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Un chico llamado Toledo

BUENOS AIRES -- Es su destino. Es un tocado por la varita mágica. Braian Toledo cumplió a la perfección otra etapa de una trayectoria llamada a ser notable en el lanzamiento de la jabalina. En Singapur 2010, consiguió la primera medalla de oro de la Argentina en la edición inicial de los Juegos Olímpicos de la Juventud, reservado para los deportistas entre 14 y 18 años de edad.

No fue una sorpresa. Era el candidato por sus antecedentes, indicadores de un piso de 80m, producto de una clasificación para estos Juegos de 82,19m, en Uberlandia, Brasil, más sus récords mundiales de la categoría menores con 84,85m, primero, y 89,34m, apenas veintiún días después.

En Singapur le bastó alcanzar 81,78m en la apertura de sus cuatro intentos para superar al estadounidense Davin Bogert (76,99m) y al lituano Instars Isejevs (74,23m). La imagen del morocho argentino, de pelo negro azabache, de 1m82 de estatura, corpulento, de mirada demostrativa de su concentración, dominó con solidez en la corredera, al ejecutar con total naturalidad los lanzamientos.

Al ser entrevistado, respondió con la frescura de un chico próximo a cumplir 17 años: "Mejor no me puedo sentir. Para mi es como un juego y practicando la jabalina me divierto. Por supuesto, en los momentos previos a una competencia estoy nervioso y ansioso. Ahora, estoy feliz por el deber cumplido no sólo por el triunfo, sino por lograrlo siendo el abanderado de la delegación".

Esto me hizo recordar cuando batió el récord mundial en Mar del Plata y teléfono mediante dijo: "Cada vez que lanzo pienso en hacerlo al infinito. Me concentro sólo en la jabalina. Me sentí muy bien desde que llegamos. Es lindo disfrutar de lo que más me gusta hacer".

Para su entrenador Gustavo Osorio la conquista tuvo como base el trabajo constante, los entrenamientos en Fornia, Italia, y el constante apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación.

A poco de concluir la prueba, conversamos con Claudio Morresi, el responsable de esa Secretaría de Deportes, que la había seguido a través de ESPN+. "Estoy muy satisfecho por él y por lo que representa para el deporte argentino", expresó Morresi. Al preguntársele como habían descubierto a Toledo, dijo: "Fue durante la etapa provincial de los juegos masivos de 2006 o 2007. Notamos su potencial y resolvimos becar a él y a su entrenador. Junto con la municipalidad de su ciudad se hizo un centro de atletismo y como se puede apreciar los resultados saltan a la vista".

-¿Cómo reconocieron ese potencial?

-Por su estructura física y su manera de ser en el torneo. Hablaba poco, se entregaba mucho y siempre estaba concentrado.

-¿Cómo lo ve ahora?
-Tiene la personalidad de un ganador. Siente a pleno lo que realiza y cuenta con las dotes para alcanzar las metas que se propone. Es un ejemplo de las bondades de nuestro sistema cuando se detecta un talento y este cumple con sus obligaciones

LA HISTORIA DE TOLEDO
Braian nació el 8 de septiembre de 1993, en Marcos Paz. Allí, creció en un humilde barrio. Como todo pequeño pasó por varios deportes, más jugando que practicándolos, hasta tomar el camino del lanzamiento de jabalina, dispuesto a recorrerlo con firmeza y pasión.

Pese a su pequeña edad, su estructura física aparecía ideal para esta especialidad. En 2006, cuando transitaba entre los 12 y 13 años, en sus cuatro participaciones, una con jabalina de 400 gramos y tres con 600, llegó a su mejor marca en esa temporada de 34,55m.

Al año siguiente comenzó de a poco adquirir técnica y el crecimiento fue notable: comenzó con un lanzamiento de 37 metros en la etapa local de los Torneos Juveniles Bonaerenses y terminó llegando al Sudamericano de Coquimbo, Chile, con 47,64 metros, registro que le sirvió para treparse hasta el cuarto puesto de esa competetencia.

Su aparición en los Torneos Bonaerenses abrió las puertas para que Secretaria de Deportes de la Nación lo becase a él y a su entrenador-descubridor Gustavo Osorio. Sin apremios económicos, la evolución fue constante y dos años más tarde, el orgullo de Marcos Paz era múltiple campeón argentino, con 20 medallas doradas, 2 plateadas y 3 de bronce en su haber.

EL DESPEGUE MUNDIAL
El domingo 12 de julio de 2009, cuando tenía 15 años, 10 meses y cuatro días, Braian Toledo estaba en Bressanone, localidad del norte italiano, en la región de Südtirol, en la frontera con Austria, compitiendo en el Mundial de menores de la IAAF (sub 16).

El chico de Marcos Paz iba séptimo cuando le dieron la orden de comenzar la quinta rueda de tiros. Sabía que le quedaban apenas dos oportunidades, y lanzó su jabalina más lejos que nunca: 73,44m, con los que alcanzó el tercer lugar.

Y con ese registro consiguió la mejor marca de su carrera con un implemento de 700 gramos (entre los mayores, el implemento pesa 800 gramos), que además era el record nacional para la categoría, superando su propio registro de 71,74m, obtenido dos meses antes, en Santa Fe, Toledo quedó detrás de Shih-Feng Huang (Taipei, con 74m) y de Killian Durechou (Francia, 73,54m), y su medalla de bronce significó la segunda presea para un atleta argentino en la historia en esta categoría, después del triunfo en garrocha de Germán Chiaravilgio en el Mundial de Sherbrooke, Canadá, en 2003.

Esta fue su tarjeta de presentación plena de energías y ganas de ser. El 13 de febrero de 2010, envió el implemento a 84,85m, en el CENARD, y mejoró el record mundial de menores Sub 18, perteneciente hasta entonces al ruso Valeri Yorgan, con 83,02. Al mes siguiente, en Mar del Plata, volvió a asombrar al clavar la jabalina a 89,34m.

A pesar de entrenarse todos los días y de estar tan metido en el deporte, Brian no descuida los estudios. Por el contrario, se recibió del tercer ciclo de escuela secundaria básica con el honor de ser el abanderado de su curso como premio por sus excelentes calificaciones.

Ahora está cursando el polimodal para culminar sus estudios secundarios en el Nacional Nº2 de Marcos Paz y también le está yendo tan bien como con la jabalina.

Esta historia continuará, porque de aquí en más mucho se va escribir del perseverante chico de Marcos Paz.

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