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Raúl Allegre comenta lo más notable ocurrido en la Semana 5 de la NFL

BRISTOL -- Si algo aprendimos en la quinta semana de la NFL es que no hay enemigo pequeño, dígase Buffalo o Cleveland; que no hay ventaja segura, Tennessee, Tampa Bay y Detroit, y que no hay que emitir juicios con base en el resultado de un solo partido, Tom Brady y los Patriotas de Nueva Inglaterra.

Los rumores del desplome deportivo de Brady, después de la debacle de lunes por la noche ante Kansas City, parecen haber sido exagerados. Los encabezados de los periódicos y publicaciones deportivas en el área de Boston y en general de Nueva Inglaterra aseguraban que Brady ya estaba acabado, y que podría ser el momento de empezar la era Jimmy Garoppolo.

Se hablaba de que Brady quería salir de los Pats porque su relación con Bill Belichick, y su grupo de entrenadores, no era positiva, y que la dinastía de los Pats había terminado. Todo eso sirvió de motivación. No estará ya en su mejor momento físico, pero en el aspecto mental y competitivo podemos contar con los dedos de una mano a los jugadores que jueguen con la pasión e intensidad de Brady.

No hay nada como una victoria en casa para que el río vuelva a su cauce. Desde la primera serie ofensiva se notó el enfoque de los Pats y se anticipaba una noche larga para los Bengalíes de Cincinnati.

No hay nada como darle buena protección a un QB, y abrir huecos en el ataque terrestre, para que una ofensiva vuelva a repuntar. La ofensiva comandada por Brady fue capaz de correr con el balón al son de 228 yardas con un promedio de 4.8 yardas por acarreo. Brady volvió a ser Brady y completó el 66 por ciento de sus pases con 2 TDs. ¿A qué se debió el cambio? Al desempeño de la línea ofensiva.

En varias ocasiones he dicho que el trabajo de analista en la NFL es muy fácil. Sólo basta enfocarse en la línea ofensiva de un equipo para determinar su nivel. He escrito columnas enteras en el tema. Puedo debatir con facilidad que es la posición principal en un equipo de futbol Americano, aún más que la de QB.

La línea ofensiva de los Pats ha estado en etapa de transición desde que canjearon a Logan Mankins a Tampa Bay, y su novato Bryan Stork sufrió una lesión en pretemporada que lo mantuvo fuera hasta el partido contra Kansas City. Estuvieron buscando la combinación adecuada de guardias y centro en las últimas tres semanas. Contra Oakland, colocaron a un tackle, Marcus Cannon, como guardia izquierdo y parecía pez fuera del agua. Contra Kansas City, debutaron en la NFL a Stork y Cameron Fleming, como centro y guardia derecho, y los resultados no fueron halagadores. Contra Cincinnati, una de las mejores defensivas de la NFL, parecen haber encontrado la fórmula del éxito.

Dan Connolly abrió como guardia izquierdo. Stork, quien jugó bien contra los Jefes repitió como centro, y Ryan Wendell, quien había estado fuera de acción desde pretemporada como guardia derecho. Con protección por el centro, Brady tuvo espacio para maniobrar en la "bolsa de protección" y los tackles, Nate Solder y Sebatian Vollmer, elevaron su nivel de juego.

Otro aspecto que fue diferente fueron las formaciones con dos alas cerradas que empezó a usar Nueva Inglaterra a partir del 2009 con la llegada de Rob Gronkowski y Aaron Hernández. Gronk sufrió lesiones serias y lo han sometido a siete operaciones en 24 meses y Hernández está en la penitenciaría. Gronk empezó a jugar como Gronk y fue líder en recepciones con seis seguido de Tim Wright. ¿Tim Wright? Es el jugador con llegó a Nueva Inglaterra en el cambio por Mankins junto con una cuarta selección del draft en el 2015.

No es el momento de coronar campeones a los Pats, pero esta victoria fue obligada y un paso hacia adelante. La defensiva ha jugado bien. Si la ofensiva empieza a carburar de manera similar a lo que vimos el domingo por la noche, los Pats van a ser un equipo diferente hacia el final de la temporada.

El turno de la controversia le toca ahora a Drew Brees. En la ciudad del jazz hay quienes se están jalando los pelos y rasgando las vestiduras. Se especula que Drew Brees va en declive después de haber lanzado tres intercepciones, una de ellas regresada para TD, y de que el equipo estuvo a punto de caer a 1-4 ante Tampa Bay. Al igual que como lo mencioné la semana pasada hablando de Brady, Drew Brees no ha olvidado cómo jugar la posición de QB.

La ofensiva de los Santos es la número uno en yardas totales y la décima en puntos anotados. Son el equipo que más pases ha lanzado con 218. Los sigue Indianápolis con 216. Cuando lanzas tanto, las probabilidades de intercepciones aumentan. Brees tiene seis, las mismas que Andrew Luck ¿Ha sido un mal comienzo? Sí lo ha sido, pero a veces los tragos amargos y los períodos de adversidad forjan el carácter y el temple de un equipo.

Los Santos tienen una semana de descanso antes de visitar a Detroit. Sean Payton es un buen entrenador. Falta seguir haciendo ajustes a una defensiva que mejoró contra Tampa Bay, pero que todavía le falta mucho para poder competir contra los grandes de la conferencia.

Dallas tuvo su cuarta victoria al hilo y llegaron a 4-1, algo que no sucedía desde el 2008, y al liderato de su división. Todo es miel sobre hojuelas en "Jerryland". Yo estoy empezando a ver unas grietas en la estructura. Si bien es cierto que la línea ofensiva (otra vez con este tema) sigue jugando bien, empiezo a ver una tendencia a lanzar más que correr.

Contra Houston hubo 41 pases y 33 acarreos. Es obvio que Tony Romo está mejor de su espalda. Si no pregúntenle a JJ Watt a quien todavía le duelen los tobillos del quiebre que le hizo Romo. Durante la transmisión del partido contra los Santos vimos una comparación de los movimientos de Romo ese día con los que tuvo en la primera semana contra San Francisco. Aún así no está al 100 por ciento.

El éxito reciente se ha debido a que sus rivales están respetando el ataque terrestre. Algunos dirán que DeMarco Murray tuvo 31 acarreos contra Houston y tendrían un argumento fuerte a favor de la filosofía ofensiva de Dallas el domingo, pero como diría el gran 'Cantinflas', "Ahí está el detalle". No hay que abusar tampoco de Murray.

En los tres partidos anteriores los Vaqueros tuvieron más acarreos que pases sin superar los 30 acarreos por partido. En esos juegos Lance Dunbar y Joseph Randle contribuyeron más. Ambos fueron activados contra Houston, pero casi no vieron acción a la ofensiva.

Lanzar de más y sobrecargar a DeMarco Murray podría traer consecuencias negativas para los Vaqueros. Es propenso a lesiones y a soltar el ovoide. Enfatizar el juego de pase afectaría negativamente el tiempo de posesión, algo que sucedió el domingo contra Houston. Si Dallas no controla el tiempo de posesión, su defensiva, que ha mejorado, pero que dista mucho de ser estelar, podría quedar expuesta. La solución es un plan ofensivo similar a los de las semanas 2, 3 y 4, corriendo más, pero dándole algunas jugadas a Dunbar y a Randle.

No puedo terminar esta nota y no comentar acerca de Geno Smith y de los Jets. A partir del 2012, me han invitado a dar pláticas a empresas. Algunos de los temas tienen que ver con el liderazgo, el trabajo en equipo y la búsqueda del éxito. Un aspecto que resalto en cada uno de esos temas es la importancia de los detalles pequeños. Una de las diferencias que noté en mi carrera deportiva amateur y profesional fue cómo los grandes líderes y los grandes jugadores se enfocaban en trabajar en los detalles pequeños, aquellos aspectos de la preparación y ejecución de un plan que a veces pasan desapercibidos.

¿Qué tiene que ver esto con Geno Smith y los Jets? La noticia de escándalo después de la humillación que sufrieron el domingo ante San Diego fue que Smith faltó a una junta de equipo y se fue al cine la noche antes del partido. De acuerdo a Rex Ryan, Smith pensó que el itinerario estaba con el horario del oeste, en donde está la ciudad de San Diego, y no en el este, como lo tienen cada día en Nueva Jersey. Los itinerarios de los Jets cuando son visitantes siempre son con tiempo del este. Son tres horas de diferencia. Geno pensaba que la junta sería TRES horas más tarde de lo que realidad fue.

Este es un detalle pequeño que no parece importante, pero que revela varios cosas interesantes:

1. ¿Por qué Rex Ryan no pone los itinerarios en el horario de la ciudad en donde juega el equipo esa semana? Hoy en día los teléfonos ajustan la hora automáticamente y prácticamente todas las personas ven la hora en el teléfono. Ese detalle pequeño simplificaría el proceso y evitaría confusiones.

2. ¿Por qué Geno Smith no puso atención al itinerario? Si el itinerario dice que una junta empezará a las 7:00 p.m. hora del este, quiere decir que la junta es en tiempo del este. Sumar tres horas no es algo muy complicado.

Otro detalle que me llama la atención es ¿qué estaban haciendo Geno Smith y sus compañeros en el cine el día antes del partido? ¿Qué tienen un gran dominio del esquema ofensivo y del plan de juego tan completo que no necesitan estudiar más o revisar videos del oponente? ¿Se imaginan a Peyton Manning o a Tom Brady en el cine la noche antes de un partido?

No concuerdo con Rex Ryan en varios aspectos, pero no creo que él sea el problema de los Jets. No ha tenido gerentes generales que lo provean de talento. Geno Smith es un ejemplo. Dudo que llegue a ganar un Super Bowl. El equipo tiene una buena defensiva basada en el desempeño de sus siete frontales, pero nada más. Los esquineros no son de primera. Los receptores no intimidan a nadie. Firmaron a Eric Decker, pero dudo que sea un receptor estelar. Decker no es un jugador que hace ver mejor a su QB. Necesita un QB que lo haga ver mejor a él.

Finalmente, leí los comentarios de los lectores la semana pasada como siempre lo hago. A aquellos que se "ofendieron" porque escribí que si los Pats llegaban al Super Bowl este año habría que cambiar el nombre del trofeo Lombardi a Belichick, RELÁJENSE. Tómense una píldora de paciflorina. Escribir no es algo que se me facilita y para hacer estas notas más ligeras uso en ocasiones un poco de sarcasmo.

No tomen las cosas tan en serio. Son tan sólo opiniones personales, y en algunas ocasiones están rociadas de sarcasmo.

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