<
>

Los sospechosos de siempre

Alemania sigue por la senda del gol y del triunfo, como en el Mundial 2010 Getty Images

BUENOS AIRES -- Todavía no pasaron dos meses de la final del Mundial y ya todas las selecciones corren detrás de una pelota de fútbol otra vez. Esta semana tuvimos una serie de partidos amistosos y el comienzo en serio de la clasificación para la Eurocopa 2012, con los equipos más relevantes del planeta como protagonistas.

Hago énfasis en los partidos rumbo a la Euro porque creo que son los únicos que pueden ser juzgados en serio. A los amistosos hay que darle la importancia que se merecen, que a mi entender, no es mucha. Pero cuando se juega por los puntos, ahí es donde se puede hacer un análisis más completo de la actualidad de cada equipo.

Por eso prefiero enfocarme en lo que pasó en Europa, aunque también voy a hacer una salvedad: me da la impresión de que, en estas dos primeras fechas, se fue delineando el panorama de lo que va a suceder de aquí a fines de 2011, cuando queden definidos los 14 clasificados al torneo que organizarán Polonia y Ucrania en forma conjunta.

Hay una realidad hoy en el fútbol europeo de selecciones que no se puede soslayar: hay muchos equipos, pero pocos de ellos son de primer nivel. Entonces, en cada uno de los grupos clasificatorios (seis grupos con seis equipos y tres con cinco), enseguida se suelen distanciar los seleccionados de punta de los del montón.

Con la división en las últimas dos décadas de la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia, tres potencias futbolísticas terminaron repartiendo un enorme pool de talento entre varias nuevas naciones, con la consiguiente pérdida de calidad. Y si no, cuenten, y sólo voy a dar algunos nombres: Rusia, Ucrania, Lituania, Estonia, Letonia, República Checa, Eslovaquia, Serbia, Eslovenia, Croacia, Montenegro… y siguen las firmas.

A priori, entonces, veo muy difícil que los equipos históricos se queden afuera. A lo sumo, puede pasar que un equipo de tercer nivel cumpla una gran campaña y deje afuera a uno de segundo orden, pero a la hora de la cita final, suelen ser siempre los mismos invitados. Con lo cual la etapa clasificatoria se termina pareciendo más a un desfile de partidos para confirmar a los participantes de siempre.

CONFIRMACIÓN O RENOVACIÓN
Como en todo momento posterior a una competencia relevante, son dos los caminos que eligen los equipos. Uno es el de apostar por la continuidad, algo que suelen hacer aquellos a quienes las cosas les salieron bien en esa competencia, en este caso, el Mundial. Y el otro es el del cambio, la apuesta habitual de quienes quedaron disconformes con el rendimiento y/o los resultados.

Esas dos líneas quedaron bien marcadas en la doble jornada europea. Hay selecciones que están profundizando el sistema que aplicaron antes y durante Sudáfrica, y otras que buscan dar un golpe de timón.

Entre las primeras, hay un caso muy concreto que es Alemania, que en los dos partidos confirmó todo lo bueno que había demostrado en el Mundial. Sus jugadores se conocen de memoria, el libreto funciona sin interrupciones y, de paso, Miroslav Klose sigue haciendo goles (¿llegará al 2014 para intentar batir el récord de Ronaldo?). Sólo Turquía aparece, en el Grupo A, como una posible amenaza.

En el Grupo B, quien sigue el mismo derrotero es Irlanda, que se quedó afuera del Mundial con polémica tras haber recibido un gol que debería haber sido invalidado en su repechaje ante Francia. De la mano de Trapattoni, aparece como candidata, junto a Eslovaquia y a Rusia, para pelear por el pasaje.

En el Grupo C tenemos un ejemplo distinto: una Italia que apuesta por la renovación. Empezó con el pie derecho, con dos victorias, y da toda la impresión de que su máximo rival es, después de Serbia, la misma Italia y los fantasmas de otro fracaso.

Similar es el caso de Francia en el Grupo D, con el agravante de que la campaña empezó del peor modo, con una derrota 1-0 en casa ante Belarús. Por lo menos los dirigidos por Laurent Blanc levantaron cabeza cuatro días más tarde y sumaron de a tres, venciendo 2-0 a Bosnia-Herzegovina como visitantes.

Les Bleus festejaron como si hubieran ganado la final de la Copa del Mundo, pero es comprensible pensando en el alivio que les significó, finalmente, ganar. Se sacaron un peso de encima y ahora será más fácil enderezar una campaña en la que Rumania aparece como el gran rival.

Francia viene de perder a una generación dorada, como lo fue la de 1998-2006, y el recambio no suele ser sencillo. Una mala Eurocopa en 2008 y el fracaso en Sudáfrica no hizo más que dejar al descubierto la mala relación que había entre cuerpo técnico y jugadores. Ahora será más sencillo para Laurent Blanc hacer borrón y cuenta nueva para volver a empezar.

En el Grupo E se da la situación particular de que los dos equipos llamados a ser protagonistas vienen de vivir situaciones diametralmente opuestas. Holanda fue finalista del Mundial, mientras que Suecia se quedó afuera. Será una batalla interesante en la que Finlandia y Hungría pueden ser árbitros si consiguen quitarle puntos a alguna de las dos favoritas.

El Grupo F da la impresión de que será el más parejo. Entre Croacia, Grecia, Israel, Georgia y Letonia pueden quitarse puntos y seguramente sea un final cabeza a cabeza.

En el Grupo G creo que va a suceder todo lo contrario y habrá una carrera de un solo caballo: Inglaterra. Extraño caso de continuidad a pesar del fracaso, Fabio Capello debe devolverle a la Federación la confianza renovada tras un Mundial decepcionante. Por lo pronto, empezó de la mejor manera, venciendo 3-1 como visitante a Suiza, el único equipo que había superado al campeón mundial España en Sudáfrica.

En el Grupo H hay otra selección que mantuvo a su técnico, pero los augurios son bastante peores: el Portugal de Queiroz arrancó empatando de local con el débil Chipre y perdiendo con Noruega. Y encima ésta es una zona de sólo cinco equipos, con lo que son menos las chances de recuperarse. Si los de Cristiano Ronaldo no mejoran, será un duelo nórdico entre Noruega y Dinamarca.

Por último, el Grupo I debería ser todo de España. Los dueños de la Copa del Mundo no deberían tener mayores problemas en relegar a República Checa y Lituania a la lucha por el segundo puesto.

Por ahora, entonces, no veo mayores posibilidades de sorpresa. En octubre, con la próxima doble jornada, quedará más claro si esta tendencia se mantiene.

Felicidades.