Larry Coon 14y

Un futuro cercano

Carmelo Anthony

(Getty Images)

Billy Hunter y David Stern tienen algo menos de un año para evitar un paro laboral en 2011

La NBA ha tenido su cuota de buenas noticias últimamente. Vimos un duelo de ensueño en las Finales entre los Lakers y los Celtics, con 28.2 millones de personas, sólo en los EE.UU., mirando el decisivo Juego 7. El tope salarial subió inesperadamente a principios de julio -- como resultado de las ganancias más altas en la historia de la liga. Y luego vino la madre de todos los mercados de agencia libre, con nada menos que 11 All-Stars recientes probando las aguas y encabezados, nada más ni nada menos, que por el actual y dos veces JMV. Una nueva potencia surgió en Miami, y por toda la liga los equipos comprometieron más de 2.08 billones de dólares en contratos de varios años con más de 70 jugadores.

Sin embargo, en medio del optimismo, una nube oscura se cierne sobre lo que de otra manera promete ser una épica campaña 2010-11. El convenio colectivo de trabajo (CBA) de la NBA expirará el 30 de junio del 2011. Si la liga y el sindicato de jugadores no llegan a un acuerdo antes de entonces, la liga va a imponer un cierre patronal; un paro de labores que perturbará el negocio y podría dar lugar a la cancelación de toda la temporada 2011-12.

Diferencia de opiniones

Los conflictos laborales han formado parte de la NBA prácticamente desde el inicio de su existencia. Bob Cousy organizó por primera vez a los jugadores en 1954, y la liga reconoció formalmente a la unión en 1957. La amenaza de una huelga en el Juego de Estrellas de 1964 forzó la adopción de un plan de pensiones. El primer CBA fue ratificado en 1970, y en 1983 las partes acordaron compartir los ingresos de la liga e instituir el tope salarial actual. Los jugadores presentaron demandas antimonopolio en 1970 y 1987, y casi le quitan el certificado al sindicato (una táctica que veremos más adelante) en 1995.

A pesar de esta confusión, la NBA no se perdió ni un solo juego por cuestiones laborales hasta 1998. Eso cambió cuando la Liga hizo valer su opción de terminar el CBA de 1995 al término de la campaña 1997-98. Sin haber llegado a un nuevo acuerdo el 1° de julio de 1998, la liga suspendió sus operaciones y paró a sus jugadores. Las partes llegaron a un nuevo acuerdo justo antes de la última fecha para cancelar por completo la temporada, salvando a duras penas una campaña corta de 50 partidos. El acuerdo de 1999 se mantuvo en vigor hasta el 2005, cuando las dos partes llegaron a un acuerdo rápidamente sobre el ACB que sigue vigente hoy por hoy.

Los propietarios se negaron a invocar la opción de ampliar el actual CBA hasta el 2012, decidiendo en cambio dejarlo expirar en el 2011. Su principal motivación es financiera. Los jugadores tienen garantizado el 57 por ciento de los ingresos de la liga -- y estamos hablando de ingresos brutos, antes de que se deduzcan los gastos. Esto ha conducido a lo que el comisionado David Stern citó como una pérdida de al menos 200 millones de dólares por año durante los primeros cuatro años del acuerdo, y $370 millones en el 2009-10. Según el informe 2009 de Forbes sobre las valuaciones de las franquicias de la NBA, 12 de los 30 equipos perdieron dinero en el 2008-09, lo que forzó a la liga a sacar una línea de crédito de $175 millones en el 2009 para ayudar a rescatar a las franquicias con problemas financieros. Stern le adjudica toda la culpa a los salarios de los jugadores.

"[Son] demasiado altos", dijo en febrero. "Puedo alejarme de esto, pero no puedo escaparme de esto, y creo que los jugadores tampoco. Estos son los hechos, y esto es con lo que estamos lidiando. Nos estamos basando en los hechos".

El director ejecutivo de la Asociación de Jugadores, Billy Hunter, discute estos hechos, y hasta llegó a tachar los argumentos de Stern de "tonterías". Según Hunter, gran parte de las pérdidas reportadas surgieron de la amortización y los intereses sobre la deuda, lo que no debería tenerse en cuenta en el balance de la liga. "Puede que ni siquiera haya pérdidas. Todo depende del procedimiento contable que se utilice", dijo Hunter."Si decides no tener en cuenta los intereses y la amortización, ya estás cortando 250 de los $370 millones".

El argumento de Hunter es que los costos asociados con la compra-venta de equipos están separados y son distintos de los relacionados con el funcionamiento de los equipos. De la misma manera que los jugadores no tienen derecho a recibir una parte de las ganancias cuando los equipos son vendidos, no deberían ser gravados por los gastos relacionados con la compra de equipos.

En respuesta al comentario de "tonterías" de Hunter, Stern se mantuvo en sus trece. "Yo crecí en Stern's Delicatessen", dijo en junio. "Se ha equivocado de carne. Esto es sustancia".

Así que nos encontramos en un punto muerto, ya que las partes no logran ponerse de acuerdo sobre cómo interpretar la misma información.

"Hay un abismo, no una brecha"

Las partes comenzaron a negociar con una anticipación inédita, reuniéndose en agosto del 2009 para intercambiar números y definir metas. La liga presentó una propuesta en enero que fue recibida con frialdad por parte de los jugadores. La propuesta habría consistido en una reducción drástica en el reparto de ingresos para los jugadores, con elementos de un tope salarial "duro" o fijo. Según Stern, simplemente fue un reflejo de las realidades económicas. "Les habíamos asegurado a los jugadores que les entregaríamos una propuesta que conduciría a un modelo de negocios sostenible y basado en hechos indiscutibles, y eso fue lo que hicimos", dijo.

Establecer un tope salarial rígido representaría un cambio radical en la forma que la liga se ha manejado durante casi 30 años. La NBA actualmente utiliza un tope salarial "suave", lo que significa que existe un límite de gastos, pero los equipos están autorizados a superarlo en determinadas circunstancias definidas como "excepciones". Una de esas excepciones son los derechos "Bird", la posibilidad de superar el tope salarial en la renovación contractual de los jugadores propios. "Esto se arraigaba en nuestra creencia de que era algo bueno contar con la continuidad de tener un jugador que le dedicaba toda su carrera a un equipo", dijo Stern. La implementación de un límite estricto significaría eliminar la mayoría o todas estas excepciones, que ya son de uso común.

Todo se reduce al control de costos. Cada excepción tiene un costo en los libros que se puede medir en dólares. Al eliminar o limitar estas excepciones, la liga estaría reduciendo gastos. El escolta de los Lakers y presidente del sindicato Derek Fisher dijo que la eliminación de las excepciones como los derechos Bird sería agobiante tanto para los jugadores como para los equipos. "La eliminación de las excepciones en realidad significaría un movimiento [de jugadores] más restringido", comentó. "Eso es algo que estamos trabajando muy duro para pelear. Muchos jugadores se encuentran en situaciones que no son buenas para ellos y que no son buenas para sus equipos. Nuestras excepciones, nuestros derechos Bird, les permiten a los jugadores tomar esas decisiones, y les brindan a los equipos mayor flexibilidad para hacer los cambios que necesitan hacer".

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Ronald Martinez/Getty Images

Tras desear un paro en 1998, el presidente de la unión de jugadores Derek Fisher espera evitar el próximo.

Otro tema fundamental en la agenda de los propietarios es cambiar la forma en la que se reparten los ingresos entre los propietarios y los jugadores. "Parte del problema con el sistema actual es que se basa mayormente en los ingresos, y no en los ingresos netos", dijo el comisionado segundo de la NBA, Adam Silver. Bajo el sistema actual, los equipos deben cubrir todos los gastos con su porción de las ganancias. Pero se necesita dinero para hacer dinero, y el aumento en los ingresos (de los cuales los jugadores se benefician) viene como resultado de un aumento en los gastos (los cuales no afectan a los jugadores). "Nuestros equipos han hecho un trabajo espectacular aumentando la venta de boletos dentro de una economía sufrida ", dijo Silver, "pero eso tuvo un costo de promociones, marketing y personal adicional".

"Hoy en día se necesitan mayores inversiones y esfuerzo que en el pasado para producir [ganancias]", dijo Stern. "No estamos alegando pobreza. Estamos alegando la necesidad de un mejor modelo de gastos/ingresos que sea sostenible y siga permitiendo que nuestro deporte crezca".

Las partes volvieron a reunirse durante el fin de semana All-Star, esta vez con la asistencia de varios jugadores estelares como LeBron James, Dwyane Wade y Carmelo Anthony en muestra de solidaridad. La propuesta de los propietarios fue el tema principal de conversación. "Se intercambiaron los adjetivos adecuados, y nuestra propuesta fue delatada de forma apropiada", dijo Stern. "Nuestra respuesta es que puedes delatarla, romperla, quemarla y saltar sobre ella, siempre y cuando comprendas que refleja la realidad financiera del lugar en el que estamos".

Y, dicho esto, quedó en los jugadores plantear su propia propuesta. "Les dijimos, en la medida que a nosotros respecta, [nuestra] propuesta solamente es una manera de llegar al resultado que necesitamos", dijo Stern."Podría haber cientos de formas, y le damos la bienvenida a su intento de hacerle frente a este desafío". Fisher agradeció la tarea en cuestión, diciendo que los jugadores armarían "la propuesta más realista y sería posible, y no algo que enviamos de vuelta sólo por ejercicio".

Los jugadores presentaron su propuesta a fines de junio. Conservaba muchas de las características del acuerdo actual, incluyendo el tope blando, las excepciones y el impuesto al lujo, pero proponía un reparto de ingresos más agresivo y eliminaba la indemnización del año base, un mecanismo que hace que los jugadores sean más difíciles de intercambiar bajo ciertas circunstancias. La liga no consideró que los jugadores cumplieran con su misión. "Estamos pidiendo cambios fundamentales en el sistema, y los jugadores, como Billy Hunter ha dicho públicamente, realmente quieren que el sistema actual continúe", dijo Stern. Las partes volvieron a reunirse en agosto, cuando Stern habría proclamando: "Hay un abismo, no una brecha".

"En base a la propuesta que nos enviaron inicialmente, la que no consideramos como una base para arrancar, tal vez sí haya un abismo", dijo Fisher, quien también destacó los avances que se han realizado durante el último año.

Fisher dijo que cree que la propuesta de los jugadores alcanzó su destino, sin lugar a dudas. "Ambas partes pueden estar de acuerdo o no en ciertos puntos, pero nosotros creemos firmemente que nuestra propuesta contenía elementos que pueden ser beneficiosos para ambas partes, y que realmente podría utilizarse como punto de partida", agregó. "Así que a medida que se vaya desarrollando este proceso, iremos viendo qué tan cerca nos quedamos de esta propuesta en particular".

¿El sistema ya no funciona?

Un mero observador casual quizá no note que a pesar de contar con un sistema que la liga dice que ya no funciona, los potenciales propietarios aún hacen fila para comprar equipos, y la venta más reciente (los Golden State Warriors por $450 millones) representa un precio récord para una franquicia de la NBA. Stern no está de acuerdo con las implicaciones. "Es en cierto punto porque creemos que vamos a conseguir un nuevo acuerdo colectivo, por decirlo así de simple", dijo. "Si alguien me pregunta si un equipo es una buena oportunidad, mi respuesta es, 'Será mejor que te apures, salen como pan caliente, y van a ser más valiosos cuando consigamos un sistema que sea aun más sostenible'".

El argumento más visible es que la liga puede estar en mejor estado de lo que afirmaron los propietarios este verano, cuando los equipos invirtieron salvajemente en agentes libres. ¿Cómo explicar la contradicción cuando los equipos que se quejan de que los sueldos de los jugadores son demasiado altos son los mismos equipos que contratan a jugadores por sumas exorbitantes?

"Llegan a regularse a sí mismos", dijo el escolta de los Hawks y vicepresidente de la asociación de jugadores, Maurice Evans, a CBS.com. "Los dueños son los que están firmando estos acuerdos. No hay nada en el acuerdo colectivo que diga que tienes que hacer eso, así que ¿por qué vamos a proponer algo que diga que no se puede hacer eso?".

Esto plantea la siguiente pregunta, ¿cómo puede una liga que dice que es una situación tan extrema también gastar tanto en los agentes libres? Tal vez la respuesta viene de la estructura de la liga, como una asociación de franquicias independientes. A veces, los equipos son una sola entidad, trabajando en conjunto para su mejor interés mutuo, pero en otros momentos son 30 empresas independientes, que compiten entre sí por los mismos recursos limitados. "Queremos que los propietarios puedan competir dentro de las reglas tan duro como puedan, porque compran nuestros equipos", dijo Stern. "Nuestros equipos compiten. Son competidores".

No es tan simple como "simplemente decir no" cuando se trata de gastar dinero en salarios de los jugadores. Hay tantos Wades, Carlos Boozers y Amare Stoudemires para todos, y los equipos saben que si no se suben al tren habrá otro equipo detrás de ellos que se los llevarán. "Nuestros equipos son alentados para que compitan entre si tan duro como puedan dentro del sistema", dijo Stern. "Si tienen el tope salarial, los propietarios lo gastan porque quieren ganar. Eso es algo bueno para nuestros fanáticos y es algo bueno para nuestros jugadores, pero no es tan bueno para nuestros propietarios".

No es tan simple como si los equipos pudieran reunirse y decir, por ejemplo, Rudy Gay es un jugador de $ 8 millones, así que no compitamos entre nosotros por más de eso. Eso es complicidad y es ilegal. Así que la responsabilidad recae sobre los propietarios al momento de garantizar que las normas adecuadas se ponen en su lugar durante el momento de la negociación colectiva con los jugadores, además del hecho de trabajar en conjunto en lugar de competir.

Así que en resumen, la liga quiere reemplazar lo que considera un sistema roto con uno donde los 30 equipos puedan obtener algún beneficio, y puedan darse el lujo de hacer que los compromisos financieros necesarios para competir por un título. "Nuestra meta para nuestros equipos, nuestros jugadores, pero especialmente nuestros fanáticos, es lograr un modelo que diga que cada uno de los equipo de la NBA será capaz de competir", dijo Stern en febrero.

Por otra parte, Fisher dijo que un sistema en el que cada equipo puede competir no implica un sistema en el que los equipos estén aislados de las consecuencias de malas decisiones. "Nos hemos quedado en situaciones donde los equipos han administrado mal el gasto, ha pagado en exceso al personal, o tomado decisiones con las nóminas y de personal que no resultaron en su mejor beneficio – cosas de las cosas que ahora nos piden que nos hagamos responsables", dijo. "Cada equipo tiene que ser responsable por el funcionamiento de su negocio, y no tenemos nada que ver con las decisiones que toman. ¿Por qué deberíamos hacer concesiones ante los errores que comete cada equipo sobre los cuales no teníamos control?".

Stern y la liga saben que arreglar el sistema involucrará más que sólo convencer a los jugadores que tendrían que cobrar menos. También serán necesarios cambios en la forma en la que se dividen los ingresos entre los equipos. Stern no lo ve como una cuestión de una posibilidad u otra. Dijo que la liga ya ha cuadruplicado la cantidad de dinero que es de ingresos compartidos, y tiene la intención de tener un nuevo modelo en marcha cuando terminen las sesiones de negociación por del nuevo acuerdo. "Vamos a hacerlo todo al mismo tiempo", dijo en febrero, hablando de una negociación a la que calificó como una "discusión fuerte" entre los propietarios.

Aunque la diferencia entre sus posiciones es amplia, las partes parecen estar mejor situadas para resolver amistosamente sus diferencias que en 1998. Esto parece ser, al menos en parte, resultado de la influencia de Fisher, un veterano de la huelga de 1998-99 y ahora el presidente del sindicato. En 1998 los jugadores a menudo parecían estar aislados de la realidad económica – algo que quedó ejemplificado por la infame cita del entonces presidente del sindicato, Patrick Ewing, "Claro, ganamos un montón de dinero, pero también gastamos mucho".

La vida de paro

Fisher dijo que los jugadores de la actualidad son conscientes de lo que está pasando en los EE.UU. y en todo el mundo, y aunque menos del 10 por ciento de los jugadores que pasaron por el paro en 1998-1999 aún se encuentran en la liga, entienden el impacto que otro paro podría llegar a tener. "Creo que todo el mundo lo suficientemente inteligente como para saber. A pesar de que probablemente tenían 10 años de edad cuando se dio el bloqueo en el 99, son lo suficientemente inteligentes para entender cómo otro bloqueo sería malo para nuestro negocio", dijo.

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Henny Ray Abrams/AFP/Getty Images

¿Podrá el poco feliz lockout de 1998 regresar en esta temporada baja?

Stern dijo que la NBA ha hecho su parte para asegurar que los jugadores estén educados acerca de la situación de la liga. "Les hemos dado nuestros estados financieros certificados", dijo. "Hemos proporcionado acceso a los rendimientos de nuestros impuestos, y estamos a la espera de su revisión de esos, y en caso de que necesiten más, van a conseguir más. Le hemos dado a la Asociación de Jugadores más información financiera de la que hayamos provisto a lo largo de la historia del deporte".

Ambas partes esperan que un progreso significativo se realice a medida que las negociaciones continúen durante el próximo año, y esperan que se llegue a un acuerdo antes del 30 de junio. Si no tienen un nuevo acuerdo antes de esa fecha - cuando expira el actual acuerdo - la liga se cerrará. Esto es necesario porque las operaciones de la liga están ligadas a la existencia de un acuerdo de negociación colectiva. El acuerdo colectivo define el campo de juego. Por ejemplo, establece que los equipos tienen los derechos exclusivos de negociación de sus selecciones de draft, que es lo que impide que los 30 equipos intenten firmar con la primera selección. Define los salarios mínimos y máximos, duración de los contratos, las normas de intercambio - todo.

A los jugadores no se les paga en el caso de un paro. "La legislación laboral permite a los empleadores retener la compensación a los empleados durante un bloqueo para que el bloqueo sea un arma más efectiva en las negociaciones", dijo Gabriel Feldman, profesor de derecho y director del Programa de Derecho del Deporte en Tulane Law School. "Si se le pagara a los empleados durante un paro, tendrían menos incentivos para volver a la mesa para negociar".

Eso significa que la suspensión del trabajo tiene que ser vista como un arma en el arsenal de la liga. Al eliminar la fuente ingreso de la mayoría de los jugadores, los propietarios estarán poniendo una restricción financiera en los jugadores para acelerar un acuerdo más favorable a la liga. Mientras que los jugadores podrían pegarse a sus armas hasta la temporada 2010-11 y durante el verano, si hay un bloqueo, su punto de vista comenzará a cambiar una vez que se pierdan sus cheques de pago por primera vez el 15 de noviembre. Esta expectativa podría incluso aumentar la probabilidad de un paro, ya que los propietarios saben que los jugadores estarán más ansiosos por llegar a un acuerdo en diciembre o enero que en julio, y podrían esperar hasta que los jugadores se hayan ablandado un poco antes de entrar en serias negociaciones.

Otra forma en que los dueños podrían aprovechar un paro prolongado es tomando ventaja del sindicato que opera en virtud del sistema de "un jugador, un voto". Los jugadores de base son muchos más que las superestrellas, por lo que una propuesta que pone a todos a trabajar a costa de reducir significativamente los salarios máximos podría pasar por un margen significativo cuando pase a una votación sindical.

Los propietarios tienen la ventaja en caso de un paro. Por lo general tienen más reservas financieras, son dueños de otras empresas que siguen proveyendo ingresos y actúan como una unidad más coordinada y coherente detrás del comisionado. También son relevados de sus mayores gastos (salarios de los jugadores), junto con el costo de armar los partidos. A los equipos que están perdiendo dinero les conviene no jugar que jugar otra temporada bajo el mismo sistema.

Algunos ven un paro como una conclusión inevitable, y están planificando en consecuencia. "Me estoy preparando para un cierre en este momento, y no he visto nada que me haga cambiar esa idea", dijo Hunter a ESPN.com. "A partir de este momento, estoy dispuesto a preparar a los jugadores para el peor de los casos". Fisher, por otra parte, se mantiene optimista. "El paro no es el resultado final que quiero, ni ninguno de nuestros jugadores, y si los propietarios no están interesados en tener un paro, entonces tendremos que llegar a un acuerdo", dijo.

Si los propietarios tienen la carta de triunfo en la forma de un paro, ¿Que contramedidas tienen los jugadores a su disposición? Por un lado, la dirigencia sindical insta a los jugadores a estar preparados para cualquier contingencia. "Parte de nuestra misión anual, incluso en el primer año de nuestro acuerdo de negociación colectiva, es impulsar a nuestros jugadores a ser inteligentes y diestros en su planificación financiera," dijo Fisher. "Es algo que hacemos todos los años, durante todo el año, y durante un año antes de un potencial paro".

Efectos en el mercado de agencia libre

Los jugadores también han estado actuando de forma individual para asegurar tantos años como sea posible bajo el marco del acuerdo actual. Kobe Bryant, Pau Gasol y Manu Ginóbili firmaron extensiones lucrativas este año. James, Chris Bosh, Amare Stoudemire, Paul Pierce y Dirk Nowitzki ejercieron sus opciones de convertirse en agentes libres en el 2010 en lugar del 2011 (que fue una de las razones por las cuales la agencia libre 2010 se cargó tanto de talento). El fichaje más notable fue el de Richard Jefferson, quien renunció a un salario de 15.2 millones de dólares para renovar su contrato con los Spurs por un salario inicial de 8.4 millones de dólares pero con cuatro años asegurados bajo el actual ACB.

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Andy Lyons/Getty Images

La ausencia de un nuevo CBA debilitó la estadía de Carmelo en Denver

Esto también afecta la situación de Anthony. Los Nuggets han puesto una extensión de tres años sobre la mesa, pero aparentemente Anthony está descontento en Denver, y preferiría ser canjeado a otro equipo. Por lo general el jugador tiene las de ganar en estas situaciones. Si el equipo no lo canjea, puede irse como agente libre al final de la temporada, dejando al equipo con las manos vacías. Sin embargo, la situación laboral actual les brinda más poder a los Nuggets. Pueden poner la extensión sobre la mesa y dejar que Anthony decida si la aceptarla y asegurarse otros tres años bajo el marco del acuerdo actual, como Bryant y los demás, o bien jugarse en la agencia libre 2011, arriesgándose a fichar por mucho menos bajo las reglas que entrarán en vigor con el próximo acuerdo.

Esto no quiere decir que los jugadores que firmen nuevos contratos o extensiones bajo el acuerdo actual estén necesariamente seguros. Las normas vigentes determinan que el salario de un jugador en el primer año de una extensión no debe exceder el salario máximo. Esta determinación se aplica en el año que la extensión entra en efecto. Las extensiones de Bryant, Gasol y Anthony (potencialmente) recién entrarán en efecto bajo el nuevo ACB, de modo que estos jugadores podrían verse limitados por una nueva regla de salario máximo que prevea un salario considerablemente menor del que actualmente apuntan a ganar.

Es posible que los salarios actuales se reduzcan en todos los ámbitos. Ha sido una práctica común en la NBA respetar los contratos existentes, aplicándose las nuevas restricciones (por ejemplo, limitaciones adicionales sobre los salarios o la duración de los contratos), únicamente a los contratos firmados después de que el nuevo CBA haya entrado en vigor. Pero la liga y la asociación de jugadores no están obligados a hacer esto en el futuro, y podrían acordar que las nuevas restricciones se apliquen con carácter retroactivo a los contratos existentes o que todos los salarios actuales se reduzcan en un determinado porcentaje para cumplir con los nuevos objetivos de reparto de ingresos. Esto sucedió en la NHL tras su disputa laboral en el 2004-05, cuando las partes acordaron reducir los salarios en todos los contratos existentes en un 24 por ciento.

El resultado de esto es que el esfuerzo por firmar contratos de largo plazo bajo el acuerdo actual -- ya sea a través de un nuevo contrato o de una extensión -- podría terminar siendo en vano. Dado que no sabremos cuáles serán las nuevas reglas hasta que se apliquen, lo más prudente para los jugadores es asegurar todo lo que puedan bajo los términos del actual ACB.

Otra estrategia a disposición de algunos jugadores es ejercer su oficio en otra parte si llegara a producirse un cierre patronal. Esta opción sólo está disponible para los jugadores que serán agentes libres en el 2011, ya que los jugadores bajo contrato con un equipo de la NBA no tendrán la autorización necesaria de la FIBA para firmar en otro lado, aún en el caso de un cierre patronal. Algunos jugadores podrían migrar a Europa o China, pero probablemente no habrán suficientes deserciones como para que influyan en las negociaciones."No puedo especular sobre cada hombre en particular y cuál será su proceso de toma de decisiones", dijo Fisher. "Creo que eso es parte de la belleza de nuestro juego -- porque tenemos tantos jugadores que se encuentran en diferentes circunstancias y de diferentes partes del mundo, que serán libres de tomar esas decisiones como mejor les parezca".

Momentos desesperantes

La carta de triunfo real en manos de los jugadores podría ser la descertificación del sindicato. Muchas de las prácticas de la liga, como el tope salarial y el draft, podrían violar las leyes antimonopolio, de no haber sido aceptadas a través de la negociación colectiva. Estas prácticas están exentas de las leyes de defensa de la competencia siempre y cuando formen parte del acuerdo colectivo. Esta exención continúa incluso después de que el acuerdo colectivo expire, siempre y cuando una "relación laboral" siga existiendo. Pero esta relación se acabaría si la unión es descertificada, porque los jugadores estarían abandonando sus derechos de negociación colectiva y convirtiendo al sindicato de jugadores en una asociación comercial sin fines de unión.

La descertificación sería rápidamente seguida por una demanda antimonopolio en contra de la liga, desafiando sus restricciones contra los movimientos de jugadores y salarios. El tope salarial, el impuesto de lujo, los salarios máximos, límites a la agencia libre, los límites de edad y el draft serían atacados. Incluso la capacidad de la liga de llevar a cabo un paro sería impugnada, y los contratos existentes de los jugadores probablemente se volverían manejables. "La liga no tiene un arma en su arsenal que iguale la potencial amenaza de la descertificación y una demanda antimonopolio", dijo Feldman.

Esta estrategia es arriesgada. Sin los beneficios de la negociación colectiva, cada jugador tendría que negociar con los equipos. También cederían sus derechos a las pensiones, las prestaciones, salarios mínimos y otras protecciones. Una demanda antimonopolio amenaza a ambas partes a una batalla legal larga y costosa.

En cambio, los jugadores están esperando que el doble golpe de la descertificación seguido por una demanda antimonopolio motive a la liga de negociar hacia una solución más favorable y evitar el tiempo, los gastos y la incertidumbre de un litigio, junto con el caos. "El acuerdo colectivo está totalmente ligado a la existencia de la unión", dijo Feldman. "Sin un sindicato, no puede haber negociación colectiva. Sin negociación colectiva, no puede haber ningún acuerdo de negociación colectiva".

Los jugadores de la NFL utilizaron la descertificación con éxito para obtener la agencia libre en la década de 1990. Los jugadores de la NBA estuvieron a punto de emplear esta estrategia en 1995 y en 1998, pero votaron en contra de la descertificación en ambas ocasiones. Fisher dijo que tienen un largo camino que recorrer antes de llegar a ese punto de nuevo. "Creo que la descertificación es siempre una de las estrategias y las oportunidades que se encuentran al final de este proceso", dijo. "Es difícil para mí decir si será viable o no en este momento. Si la veo como una opción, pero me gustaría enfocarme en la oportunidad de ni siquiera tener que llegar a eso".

Es probable que ambas partes hayan estado observando de cerca el reciente caso de American Needle entre la NFL y uno de sus concesionarios, en el que la liga argumentó que es una entidad única para todos fines y por lo tanto incapaz de violar las leyes antimonopolio. Un fallo a su favor habría hecho que la NFL (y por extensión, la NBA) quedase inmune a una demanda antimonopolio, haciendo que la estrategia de la descertificación quedase sin valor. En su lugar, el Tribunal Supremo falló en contra de la liga, y al hacerlo, evitó cambiar la forma en la que operan ligas deportivas profesionales. "A todos los efectos imaginables, y después de décadas de litigar el asunto, el argumento de entidad única de las ligas deportivas profesionales ha desaparecido", dijo Feldman.

Se acaba el tiempo

El bloqueo de 1998-99 tuvo una repercusión enorme y de larga duración en las finanzas de la liga, en la imagen, las relaciones públicas, la asistencia a los partidos y los ratings de televisión. De acuerdo con un sondeo de CBS News-New York Times que se llevó a cabo durante el cierre patronal, casi uno de cada tres fanáticos dijo que la disputa laboral bajó su opinión con respecto al básquetbol profesional y de aquellos en el negocio. Newsweek lo llamó "una incomprensible e inconcebible disputa entre bandas de millonarios". Stern dijo después, "Tenemos por delante la reconquista de los fanáticos".

Al mirar hacia el abismo una vez más, ambas partes parecen comprometidas a evitar que se repitan los acontecimientos de 1998.

"Eso es algo de lo que queremos estar lejos" dijo Fisher. "Tendría un efecto dominó en muchos niveles y se sentiría por todas partes. Ambas partes tienen una mayor comprensión del impacto de los jugadores de la NBA y el básquetbol en todo el mundo, y ninguno de los dos quiere detener el crecimiento de este juego".

"No sé en cuántas negociaciones colectivas he participado en los últimos años", dijo Stern. "Hasta ahora, sólo hemos fracasado y no pudimos llegar a un acuerdo en 1998. Muchos de los otros han empezado mal, [y] hubo predicciones de fatalidad y pesimismo. Sólo hay que seguir intentando".

Queda menos de un año. El reloj no para.

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