EFE 14y

Hushovd lució en el sprint

MURCIA -- El noruego Thor Hushovd, del Cérvelo, impuso su fuerza al esprint en la sexta etapa de la Vuelta a España disputada entre Caravaca de la Cruz y Murcia, de 151 kilómetros, en la que el belga Philippe Gilbert (Omega) logró mantener una jornada más el jersey rojo de líder.

El gigante de Arendal, de 32 años, emergió con poderío en la larga recta de llegada de la murciana Avenida de Miguel Indurain para alzar los brazos como ganador, en un duelo en el que relegó al italiano Bennati (Liquigas) y al esloveno Grega Bole (Lampre) al segundo y tercer puestos respectivamente, con un tiempo en meta de 3h.36.20.

Hushovd no había aparecido en las dos citas anteriores con el esprint, pero a la tercera fue la vencida, y pudo lucir a lo grande su maillot de campeón de Noruega. También era su tercer triunfo en la Vuelta a España, ya que en 2005 dejó su sello en Cuenca y en León en 2006.

Una bonita forma para el dos veces maillot verde del Tour de encauzar una temporada que se empezó torciendo en mayo cuando se fracturó la clavícula entrenándose en San Remo, al chocar con una niña. Se recuperó para el Tour y se proclamó en Arenberg rey del pavés, en aquella jornada tan esperada en la que Frank Schleck también se destrozó la clavícula, y Contador cedió un puñado de segundos a Andy.

También avezado en clásicas, ha sido segundo y tercero en la París-Roubaix, sabía que en Murcia tenía su opción para ganar.

"Tenía claro que los esprinters puros, como Cavendish, se iban a descolgar en el puerto, y eso me motivó para entrar en la pelea", reconoció el nórdico. Y efectivamente, el Alto de la Cresta del Gallo le desbrozó el camino al compañero de Carlos Sastre en el Cervélo.

Una etapa corta con salida en la ciudad santa de Caravaca de la Cruz, en año Jubilar, en la que los favoritos se limitaron a estar estar atentos en la Cresta del Gallo para evitar emboscadas. Era la trampa de la jornada, con la que la organización trataba de animar la fiesta, como en el Castillo de Gibralfaro en la etapa de Málaga o la pared de Valdepeñas.

Finalmente los 4 kilómetros de ascenso al puerto murciano próximo a la capital no ofrecieron nada de particular. En sus leves rampas claudicó la fuga que protagonizaron de salida el español Juan Estrada (Andalucía-CajaSur), el alemán Markus Eichler (Milram) y el francés Bichot (Bouygues). Éste último aguantó un pequeño tramo en solitario, pero despertó del sueño antes de coronar.

Cálculo infalible, porque el pelotón se olvidó de los escapados, que llegaron a destacarse 9 minutos, pero luego empezaron los relevos en el pelotón hasta cambiar el decorado. El Katusha de Purito Rodríguez se encargó de organizar el ritmo en la Cresta, con el pivot ruso Karpets tirando de la máquina, afilando el grupo de favoritos en fila india y desperdigando corredores, sobre todo esprinters como Cavendish, que enseguida claudicó.

Karpets coronó al frente la Cresta del Gallo y lanzó el descenso, en el que asomó con ambición el líder Philippe Gilbert, muy activo hasta Murcia. Algunos corredores trataron la sorpresa de última hora. Despegue sin éxito del ruso Fofonov (Astana), también de Carlos Barredo (Quick Step).

El pelotón llegó cortado en mil pedazos a la larga recta de llegada. Esprint seleccionado, sin los habituales nombres, donde debían sobresalir los supervivientes del puerto. El Liquigas quería pescar a río revuelto, pero Thor Hushovd sabía que hoy o nunca, y desplegó la bandera de su país que lleva en el maillot. Sacó pecho como ganador de etapa. Lejos aún de sus 8 triunfos en el Tour, pero su historial crece, cómo él cuando levanta los brazos en vencedor.

Philippe Gilbert mantuvo el jersey rojo con 10 segundos de ventaja sobre el duo español que espera su momento para el asalto del liderato, Igor Antón (Euskaltel) y Purito Rodríguez (Katusha). Con permiso del italiano Vincenzo Nibali (Liquigas), el tiburón que sacará sus dientes más temprano que tarde. La montaña alicantina ya se divisa.

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