Damián Didonato 10y

James, el mundo es tuyo

RIO DE JANEIRO (Enviado especial) -- Cuando James Rodríguez la bajó de pecho y en ese mismo movimiento la acomodó para sacar un zurdazo impresionante que se convirtió en el primer gol de la Selección Colombia, muchos de los presentes en el estadio Maracaná pensaron lo mismo: "ahí está el mejor jugador de la Copa del Mundo". Si algo le faltaba al Diez para ganarse ese mote de forma unánime era una actuación como esta en un partido de eliminación directa.

El cucuteño llegó al Mundial como la gran figura de Colombia pero nadie pensó que podía ser así de determinante. James es hoy el jugador más efectivo del campeonato, sin lugar a dudas. En Brasil dejó de ser un simple enganche o mediapunta y se convirtió en un goleador-asistidor que puede definir un partido en cualquier momento. Desde sus pies, nacen las esperanzas colombianas.

La Tricolor eliminó a Uruguay en el estadio Maracaná, ganó el primer duelo de octavos de final de su historia y se metió entre los ocho por primera vez. Todo eso fue gracias al gran trabajo colectivo y a la solidaridad que se ve en este equipo. Pero todo ese sacrificio no tendría éxitos si no fuera por el talento individual de Rodríguez. Es él quien, con sus goles, hace valer el bueno juego del Seleccionado.

Este James es enganche pero no lo es, es atacante pero no lo es, es segundo delantero pero no lo es, es mediocampista por izquierda pero no lo es. O sí lo es, pero todo al mismo tiempo. Su versatilidad es una de las claves de este equipo, porque puede variar de posición sin resentir su aporte y eso le da una dinámica invalorable a Colombia.

Hay momentos del partido en el que retrocede hasta detrás de la mitad de cancha y recibe la pelota directamente de Abel Aguilar o de Carlos Sánchez. Allí es cuando Colombia necesita aceleración en el comienzo de la jugada, cuando despliega a los laterales y Cuadrado se cierra para asociarse. En el momento en el que el Diez se viste de enganche, Armero se convierte en mediocampista por izquierda y Sánchez se suma a línea defensiva. En general, esto sucede cuando el equipo no está en ventaja.

James está capacitado para esa función, en la que juega más de espaldas, o para pararse como mediapunta. Esto ocurre cuando el combinado cafetero está en ventaja y decide entregarle la pelota al rival y salir rápido. Entonces, es Abel Aguilar quien dar el primer pase y James se muestra como oferta de recepción cerca de Teo Gutiérrez y de Jackson Martínez. Muchas veces, es Cuadrado quien retrocede y se para en la izquierda para que Rodríguez tenga más libertad.

La función de mediocampista por izquierda no ha sido algo habitual en este Mundial, porque Armero está en un gran nivel y porque Cuadrado ha jugado en esa banda durante muchos momentos. Sin embargo, cuando Colombia necesita abrir la cancha y generarle problemas al rival gracias a la presión alta, James se para allí.

En definitiva, uno puede entender cómo está jugando la Selección Colombia con sólo ver dónde está parado James Rodríguez. Él es el termómetro del equipo y no es sólo es el líder futbolístico por su talento, sino también es el abanderado de un sistema táctico complejo que tiene en la dinámica y la movilidad sus dos principales bases.

Además de todo esto, están los goles. Pero eso es algo que se ve sin demasiado análisis. Ha marcado cinco goles en cuatro encuentros y es el máximo goleador de la Copa del Mundo hasta el momento. Además, dio dos asistencias y es uno de los futbolistas que más metros corrió en el Mundial. Estos números son importantes, claro, pero mucho más es la influencia del Diez en el juego del equipo.

James Rodríguez hoy está en boca de todos por sus goles, sus lujos y su eficacia. Pero lo más trascendente de su descomunal actuación en esta Copa del Mundo ha sido su aporte individual en búsqueda del beneficio colectivo. Él es el brillo de un sistema solidario y ordenado.

^ Al Inicio ^