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Aquella lejana y última vez

SAO PAULO (Enviado especial) -- Cuando Roger Milla marcó dos goles en el estadio San Paolo de Nápoles el 23 de junio de 1990, ningún colombiano fue tan pesimista como para pensar que aquella sería la única y última participación de la Selección en octavos de final de una Copa del Mundo en más de dos décadas. El fútbol cafetero tenía una generación joven y talentosa como nunca y todo iba en ascenso. Pero los problemas sociales y las divisiones internas hicieron estragos y recién en Brasil 2014 la Tricolor pudo superar una primera fase.

Hoy, todas las decepciones quedaron atrás y sólo es tiempo de festejar la mejor actuación mundialista de todos los tiempos. Pase lo que pase contra Uruguay la campaña del combinado que dirige José Pekerman en esta Copa ya tiene un lugar en la historia grande. Pero para ir en busca de un mejor futuro, lo mejor es tener en cuenta los errores del pasado.

Aquel equipo se gestó en la Copa América 1987, cuando alcanzó las semifinales y derrotó a Argentina, local y campeón del mundo, en el partido por el tercer puesto. Un año después empató con Inglaterra en Wembley y el mundo entero conoció al Pibe Valderrama y su ballet. En 1989 la base del Seleccionado ganó la Copa Libertadores con Atlético Nacional y se logró la clasificación a un Mundial después de 28 años, tras superar a Israel en el repechaje.

El equipo base era: René Higuita, Luis Fernando Herrera, Luis Carlos Perea, Andrés Escobar, Gildardo Gómez, Leonel Álvarez, Gabriel Gómez, Carlos Estrada, Luis Fajardo, Carlos Valderrama y Freddy Rincón. Es decir, una defensa joven y sólida, un mediocampo talentoso como pocos y una delantera potente y certera.

En el debut, Colombia venció 2-0 a Emiratos Árabes con goles de Valderrama y Redín. Era el partido que debía ganar para aspirar a avanzar de fase y lo hizo. Luego, perdió 1-0 con Yugoslavia y en el cierre de la primera rueda se enfrentó a Alemania Federal, finalista de las últimas dos Copas y gran candidato. A un minuto del final, Pierre Littbarski abrió la cuenta y dejaba casi eliminada a la Selección. Pero Fredy Rincón se convirtió en el Coloso y marcó el gol más gritado de la historia. Ese empate 1-1 es, hasta hoy, el mejor resultado de todos los tiempos para la Tricolor.

Tiempo después, Rincón lo recordó así: "Es un gol muy bonito. Por la forma en la que fue elaborada la jugada, porque veníamos tocando desde la zona defensiva, y por la forma en que 'El Pibe' me hace el pase, un pase espectacular. Pero también por la forma en la que definí y terminé la jugada. No había otra forma para definir que de caño porque detrás venía cerrando Augenthaler. También se trataba de tener mucha paciencia, y el espacio que dejó Illgner para marcar fue ese".

En octavos de final el rival era Camerún, que había derrotado a la campeona reinante Argentina y era la gran sorpresa del campeonato. El partido fue muy parejo y los noventa minutos finalizaron empatados sin goles. Pero en el tiempo suplementario llegó la pesadilla para el conjunto que dirigía Pacho Maturana. En el inicio de la segunda etapa de la prórroga, Roger Milla abrió el marcador y tres minutos más tarde, el mismo Milla aprovechó el grosero error de Higuita y sentenció el encuentro.

"Él se me vino al cuerpo, casi con mala intención, y me ganó el balón. Después, ¿cómo hacía para parar a ese 'animal' en carrera?", se preguntó el arquero tiempo después. Y esa fue uno de los interrogantes de todo Colombia durante años. Otro fue: ¿por qué arriesgar a así en una Copa del Mundo? Nadie tuvo jamás respuestas para ninguna de las dos preguntas.

Milla declaró: "Conocía su estilo arriesgado, ya que durante una temporada en el Montpellier de Francia tuve como compañero a Carlos Valderrama, quien me comentó algunos detalles de su selección. Sabía que presionando la salida de los defensores, el arquero podría generar algún error. En esa acción, cuando el defensor (Luis Carlos Perea) le devolvió el balón a Higuita, supe que era mi momento y no lo desaproveché".

Pasaron 24 años y la historia es muy diferente. Hoy Colombia vuelve a disfrutar de una generación talentosa, pero además tiene una conducción seria y responsable, que lideró un proyecto basado en el respeto y en el trabajo. Eso es lo primero que se mejoró, ahora sólo falta no cometer los mismos errores dentro de la cancha y la Tricolor cerrará el mejor Mundial de su historia.