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Casi la puntilla

BRISTOL -- En términos taurinos, dar la puntilla es la manera de rematar los toros de lidia cuando están moribundos después de la estocada. En la NFL, hay varios equipos que recibieron este domingo la estocada y están moribundos. Al igual que lo que pasaría con un toro de lidia, sólo un milagro y medidas excesivas los salvaría de la muerte.

En Minnesota recurren al dicho de que "Palo dado ni Dios lo quita". Por más que admitan que hubo errores de los árbitros en el TD anulado a Visanthe Shiancoe, la realidad de las cosas es que los Vikingos perdieron por cuatro puntos al tener que patear un gol de campo en lugar de haber tenido ese TD. Ahora nos enteramos que Brett Favre tiene un par de fracturas menores, pero al fin de cuentas fracturas, cerca del tobillo que le fue operado en mayo. Esto, aunado con las siete entregas en derrotas contra los Jets y Green Bay, incluyendo dos intercepciones que fueron regresadas para TD, ponen en duda su inicio el próximo domingo ante Nueva Inglaterra. Es probable que esté fuera dos partidos. La ventaja de Minnesota es que está en una división en la cual ningún equipo se ha despegado y tiene partidos contra Chicago (2) y Green Bay más adelante.

San Francisco sigue buscando la manera de perder, pero al igual que Minnesota tiene cinco partidos todavía dentro de su división.

El caso más alarmante es el de los Vaqueros de Dallas. Empezaron anoche el partido con dos intercepciones a Eli Manning en sus dos primeras series ofensivas y las convirtieron en diez puntos. Nueva York respondió y descontó la ventaja con un TD, pero en su siguiente serie ofensiva, un balón suelto de Brandon Jacobs le dio un primer y diez a Dallas en la yarda 43 de los Gigantes. Era el momento de separarse del rival. La mesa estaba puesta para sólo llegar y disfrutar de los manjares. En lugar rematar al rival, les jalaron el mantel, y un error del novato Chris Gronkowski quien no diagnosticó una carga del linebacker Michael Boley en la primera jugada de la serie, permitió una feroz pero limpia captura de Tony Romo, la cual fue devastadora. Romo sufrió fractura de clavícula. Dallas logró un gol de campo en esa serie ofensiva, pero en ese momento el equipo ya se veía decaído y confundido.

Dallas todavía fue capaz forzar un despeje en la siguiente serie de los Gigantes mismo que fue regresado para TD por Dez Bryant. La ventaja era 20-7, pero la defensiva de Dallas, con la oportunidad de sublimarse y adueñarse del momento, permitió 31 puntos en las siguientes cinco series ofensivas.

A Dallas le faltó coraje, y como reportara John Sutcliffe durante el partido, la dignidad que un lesionado Tony Romo le pidió a sus compañeros en el último cuarto. La causa no estaba perdida cuando salió Romo del partido, pero faltó un líder que motivara a las tropas y los incitara a luchar. Romo hizo las veces del Cid Campeador en el último cuarto cuando herido, más no muerto, luchó por encender la mecha del orgullo personal. El equipo reaccionó positivamente y esto puede ser señal de que no todo está perdido.

En mi cuenta de Twitter, recibí un comentario de Christian Martínez quien señaló que "la lesión de Kitna será algo bueno porque volverán a sus raíces (juego por tierra) y mejorarán su record". Christian piensa que Kitna les dará de 3 a 4 victorias a los Vaqueros durante la ausencia de Romo. ¿Será posible?

Por primera vez en su carrera, Jon Kitna tendrá la oportunidad de dirigir a una ofensiva repleta de jugadores explosivos y de gran calidad. Cuenta también con una defensiva que con la excepción de 15 minutos entre el segundo y el tercer cuarto cuando se dedicaron a lamentar sus penas, ha sido capaz de neutralizar a oponentes.

La historia de la NFL está repleta de ejemplos en los cuales un equipo sufre la lesión de un jugador clave y entra otro para cubrirse de gloria y sacarlos adelante. ¿Se acuerdan de los Delfines del '72 cuando Bob Griese se fracturó una pierna? El eterno suplente, Earl Morrall los llevó a la postemporada.

Yo lo viví en carne propia. En 1990, los Gigantes, después de perder dos de tres partidos, perdieron los servicios de su QB estelar Phil Simms en la antepenúltima fecha de la temporada regular. Jeff Hostetler, quien nunca había sido titular en la NFL, asumió el control de la ofensiva. El estilo ofensivo cambió, pero el equipo se unió, peleó y salió adelante ganando el Super Bowl al sorprender al trabuco que eran los Bills de Buffalo, de Jim Kelly y Thurman Thomas.

Recientemente, en 2008, los Patriotas de Nueva Inglaterra perdieron a Tom Brady en el primer tiempo del primer partido de la temporada. No llegaron a los playoffs, pero ganaron once partidos.

Jon Kitna no es Tony Romo, y durante su ausencia se va a apreciar la calidad de jugador que es, pero como comenta Christian, la ofensiva cambiará, así como cambiaron las ofensivas de Miami en '72, Nueva York en '90, y Nueva Inglaterra en '08. Una gran diferencia es que los entrenadores de esos equipos eran Don Shula, Bill Parcells y Bill Belichick. Uno ya en el Salón de la Fama y los otros dos como muy viables candidatos. Ninguno de estos equipos se encontraba tampoco en un hueco tan profundo.

Repito la pregunta: ¿Será posible para Dallas repuntar?

Si Wade Phillips esperó en su vida una oportunidad para demostrar lo que puede hacer, esta le llegó anoche. Si el equipo no había tenido líderes porque pensaban sus jugadores que con tan sólo salir al partido los rivales se doblarían, ahora es el momento de dar un paso hacia adelante y demostrar carácter. Ahora es el momento de que todos los jugadores contribuyan en lugar de depender de ciertos estrellas. Ahora es el momento de que Dallas se convierta en equipo y deje de ser un grupo de individualidades.

El calendario tampoco es favorable. Siete de los últimos 9 rivales (juegan dos veces contra Filadelfia) tienen marca ganadora en este momento.

¿Será posible? Una foja de 8 y 8 sería un gran logro. Calificar a la postemporada sería un milagro. Pero en la NFL, todo puede suceder.

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