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Raúl Allegre echa un vistazo a lo más notable tras el Super Bowl XLIX

BRISTOL -- La responsabilidad principal de un entrenador, en cualquier deporte, es darles a sus jugadores la mejor posibilidad de tener éxito. Eso incluye asegurarse que estén bien preparados física y mentalmente, tener en el terreno de juego a la combinación ideal de jugadores y, tácticamente, tener el esquema ideal para neutralizar la estrategia del rival.

El trabajo físico consiste no solamente en estar en buena condición, sino también el poder implementar, sin titubear, los detalles que exige un plan de juego. Un jugador que no está bien capacitado antes de salir al terreno de juego, piensa y analiza lo que tiene que hacer durante un partido. Uno bien preparado, identifica y reacciona sin pensar. El pasado Super Bowl será recordado por una intercepción a segundos del final. Se trató de una intercepción que fue un acierto de Malcolm Butler, no un error de Russell Wilson. Bruce Irvin declaró que "parecía como si Butler sabía que venía esa jugada". Yo más bien diría no parece, Malcolm Butler SABÍA que venía esa jugada y SABÍA lo que tenía que hacer en esa situación. Butler en ese momento no pensó, reaccionó. Esto se logra sólo con una gran preparación.

El Super Bowl XLIX fue uno de los más anticipados que yo haya recordado. Tuvo protagonistas de primer nivel: una de las mejores defensivas en la historia de la NFL contra quizás el mejor QB de todos los tiempos. Un corredor en Marshawn Lynch que fue el mejor en la liga, contra una defensiva creativa. Una dinastía en proceso de gestación contra otra supuestamente en sus últimos momentos. El partido no sólo cumplió con las expectativas, las excedió. Por algo no había boletos disponibles para la reventa. Aquellos afortunados con boleto en mano querían ser testigos de la historia. Querían ver a un QB ganar su cuarto Super Bowl en seis apariciones, o a otro ganarlo dos veces en tan sólo tres años.

El partido tuvo cambios de ímpetu y de momento. Los Pats parecían en control de la situación a 30 segundos de terminar en la primera mitad, pero Seattle reaccionó anotando en una jugada de alto riesgo a faltando seis segundos para el receso. Fue uno de los momentos clave del partido. El riesgo que asumió Pete Carroll fue no anotar e irse al descanso desmoralizados. La jugada tuvo que ser rápida. No había muchas opciones. El duelo fue entre Chris Matthews y Logan Ryan. Matthews salió airoso. En ese final del segundo cuarto, Darrell Bevell, el coordinador ofensivo de los Halcones Marinos, empezó a atacar con éxito a Kyle Arrington y a Ryan, el cuarto y quinto esquinero de los Pats respectivamente.

Seattle no desperdició la oportunidad de abrir el tercer cuarto del partido anotando un gol de campo. En su siguiente serie ofensiva, Brady lanzó su segunda intercepción. Con excelente posición de terreno, Russell Wilson condujo una ofensiva que culminó con un pase de TD a Doug Baldwin. En ese momento parecía que Seattle tenía el partido en la bolsa. Había anotado 17 puntos sin respuesta de los Pats.

Faltaba todavía el período final.

Hubo quienes criticaron la selección de Brady como el jugador más valioso del partido. Decían que Julian Edelman, quien terminó con nueve recepciones para 109 yardas y el pase de TD que resultó ser la diferencia en el partido, merecía haber sido el designado. Yo no hubiera tenido objeción. Cuando más lo necesitaban, Edelman tuvo dos recepciones clave en tercera y 14, y tercera y ocho, en una serie ofensiva crítica para descontar la ventaja de 10 puntos de Seattle. Pero lo que hizo Brady en el último cuarto fue histórico. Completó 13 pases en 16 intentos para 124 yardas y dos TDs, y lo hizo contra la mejor defensiva de pase en la NFL, "La Legión del Boom", que en total permitió cuatro pases de TD a cuatro receptores diferentes.

La mayor desventaja que han tenido que descontar campeones de Super Bowl ha sido de 10 puntos, por parte de Washington contra Denver en el Super Bowl XXII y Nueva Orleáns contra Indianápolis en el Super Bowl XLIV, pero esas desventajas se dieron en el primer tiempo. Previamente, los 29 equipos que con ventaja de 10 o más puntos en el Super Bowl ganaron el partido. Los Pats descontaron 10 puntos en el último cuarto contra la mejor defensiva de la NFL.

Aún así, Seattle tuvo la oportunidad de ganar al final.

La decisión del grupo de entrenadores de lanzar un pase sesgado dentro de la yarda 1, en lugar de correr, a 26 segundos del final, será cuestionada por años.

Vale la pena ver la secuencia de decisiones y jugadas antes de la intercepción. Primero, fue el ajuste que hizo Bill Belichick en su defensiva secundaria. Al final del tercer cuarto, colocó a Brandon Browner sobre Chris Matthews quien tenía cuatro recepciones en ese momento. No tuvo ninguna más el resto del partido. Puso además a Malcolm Butler, el sexto esquinero del equipo, a marcar al tercer receptor de Seattle en lugar de Kyle Arrington quien había tenido problemas a lo largo del encuentro. Esos cambios neutralizaron los pases que estaba completando Russell Wilson. La ofensiva de Seattle no se volvió conservadora. Fue el desempeño de la defensiva secundaria de Nueva Inglaterra la que marcó la diferencia. Wilson intentó pases profundos, varios en dirección de Butler, pero él y sus compañeros respondieron al reto.

La serie ofensiva final de Seattle empezó con un pase de 31 yardas a Lynch. Cuatro jugadas después Jermaine Kearse se quedó, increíblemente, con un pase que había sido desviado por Butler y que le pegó en una pierna antes de asegurarlo. En ese momento todo parecía indicar que Brady perdería otro Super Bowl de forma similar a los dos anteriores, siendo víctima de una recepción improbable, y viendo a la defensiva ceder la ventaja en la serie final. Después de la recepción de Kearse, Seattle cometió un error crucial al desperdiciar segundos antes de la siguiente jugada y tuvieron que quemar su segundo tiempo fuera. En primera oportunidad desde la yarda 5, mandaron su personal básico: dos corredores, un ala cerrada y dos receptores, y Lynch llegó a la yarda 1. Bill Belichick optó por dejar correr el reloj.

Muchos no entendemos todavía la decisión de Bevell y Carroll de lanzar en ese momento. La explicación de Carroll fue que Nueva Inglaterra tenía a su personal pesado, cuatro jugadores de línea defensiva, dos linebackers y cinco en la secundaria contra el suyo de tres receptores, un corredor y un ala cerrada. Bevell dijo que no quiso correr porque se acababa el tiempo en el partido y les quedaba sólo un tiempo fuera. Ninguna de estas explicaciones tiene lógica.

En la jugada anterior desde la yarda 5, con personal básico, lograron cuatro yardas. ¿Por qué no usar el mismo personal de la jugada anterior y tratar de correr tres veces si era necesario? Normalmente es la defensiva la que ajusta al personal de la ofensiva y no viceversa. Hay una posible explicación. El departamento de estadísticas de ESPN sacó una nota indicando que Lynch había tenido cinco acarreos desde la yarda uno durante la temporada anotando sólo un TD. Aún así, creo que en ese momento, con el nivel de adrenalina al máximo, las posibilidades de anotar corriendo con Lynch eran mejores que lanzando un pase. También había otra opción. Le pedí al departamento de estadísticas que me proporcionara los resultados de Wilson acarreando desde la yarda 1 antes del Super Bowl. Tuvo dos intentos y anotó en ambas ocasiones. Lanzó también un par de veces en la misma situación siendo capturado en una y completando para TD en otra. ¿Por qué no correr la optativa con Wilson en ese momento dados los antecedentes?

El argumento de Bevell de que lanzaron porque les estaba acabando el tiempo tampoco tiene validez. Cuando Belichick decidió no pedir tiempo fuera, la ofensiva de Seattle tardó 39 segundos en ejecutar la jugada que resultó en la intercepción, ¡¡¡39 segundos!!! Obviamente no querían dejarle tiempo a Brady. Estaban tan confiados que anotarían por tierra si fallaban el pase que decidieron lanzar faltando 26 segundos.

Pete Carroll es un buen entrenador, pero la falta un poco todavía para estar en el nivel de Belichick. Esa fue la diferencia del partido. En mi nota de la semana pasada hablé de la esencia de cada uno de estos equipos, de sus respectivas ofensivas básicas. Me refiero al estilo ofensivo al que recurren en los momentos críticos y de mucha presión en un partido. Su "dieta" básica, a la que recurren cuando nada más funciona. Los Pats se mantuvieron fieles a la suya, el juego de pases cortos. Seattle quiso ser algo que no es, pretender ser un equipo pasador. Eso fue un gran error y les costó el campeonato, y ese error se le atribuye al entrenador.

Finalmente, la dupla de entrenador y QB que forman Belichick y Brady es la mejor de todos los tiempos. Tienen el mayor número de victorias, de campeonatos de conferencia y ahora de triunfos en el Super Bowl. ¿Habrían tenido por separado el mismo éxito que han tenido juntos? Nunca lo sabremos. En su caso el total es mucho mayor que la suma de las partes. Son como el hidrógeno y el oxígeno que son elementos importantes por separado, pero que juntos forman el agua.

Se dijo que los Pats ganaron sus Super Bowls debido al Spygate y que el éxito de Tom Brady se debía a que jugó con balones desinflados. Leí también críticas a Brady de que nunca había remontado una desventaja en el Super Bowl, y de que había ganado gracias a su pateador. Los Pats llegaron al Super Bowl con mucho que probar y lo hicieron ante el campeón de la NFL. Con este título todos esos argumentos quedaron refutados.

Esta columna ya no saldrá semanalmente hasta el próximo mes de septiembre. De vez en cuando publicaré alguna para hablar de sucesos relevantes como la agencia libre, el draft y noticias de interés. Agradezco a todos aquellos que me dignan leyéndola.

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