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Raúl Allegre comenta lo más notable ocurrido en la Semana 9 de la NFL

BRISTOL -- "Durante la temporada regular, un partido no define una temporada". Estas palabras fueron parte de una de estas notas hace unas semanas. "Los equipos evolucionan. Algunos mejoran, otros empeoran, pero nada queda igual". Esas fueron palabras que Bill Parcells decía después de una gran victoria o de una difícil derrota. "La NFL es una maratón, no es un sprint". No sé a quién atribuirle este dicho, pero eso de los más comunes alrededor de la NFL.

El común denominador es que todavía falta mucho para echar a repicar campanas o para rasgar vestiduras. Vamos apenas a la mitad del camino de la temporada regular. Para algunos equipos vienen rachas de partidos difíciles, para otros no tanto. Sé que también es una frase muy trillada, pero hay que tomar las cosas partido por partido.

El encuentro que tuvo las candilejas en la Semana 9 fue sin duda Denver contra Nueva Inglaterra. Fue peleado durante los primeros 22 minutos hasta que Julian Edelman regresó una patada de despeje 84 yardas para touchdown. Los equipos especiales no reciben la importancia que se merecen. Tuve un entrenador, Fred Akers, en la universidad de Texas que enfatizaba los equipos especiales porque "es aquí" decía el buen Fred, "en donde puede cambiar el rumbo de un partido". Eso vimos el domingo. En la serie ofensiva previa, Peyton Manning cometió un error en su primera intercepción y no entró en ritmo con sus receptores.

Tres detalles en particular me llamaron la atención en este encuentro. El primero, señalado por Phil Simms durante la transmisión en inglés, fue que mientras Denver se reforzó durante el receso de temporada para poder enfrentar a Seattle, Nueva Inglaterra lo hizo para competir contra Denver. Esto fue evidente el domingo. Los Broncos son un equipo pasador con receptores de gran capacidad atlética. Los Pats firmaron a Darrelle Revis y a Brandon Browner para defender el juego de pase y su objetivo, de acuerdo a Simms, fue neutralizar a jugadores altos y fuertes como Julius Thomas y Demaryius Thomas. El domingo lo lograron a pesar de que Demaryius Thomas tuvo siete recepciones para 127 yardas y Julius Thomas tres para 33 yardas con un TD.

Las estadísticas de ambos no marcaron diferencia. El segundo aspecto es que Denver, ni Nueva Inglaterra, tienen ataque terrestre. Denver espera que Montee Ball se recupere, pero ni él ni Ronnie Hillman les dan la producción que tuvieron con Knowshon Moreno en el 2013. Ese factor va a pesar en los playoffs. El tercer aspecto que resaltó fue la incapacidad de la MUY reforzada defensiva de Denver para defender la ofensiva de Tom Brady. Ni Demarcus Ware ni Von Miller fueron factor en el partido. La clave del repunte de los Pats ha sido un desempeño sólido, sin ser dominante, de su línea defensiva. Eso es todo lo que necesita Tom Brady quien demostró que todavía tiene mucha cuerda.

En los últimos 10 años, la ventaja de jugar de local ha tenido un gran impacto en los duelos entre los equipos de Peyton Manning y Tom Brady. Desde la temporada regular del 2005, la marca de Manning en Foxborough es 2-4. La de Brady en Indianápolis o en Denver contra Manning es 1-3, siendo dos de esas derrotas en el campeonato de conferencia. Brady tiene además una derrota en Denver, contra los Broncos de Jake Plummer, durante los playoffs de la temporada del 2005. En este momento, el camino al Super Bowl XLIX pasa por Nueva Inglaterra.

Una pregunta que vale la pena poner sobre una mesa de discusión es si Miami puede ser considerado como el mejor equipo en la conferencia Americana. En Twitter la respuesta abrumadora fue que todavía no, pero nadie aportó argumentos. A favor se podría presentar el desempeño reciente de su defensiva, clasificada como la N° 3 en yardas y la N° 3 en puntos después de nueve semanas. Blanquear a San Diego, y limitar a Phillip Rivers a 128 yardas por pase, no es cosa fácil.

Se puede destacar la manera de jugar de Ryan Tannehill. Todavía no parece ser un QB capaz de tomar el control de un partido, pero está limitando sus errores, sus capturas, y se ha vuelto una amenaza corriendo con el balón. En los últimos cinco partidos ha promediado cerca de 10 yardas por acarreo, jugando detrás de una línea ofensiva cuyo desempeño ha sido una grata sorpresa esta temporada. En contra, un tema por considerar sería la capacidad de Tannehill de echarse el equipo a los hombros en un duelo de postemporada. Su ataque terrestre es funcional, pero no es dominante.

Los Delfines tendrán la oportunidad de demostrar en el terreno de juego, no en los foros de debate, si están o no a la altura de los grandes de la conferencia. Más adelante visitarán tanto a Denver como a los Pats. En pocas palabras, controlan su propio destino.

En la conferencia Nacional, Arizona tomó una ventaja de dos partidos dentro de su división contra Seattle y tres contra San Francisco. Su defensiva frenó la racha de ocho partidos consecutivos con 100 yardas terrestres o más al inicio de una temporada de DeMarco Murray. Pocos jugadores han sido criticados más que Romo en los últimos tiempos, pero vaya que se notó su ausencia contra los Cardenales. Los Vaqueros están empatados en el primer lugar de su división con Filadelfia, con quien todavía no se han enfrentado. Por su parte, Carson Palmer calladamente está teniendo una temporada que lo podría poner entre los candidatos al Jugador Más Valioso. Tiene 11 pases de touchdown. Ha lanzado sólo dos intercepciones y tiene el mejor porcentaje ganador entre QBs de la NFL.

San Francisco sigue siendo un enigma. Han perdido cuatro partidos. Con la excepción del juego contra Denver en donde fueron dominados completamente, pudieron ganar los otros contra Chicago, Arizona y San Luis. El común denominador de estas derrotas fue la falta de disciplina y armonía que reina en este equipo, algo que se veía desde la pretemporada. Pocos equipos en la NFL tienen el talento de los 49s y todavía tienen posibilidades dentro de su división al restarles dos partidos contra Seattle y uno contra Arizona quien también tiene dos partidos pendientes contra Seattle. Juegan el domingo contra Nueva Orleans pero su margen de error cada vez es más pequeño.

Mi selección para representar a la NFC en el Super Bowl fueron precisamente los Santos. Empezaron mal perdiendo cuatro partidos, pero todos como visitante. Su defensiva ha dado señales de vida en los dos últimos juegos contra Detroit y Carolina. Vimos cómo el regreso de Rob Gronkowski cambió la fisonomía ofensiva de los Pats. Jimmy Graham, poco a poco, también empieza a tomar su paso. Si recupera su nivel, como lo hizo Gronk, Drew Brees volverá a ser favorito en los equipos de fantasy como lo está siendo Brady. Los Santos tienen cuatro partidos muy difíciles en las próximas semanas, pero tres son en casa contra San Francisco, Cincinnati y Baltimore antes de visitar Pittsburgh. El cierre es más asequible contra Carolina, Chicago, Atlanta, y Tampa Bay.

No deja de haber controversias con el equipo de Washington. Primero es por el apodo, que algunos lo consideran denigrante. En este debate hay opiniones divididas aún dentro de miembros de las tribus de los llamados nativo americanos. Dan Snyder, dueño del equipo se aferra a no cambiar el apodo. Después, salió a relucir la controversia alrededor de RGIII. Se reportaron los siempre dudosos comentarios anónimos de miembros de la organización que dicen hay división dentro del vestidor por la decisión de darle la titularidad a Griffin. Se alude que su regreso fue mandado por Snyder y Bruce Allen, el gerente general del equipo. Aparentemente no tiene el apoyo de todos sus compañeros, muchos de los cuales prefieren a Colt McCoy como titular.

RGIII fue inconsistente contra Minnesota, como se puede esperar de alguien que no ha jugado en dos meses, pero lo mismo se podría decir de McCoy quien no sólo no había jugado desde diciembre de 2011, ni tampoco había practicado con los titulares del equipo. McCoy tuvo dos series ofensivas ganadoras al final de los partidos contra Tennessee y Dallas, y completó el 86 por ciento de sus pases.

Sin lugar a dudas, RGIII tiene más talento físico que McCoy. Es mejor corredor y tiene un brazo más potente. McCoy, por su parte, toma mejores decisiones dentro del diseño de las jugadas, es más certero en sus pases, y cuando el partido está de por medio, ha demostrado tener la cualidad intangible de los grandes QBs de llevar a su equipo a la victoria. Washington hipotecó su futuro con Griffin y le van a dar todas las oportunidades posibles de que triunfe. De seguir perdiendo, la situación se pondrá cada vez más tensa.

Finalmente, sólo cabe recordar que apenas vamos a la mitad de la temporada. Este asunto de la NFL se está poniendo bueno. Faltan partidos claves entre rivales de división y de conferencia. Jugadores surgirán, otros desafortunadamente podrían quedarse en el camino por lesiones.

La temporada de la NFL es un reto de supervivencia. No es el momento de festejar, ni tampoco de lamentar. Falta MUUUCHO camino por recorrer.