ESPNdeportes.com 14y

Aymar es de otra galaxia

ROSARIO --No mira para los costados. No mira para atrás. No presta atención a las rivales que se le cruzan.

Desesperadas, la persiguen. La tratan de marcar, estorbar o, al menos, molestar. Pero ella parece no percatarse del asedio.

Entonces baja el "Olé, olé, olé, Lucha, Lucha" de los cuatro costados de la cancha del estadio mundialista de Rosario. Claro, de ella se trata. De Luciana Aymar. ¿De quién si no?

Eso la gratifica, pero no cambia en nada su actitud. Ella sigue mirando hacia adelante, hacia donde está el arco de Alemania.

Amaga una vez, amaga dos veces, amaga tres veces. Y mientras ella sigue enganchando hacia el medio de la cancha, las defensoras alemanas siguen de largo hacia un costado. Nadie puede con ella.

¿Qué por algo es la mejor del mundo? Cierto. Pero en esta semifinal parece especialmente concentrada, particularmente encendida.

La gran cantidad de público, estar cerca de su casa, el comienzo emotivo con la gente saltando al ritmo del himno en la previa al partido. Todo eso puede ser motivo, causa, para esta actuación.

No se cansa Lucha. Sigue impecable. Otro enganche hacia el medio consigue que dos de sus marcadoras, desconcertadas por la magnífica jugada, terminen desparramadas por el piso luego de chocar entre ellas. El público delira.

Para convertir la actuación en perfecta, Aymar necesita coronarla con un gol. Perfección entonces. Con maestría toma un rebote suelto que salía con fuerza del área rival. Cuando a cualquier otra jugadora la bocha se le hubiera escapado luego de rebotarle en el palo, ella la hace dar un pequeño saltito con efecto para que le quede cerca.

Le queda cerca, claro. Ella puede. Y entonces define. Pone la bocha contra el palo contrario al que todo su movimiento previo hacia imaginar. Ella iba hacia la derecha y ejecutó cruzado hacia la izquierda, como si hubiera vuelto sobre sus pasos, pero sin hacerlo.

Gol.

Explota el público, entre incrédulo y feliz. Un señor se agarra la cabeza. Aún no entiende cómo puede ser que esta chica haga lo que hace. A una mujer joven se le escapa un "no puede ser", con una risita en la boca. Otros muchos no le buscan explicación, sólo se dedican a festejar.

Después vendrá el segundo tiempo. Las salvadas de la arquera Belén Succi y el gol de Rosario Luchetti cerca del final del partido, para definir el pleito ante las alemanas, que nunca se rinden y le meten dramatismo al final con un gol a falta de un minuto y medio.

Lucha va a estar en otra final. Va a seguir haciendo disfrutar. Al público, claro. No al equipo rival.

^ Al Inicio ^