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Contraste de decisiones

BRISTOL -- Anoche durante la transmisión del partido Green Bay vs Chicago no era el momento de entrar en una discusión detallada acerca de si debió Rex Ryan o no alinear a Braylon Edwards el domingo contra Miami, pero se convirtió en tema relevante cuando Lovie Smith, en la rivalidad más vieja y candente de la NFL, y disputando el liderato de su división, decidió desactivar a Tommy Harris, baluarte y pieza clave de la defensiva de Chicago. Vale la pena evaluar este contraste de decisiones.

Primero, hay que sentar antecedentes. Personalmente, tuve la influencia de jugar para Bill Parcells, un entrenador que no toleraba la indisciplina y que tenía reglas muy claras. Cometer un crimen equivalía a violar automáticamente las reglas del equipo. Mi manera de pensar respecto a las reglas de un equipo está fundada en esta experiencia.

Segundo, los Jets, pocos días antes del incidente de Braylon Edwards, habían contratado a un servicio de transporte privado, operado por policías fuera de turno, para recoger a jugadores que habían tomado para evitar que manejaran ebrios. La condición que le dio Woody Johnson, el dueño de los Jets, al servicio de transporte, fue que nunca darían el nombre, o los nombres de los jugadores que usaran el servicio. De hacerlo, quedarían despedidos. Los jugadores de los Jets sabían este detalle el cual se instituyó para asegurarles a los jugadores que habría total privacidad.

Tercero, Lovie Smith declaró que la desactivación de Harris no fue por razones disciplinarias, sino porque quería "probar" a otros jugadores contra Green Bay. Esta declaración da a entender que Harris no estaba jugando ni entrenado a buen nivel. Es curioso que compañeros de Harris como Brian Urlacher declararon lo contrario.

A lo que voy es que Lovie Smith tomó una decisión complicada, cualquiera que haya sido su razón, que marginó de un partido crucial a un jugador clave. El mensaje de Lovie Smith fue que ningún jugador está por encima de sus reglas, ni por encima del equipo y que si se va a ganar, se hará de acuerdo a este criterio. El mensaje de Rex Ryan, es que las reglas de disciplina pasan a un papel secundario y que es más importante ganar un partido que cumplir con estas reglas.

Lovie Smith expuso el resultado de un partido pero mantuvo su integridad. Rex Ryan sacrificó su integridad para ganar un partido. Me recuerda la manera de pensar de su padre Buddy, también un entrenador excepcional, pero el cual cometía castigos intencionalmente al final de los partidos para gastar el tiempo restante. Las Águilas de Filadelfia de Buddy Ryan tenían una personalidad similar a la de los Jets de Rex. El problema de los equipos de Buddy fue que durante los playoffs, cuando la disciplina era fundamental e indispensable, no podían cerrar partidos porque mentalmente no eran capaces de superar situaciones críticas.

Lo irónico de la situación es que los Jets podrían haber ganado su partido contra Miami sin Edwards. El no usarlo les habría obligado a buscar otro tipo de recursos, como lo demostraron en el primer cuarto, y eso a largo plazo les habría abierto diferentes opciones que habrían sido de beneficio para el futuro. Díganme ustedes, ¿mentalmente habrían ganado más los Jets jugando al tú por tú como estaban sin Edwards aún si hubieran perdido, o teniendo un record de 2-1, sabiendo que el resultado fue más importante que la integridad del equipo?

No podemos andarnos por las ramas. Lo que cometió Braylon Edwards fue un crimen y fue arrestado por esa falta. Eventualmente tendrá un juicio. Dicen los directivos de los Jets que es la responsabilidad de la liga suspender a jugadores por este tipo de transgresiones y según Mike Tannenbaum, el Gerente General, "la organización estaba haciendo más de lo requerido al suspender durante el primer cuarto a Edwards".

Se apoyan también en el hecho que el acuerdo laboral entre jugadores y la NFL no permite la desactivación de un jugador después del primer arresto de manejar en estado de ebriedad. Esto no es más que basura. Los Jets pudieron activar a Edwards, si no querían violar las reglas del acuerdo laboral, y decidir no usarlo a lo largo del partido en lugar de solamente el primer cuarto.

El caso de Edwards es único porque tuvo la oportunidad de evitar la situación usando el servicio de transporte contratado por Woody Johnson, y porque ya tiene antecedentes. Es del dominio público que estuvo con Donté Stallworth bebiendo toda la noche antes de que éste atropellara y matara a un peatón en la ciudad de Miami manejando en estado de ebriedad. Lo mismo le pudo haber pasado a Braylon Edwards quien también fue arrestado por pelear afuera de un club nocturno en Cleveland. De hecho, este último arresto violó los parámetros de su libertad condicionada después de tal incidente.

Tristemente el mensaje aquí es que si tienes talento, nos haremos de la vista gorda y las faltas de disciplina serán perdonadas. Esto, les aseguro, no es el tipo de mentalidad que distingue a un equipo campeón. Sin disciplina no se logra nada.

Rex Ryan perdió una oportunidad de oro para mandarle el mensaje correcto a su equipo y meter en cintura a jugadores que no se dan cuenta de la oportunidad que tienen enfrente. Si no, ¿por qué andaban en la calle a las 5 a.m. en estado de ebriedad?