflejos, atrevido y sabe mandar” trasladaron al Camp Nou dos visores distintos que le vieron en directo, en cuatro partidos distintos, dos de ellos como local y otros dos como visitante.

Guardiola ya se planteaba la sustitución de Pinto, que nunca pudo consumar por la opinión contraria de Leo Messi, y aunque no se contemplaba la marcha de Valdés, sí se quería tener resguardada la portería con un meta de futuro (que no se adivinaba en la cantera) y que pudiera ocupar el puesto en caso de lesión de Víctor.

El escenario cambio diametralmente al comenzar 2013, cuando el catalán hizo oficial su decisión de no renovar el contrato que acababa en junio de 2014, invitando al Barça a pensar en su herencia y a, quizá, facilitar su salida aquel mismo verano.

Keylor ya pertenecía al Levante, pero apenas era el suplente del uruguayo Munúa, que abandonaría el equipo a final de curso para traspasarle a Keylor la titularidad, aunque durante todos aquellos meses perdió la imagen que de él se habían hecho en el Barça.

La recuperó a lo grande bajo el mando de Joaquín Caparrós en la temporada 2013-14 y provocó que a los partidos del Levante acudieran representantes de no pocos clubs para verle. Le siguieron desde el Bayern y hasta el Chelsea en lo que a grandes se refiere, además de Barcelona, Real Madrid y Atlético, y contactaron con su entorno el Fulham, el Sevilla o la Roma.

Pero aunque en mayo Keylor bromeaba con Wanchope respecto a su futuro en el Barça “o el Milan”, de repente conoció que Zubizarreta había preferido a Ter Stegen por entender que jugaba mejor con los pies. Del Madrid nada sabía por cuanto Florentino suspiraba por Courtois o De Gea y del Atlético se descabalgó por Oblak.

Después tuvo la segunda oportunidad, que le cerró Bravo, y ya enterró tanto su sueño de jugar en el Barcelona como la aspiración de fichar por un grande. Hasta que llegó el Mundial, brilló como Borges, Bolaños o Bryan Ruiz y convirtió las vacaciones del verano de 2014 en un rumor constante…

Hasta que apareció el Real Madrid con 10 millones de euros (unos 11 millones de dólares). Y al cabo de un año, el tico con el que nadie contaba en el Bernabéu es el héroe más idolatrado y respetado por una hinchada que corea su nombre, entregada a su rendimiento sobresaliente.

Es Keylor Navas, el portero que tuvo en su mano el Barcelona y que Zubizarreta dejó escapar. Dos veces.