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Diego y Néstor

Maradona y Kirchner siempre se apoyaron Getty Images

BUENOS AIRES -- Muchas veces, queridos lectores, cometemos errores, escribimos violentamente...

Empujados por el loco mundo en que vivimos; las circunstancias que nos zamarrean como se les antoja; las broncas del momento, los egoísmos y las mínimas miserias que nos impiden comprender al otro; atacamos y golpeamos duro.

Nos olvidamos del pensamiento y del amor. Y soy un convencido que siempre es mejor pensar bien y amar, que lo contrario.

Ojalá Morales Solá un día se libre de esa mochila ideologica que le impide comprender y querer. Hago este comentario porque me produjo mucha tristeza lo que escribió este viernes sobre Néstor Kirchner. El odio no puede ser el motor de nuestra existencia.

En esa escritura correcta y bienpensante, se notaba claramente como el afamado columista escribía desde el odio. No podía dejar de odiar ni siquiera teniendo a su contrincante muerto.

Es el mismo odio que nos acompaña hace 50 años y no nos deja vivir. Ese odio es el que tenemos que desterrar de nuestra sociedad.

Ese odio me asustó, pero también me educó. Al leer su columna me hizo decir: "no puedo ser como Morales Solá, tengo que dejar de escribir desde el odio...".

Ustedes me conocen, queridos lectores, en todo este tiempo quizás haya sido uno de los comentaristas que más atacó a Diego Maradona. No llegué a comprenderlo, ni siquiera en sus metidas de patas. Jamás le hice una crítica constructiva. Me dediqué a atacarlo.

Con Néstor hice lo mismo. Lo ataqué desde la incomprensión y la ignorancia.

Hoy me siento mal, Néstor está muerto y Diego, por suerte, cumple 50 años. Tengo un sentimiento de amargura con ambos.

Muchas veces, las sociedades no comprenden ni valoran a sus hombres cuando están vivos. Al morirse, en un acto un poco hipócrita, un poco sentimental; vemos todo de otra manera. Como si nos hubieran sacado la venda de los ojos.

No sé si la mayoría de los argentinos llegamos a comprender a Néstor Kirchner. Francamente, salvo un grupo, no lo comprendimos para nada. Un día tenemos que hacer una autocrítica. Néstor está muerto, pero Diego cumple 50 pirulos. Es un patriota.

Un patriota es un hombre que supera todas las adversidades en la vida; que se enfrenta a sus propios errores y se hace cargo. Un patriota no es un cobarde ni un traidor. Más allá de todo, para mí Cobos será siempre un traidor.

Un patriota podrá pecar de muchas cosas, pero jamás te traicionará. Un patriota, con sus defectos a cuesta, sale a enfrentar al mundo, ataca a los poderosos; se vanagloria de ser uno más que le pone el pecho a las balas por los demás. Nadie lo llamó ni lo obligó. Simplemente va por todos.

En las noches más frías y oscuras de nuestro tiempo, cuando todos dormíamos la mona, estos hombres estuvieron despiertos, con los ojos abiertos, cobijándonos con un abrazo de su infinita bondad. Y no nos pidieron nada a cambio, se entregaron por amor.

No tengo dudas de que Diego y Néstor son una misma persona. Son el escudo que nos protegió siempre contra las balas del mal y las balas negativas de nuestra época.

Sin embargo, tiene que ocurrir una tragedia para que un perejil como yo comprenda la importancia de Diego.

Como en un documental de Kusturica se me encabalgan las imágenes, los hechos heroicos y los actos cotidianos: Diego llevando a caballito a sus hijas, Diego de adolescente dándole un beso a Claudia; Diego sostenido por un policía; Diego embanderando a los pobres del sur de Itaia, Diego acompañado por la gorda y buenísima enfermera directo al antidoping...

Dentro de un par de horas llegará al medio siglo un patriota, un tipo frontal, aguerrido, luchador, bocón, imaginativo, talentoso, pero sobretodo un buen hombre, un gran padre, que se superó a sí mismo y se enfrentó a sus propios miedos y errores. Ese mismo tío que es tantos, se sentará en una mesa frente a una torta y como un nene soplará las velitas.

Debemos estar preparados para este gran acto, para comenzar a comprenderlo y a valorarlo. No seamos como Morales Solá. Seamos mejores cada día. Recordemos con afecto a los muertos y valoremos y amemos a los vivos.

Este sábado es el cincuentenario de la Patria, queridos lectores. Esa Patria en la cual cabemos todos y, hoy mas que nunca, es indudable que debe llevar los colores kirchneristas.