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El jugador más destacado de la Semana 5 de la temporada regular

MÉXICO -- Rara vez, me gusta elegir a un jugador que lanza dos intercepciones como el mejor de la jornada, pero en esta ocasión, las circunstancias históricas que rodearon lo acontecido en la Semana 5 de la NFL, además de sus implicaciones para la presente campaña, no nos dejan otra opción:

PEYTON MANNING, QB, DENVER BRONCOS
Es sencillo observar la línea estadística del mariscal de campo de los Broncos, y descartarla como "una buena actuación más" de un futuro miembro del Salón de la Fama. No es así. Manning completó 31 de 47 envíos para 479 yardas --superando por más de una centena a su más cercano perseguidor en la jornada-- y cuatro touchdowns, además de las dos intercepciones mencionadas arriba. Gracias a esas cuatro conexiones de anotación --dos para el receptor abierto Demaryius Thomas y dos para el ala cerrada Julius Thomas--, Manning se convirtió en apenas el segundo pasador en la historia de la liga en superar la marca de los 500 pases de anotación, siguiendo a Brett Favre.

De hecho, Manning, quien se colocó en 503 pases de touchdown de por vida en la NFL, está a solamente cinco de empatar la marca absoluta de Favre. Manning, quien se encuentra en su temporada N° 17 de la NFL --contando una campaña perdida en el 2011 con los Indianapolis Colts por múltiples cirugías en el cuello-- podría empatar o superar a Favre con una buena salida el próximo domingo cuando visiten a los New York Jets, equipo que a la postre ha sufrido toda clase de problemas en su defensiva secundaria. Para ofrecer un poco de contexto, Favre necesitó 20 temporadas de NFL --incluyendo una de novato con los Atlanta Falcons en que no completó ninguno de sus cuatro intentos de pase-- para llegar a esa cifra histórica.

Para ayudarnos a dar una idea de lo significa llegar a los 500 pases de anotación, pensemos en que ni los Carolina Panthers, ni los Jacksonville Jaguars --franquicias que empezaron a jugar en la NFL en 1995, tres años antes de que fuera reclutado Manning, han llegado siquiera a los 400 en su historia. Es más, si nos ponemos a comparar la producción de Manning con la de franquicias completas, serían los Green Bay Packers sus más cercanos perseguidores, con 500 pases de touchdown desde el 23 de noviembre de 1997 a la fecha, pero todavía con varios juegos más que los disputados por el N° 18 de Denver. Y si hablamos del equipo respecto al cual habría que retroceder más en el tiempo para completar su racha de 500 touchdowns, encontramos a los Cleveland Browns, quienes han requerido de 28 pasadores y 36 temporadas de NFL --27 de noviembre de 1983-- para igualar lo que ha conseguido Manning en cuanto a pases de touchdown.

Más allá de las inmensas implicaciones históricas que tiene alcanzar --y superar-- la marca de los 500 pases de anotación de por vida, y la sensación de certeza de que Manning no tardará más de dos semanas en conseguir el récord absoluto de la NFL cuando supere a Favre, no podemos perder de vista el significado de su actuación de este domingo.

Los Broncos enfrentaban a uno de los dos equipos que seguían con la etiqueta de invicto, los Arizona Cardinals: Además, los Cards parecían llegar con las armas perfectas para neutralizar al ataque de Manning: dos ex entrenadores que contribuyeron al desarrollo de Manning como pasador en Bruce Arians y Tom Moore, y dos de los mejores esquineros de la NFL en Antonio Cromartie y Patrick Peterson. Nada de eso importó. Manning quemó a la defensiva de Arizona como ha hecho con las otras 31 franquicias de la liga a lo largo de su carrera y confirmó a sus Broncos como uno de los equipos que deben considerarse candidatos serios para ganarlo todo ese año.

Nos quitamos el sombrero, una vez más, ante la presencia de Manning.

MENCIONES HONORÍFICAS
Tom Brady, QB, New England Patriots. Inexplicablemente, las carreras de Brady y Manning parecen llevar una cierta simetría imposible de ignorar. En el día en que Manning superó los 500 pases de touchdown, Brady se unió a otro club de lo más exclusivo en el libro de marcas de la NFL, convirtiéndose en el sexto pasador en superar la marca de las 50,000 yardas aéreas, junto a Favre, Manning, Dan Marino, Drew Brees y John Elway. Por si fuera poco, Brady condujo a los Pats a propinar a los Cincinnati Bengals su primera derrota de la campaña, borrándolos de la lista de los invictos, justo como hizo Manning ante los Cards. Lo más dulce para Brady, sin embargo, debió ser que su actuación estelar --23 pases completos de 35 intentos para 292 yardas con dos touchdowns-- llegó en el momento de mayor escrutinio que ha vivido como profesional, cuando varios empezaron a cuestionar su vigencia en la liga.

Arian Foster, RB, Houston Texans. Es cierto, los Texans --jugando de locales en Dallas-- perdieron, pero nadie puede apuntar el dedo a Foster culpándolo por la derrota. Foster acumuló 157 yardas en 23 acarreos, y encontró las diagonales dos veces por tierra, sumando además 15 yardas en dos recepciones para la casusa de Houston. Desde el punto de vista del juego terrestre, no hubo mejor encuentro que este, con DeMarco Murray acumulando 136 yardas en 31 acarreos. Foster brilló más en lo individual --y de eso se trata esta columna--, pero desafortunadamente para él, Murray tuvo mejor apoyo de sus compañeros y eso fue lo que definió al final la victoria para los Cowboys.

Eddie Lacy, RB, Green Bay Packers. Los Packers debieron esperar hasta la Semana 5 para disfrutar de un desempeño dominante de su corredor, pero valió la pena. Lacy golpeó sin merced a los defensivos de los Minnesota Vikings en el partido de jueves por la noche que abrió la jornada, acumulando 105 yardas en 13 acarreos y 27 yardas en tres recepciones, además de dos touchdowns terrestres, para poner en bandeja de plata un importante triunfo divisional. Fue tan apabullante su actuación, a comparación de lo que había hecho en los primeros partidos de la campaña, que en el primer cuarto ya había sido más productivo que en los primeros cuatro encuentros.

Demaryius Thomas, WR, Denver Broncos. Nadie negará que Manning se robó, merecidamente, los reflectores para los Broncos, pero no fue el único con una actuación histórica para Denver, al menos respecto a los números de franquicia. Con una salida de ocho recepciones para 226 yardas, Thomas se convirtió en el poseedor del récord de mayor número de yardas aéreas en un juego en la historia de la franquicia, superando las 214 conseguidas por Shannon Sharpe el 20 de octubre del 2002.