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El dedo hacia él mismo

CHICAGO -- Bajo el lado de la primera base en el estadio Wrigley Field, en un cuarto deprimente, sin ventanas, pintado de blanco, donde las escaleras de cemento salen como estalactitas del techo, el gerente general de los Cachorros de Chicago Jim Hendry dijo las palabras menos ciertas de todas.

"Tenemos una conclusión a la situación del caso de Carlos Zambrano del viernes," dijo Hendry poco antes del partido del lunes en la noche ante los Piratas.

Y entonces Hendry esbozó los parametros de la más reciente -- y ciertamente el último -- intento por rehabilitar el enigma de beisbol que es el venezolano Zambrano, de 29 años. El cuento corto: Él será evaluado el miércoles por dos doctores en Nueva York, le será prescrito un programa de tratamiento y su regreso a las Grandes Ligas, sujeto a que complete este programa, será no antes del receso del Juego de Estrellas del 12 al 14 de julio.

Pero Hendry, quien parece haberse quedado sin opciones con el lanzador al que le dio grandes números salariales ($91.5 millones), se equivocó en su declaración. El anuncio del lunes no es la conclusión de la llamada Situación de Zambrano, es el comienzo. El comienzo de lo que se presume será un tratamiento para manejar la ira y el comportamiento. El comienzo, si todo sale bien, de la era en la que Zambrano comience a tomar responsabilidad por sus arrebatos. Y, si no sale todo bien, el comienzo del final.

Zambrano necesita ayuda profesional. Ustedes lo saben. Los Cachorros lo saben. Zambrano lo sabe. Sus peleas legendarias eran un gran espectáculo hace varios años. Pero entonces golpeó a un compañero en el camerino en el 2007. Y fue suspendido por seis partidos por emprenderla contra los árbitros y por volverse loco en el dugout en el 2009. Y el viernes, en el peor de una larga lista de incidentes en los que Zambrano ataca injustamente a sus compañeros, le echó la culpa, entre otros, al primera base Derrek Lee -- el profesional de la vieja escuela que está jugando, sin quejarse, con su espalda lastimada -- de no esforzarse lo suficiente al buscar una pelota por las líneas.

Primero que todo, el acusar a Lee y su defensiva de Guante de Oro de no esforzarse lo suficiente es como acusar al manager de los Medias Blancas Ozzie Guillén de no hablar lo suficiente. Eso no hace sentido. Pero, de nuevo, tampoco lo hace el propio Zambrano -- y no lo ha hecho por mucho tiempo.

Esta vez la evaluación de Zambrano y el subsecuente tratamiento es un pre requisito para un posible regreso a los Cachorros. Pero de acuerdo con fuentes familiarizadas con la situación, anteriormente el equipo le había pedido a Zambrano que buscara ayuda psicológica para sus problemas de ira. Lo que desconocemos es hasta que punto él había atendido dichos pedidos.

Hendry habló con Zambrano el lunes en la tarde y luego habló con los jugadores más tarde ese día. Cuarenta y ocho horas de negociaciones entre jugador, agente, equipo, unión y la liga produjeron este acuerdo.

"Hay muchas cosas que preferiría reservármelas," dijo Hendry. "Obviamente hemos tenido muchas transgresiones en el pasado con Carlos. Así que pienso que todo estamos de acuerdo que probablemente es tiempo de que él busque ayuda y luego dé las disculpas que tenga que dar [al equipo], en vez de hacerlo de forma inmediata. Pienso que no es el momento de las palabras unos pocos días después de los hechos, pero si es el momento de las acciones. Así que espero que él logre recibir la ayuda que necesita y que pueda rectificar algunas de sus acciones contra sus compañeros y que pueda ayudarnos desde ese momento en adelante."

Dr. Anne Malec, psicóloga clínica y terapista licenciada en familia y matrimonios del Centro de Salud Familiar de Chicago, ha visto los videos del más reciente exabrupto de Zambrano. No se lo pudo haber perdido; las repeticiones han salido más veces que los episodios de "Seinfeld."

Lo que yo vi fue una rabieta temperamental. Eso es basicamente lo que pareció.

-- Dr. Anne Malec, psicóloga clínica

"Yo vi una reacción," dijo Malec, quien enfatizó que estaba hablando en términos generales sobre Zambrano. "Lo que yo vi fue una rabieta temperamental. Eso es basicamente lo que pareció."

Así que, en términos generales, le pregunté a Malec como un terapista afrontaría la situación.

"Si yo viera a los Cachorros como un sistema grande de familia en el que uno de sus miembros está operando de una manera que es dañina para los otros miembros, al igual que para si mismo, yo haría algunas cosas simples," dijo ella. "Yo quisiera hablar con los padres de forma individual -- en este caso los managers y los coaches -- para estar segura de que estamos en la misma página en cuanto al problema y como lidiar con él. Ademas me gustaría llevar a cabo terapias de familia donde toda la familia [el equipo] venga y hable de como el comportamiento de un miembro de la familia afecta a los demás. mY me gustaría tambien hablar con el individuo afectado, sola."

Afectado es una bonita manera de ponerlo. Yo diria loco o con actitud destructiva.

Zambrano es un Milton Bradley pero a la cuarta potencia. A menos que los dueños de los Cachorros estén dispuestos a quedarse con una sustancial parte de los restantes $45 millones en el contrato de Zambrano, el lanzador es practicamente incambiable. Ha logrado alejar a algunos de sus compañeros y ha traicionado a aquellos en la gerencia que le dieron riqueza generacional. Hay gente en la organización que quisieran que él jugara en otro lado.

Roy Halladay de los Filis de Filadelfia trabaja duro con cada nuevo contrato. Zambrano cuenta los días que le restan para comenzar a vivir de su dinero mal ganado en su natal Venezuela.

"Se lo que es en un sentido, pero no puedes echarle la culpa a tus compañeros," dijo Ron Santo, la legendaria estrella de los Cachorros y miembro de la transmisión de TV del equipo, que está celebrando su 50 aniversario de ser miembro de la organización. "Uno no puede hacer lo que él hizo. Eso es increíble. … Pienso que ha perdido alguna confianza en si mismo. Hace dos o tres años, él era intimidante. Ponías el nombre de Zambrano y era intimidante, y con razón. Pero ahora él está allá afuera, y no tiene esa presencia, no tiene esa confianza. Eso es lo que tiene que recobrar."

Primero tiene que ser él mismo de nuevo. Como dijo Santo, la versión de béisbol del 2010 de Zambrano no es ni remótamente parecida a la del 2008 y antes de eso.

Zambrano es un hombre con defectos -- todos los tenemos -- pero las acciones de Zambrano fuera del terreno han opacado todo lo que él ha logrado dentro del terreno. Esta versión del 2010 es un multimillonario egoísta, infantil, y apuntador de dedos que se olvidó que un contrato de $91.5 millones viene con responsabilidades pegadas a los documentos=.

"Soy un tipo de terapista con esperanzas," dijo Malec. "Tiendo a pensar que si él esta dispuesto a poner de su parte y trabajar para lograr mejorar, sí, puede mejorar. Él necesita mostrar un esfuerzo decidido para hacer las cosas mejor. Y de nuevo, eso solo viene con el tiempo y con comportamientos adecuados, especialmente luego de haber sufrido incidentes como los que ya acontecieron, en los que se violó la confianza."

El Gran Z. El Gran Rompimiento. En las próximas semanas podremos cerrar ese rompimiento o ampliarlo. Después de todo, solo queda un dedo por apuntar.

Hacia él mismo.