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Espejos y espejismos

ROMA -- El triunfo Mundial en 2006 por parte de la Azzurra, las conquistas en Champions en 2007 y en 2010 por parte de Milan e Inter, algunas buenas performances internacionales de Roma y, el año pasado, también de Fiorentina, fueron los buenos resultados que dejaron a cada aficionado del Calcio con los ojos clavados en un horizonte rosa y feliz, en el que el fútbol italiano seguía haciendo valer su gran poder y su nivel extraordinario.
En cambio, todo eso no era más que un tremendo espejismo, que distrajo el "Bel Paese" de todos sus problemas y lo ilusionó que cada dificultad y corrupción fuera cosa pasada o fácil de resolver, para al final subyugarlo y volverlo ciego, tanto como para no ver la terrible realidad que nos trajo a la tremenda situación actual.

Tremenda situación que se explica rápida y eficazmente con los números del "Ranking UEFA", que en esta temporada ve al fútbol italiano parado en la quinta posición, a anda menos que dos puntos de la Bundesliga, que ya está casi segura de poder arrebatarle a Italia el cuarto cupo para acceder a la Champions League.

La mayor parte de la culpa la tienen los clubes que jugaron en la vieja Copa UEFA o en la actual Europa League, competiciones en las cuales conjuntos del calibre de los que militan en la Serie A deberían dominar, por lo menos hasta las fases finales.

En cambio, tras varios años bastante tristes, se llegó a tocar el fondo en esta temporada, con Juventus incapaz de vencer en cinco enfrentamientos, Palermo que lució poca categoría y Sampdoria (que debía entrar en la Champions…) que prácticamente se suicidó. Así, el Calcio se encuentra con tres representantes menos en el continente ya desde ahora, con una fecha de anticipo.

El único que todavía puede decir la suya es Nápoli: el Burro debe ganarle a Steaua Bucarest en el San Paolo el próximo 15 de diciembre para lograr clasificarse para la primera ronda de eliminación directa.

Realmente un papelón para un país que siempre supo tener un rol dominante en la escena internacional de este deporte. Una realidad triste, que es el espejo del momento de crisis por el que pasa tanto el fútbol cuanto, más en general, la entera comunidad italiana.

LA ÚLTIMA ESPERANZA
Nápoli es la última esperanza en Europa League del Calcio italiano. Una esperanza tenue, no tanto por las reales posibilidades de pasar el turno, que jugándose sus chances en casa deberían ser altas, sino porque los celestes, como todos los demás italianos, aún no lograron trasponer en la competición continental esa atención táctica y esa dedicación psicológica que saben darle a los partidos de campeonato.

El desafío de Utrecht habla claro en ese sentido: Nápoli, con una serie imperdonable de errores defensivos, de malos posicionamientos sobre el césped y de un elenco largísimo de chances desperdiciadas, a pesar de haberse puesto en ventaja tuvo que fatigar y necesitó de un penal muy dudoso para lograr sacar un 3 a 3 sufrido, por encima ante un equipo sin dudas de nivel inferior.

Cuando hablamos de errores y malos posicionamientos nos referimos a muchos fallos de los hombres de Mazzarri, ente los cuales el más indicativo fue seguramente el enorme espacio que había entre defensa y línea de volantes, por culpa de una retaguardia siempre muy baja y que tardaba en achicar. Así, cuando Gárgano y Yebda, entre los mejores del conjunto italiano, salían a presionar altos o seguían la maniobra ofensiva, se creaba un hueco enorme en la zona del círculo central, adonde los holandeses podían recibir con toda calma y armar sus jugadas de ataque.

Por suerte estaba enchufadísimo Cavani, quien fue absoluto protagonista del match, inventó de la nada un golazo para el momentáneo 1 a 0 y luego remontó el marcador prácticamente solo, terminando el match con un triplete. La única ayuda que tuvo en al delantera fue por parte de Lavezzi en los últimos 20/25 minutos: por el resto, tanto el Pocho cuanto Hamsik fueron hasta molestos.

Con ese empate, Nápoli mantuvo una puerta abierta para pasar el turno, objetivo alcanzable con un triunfo ante Steaua Bucarest, como quedó dicho. El rival es absolutamente accesible y el verdadero Burro, ese equipo sólido y compacto que se vio a menudo en campeonato, no tendrá problemas en liquidarlo. Sin embargo, queda alguna duda, especialmente porque Cavani fue amonestado y no podrá jugar el match decisivo.

PANEM ET CIRCENSES
Los romanos decían "panem et circenses", es decir "pan y circo". Esto significaba que, para mantener feliz a un pueblo y para poderlo gobernar sin grandes problemas, hacía falta alimentarlo y distraerlo, divertirlo; entregarle algo que le pudiera dar emociones y que lo apasionara.

Desde que existe la civilización, el deporte tuvo un rol social importantísimo, tanto que los grandes campeones fueron y son hasta más conocidos que los grandes genios filosóficos, literarios y científicos.

En este marco, es importante que el deporte, en este caso el fútbol, se desarrolle en función del hincha, del pueblo y no del patrón. Por eso el Calcio está sufriendo, porque si no se logra encontrar la manera de que la gente vaya a la cancha con pasión y alegría, tanto a ver un Milan vs. Real Madrid cuanto un Milan vs. Novara, entonces las cosas no funcionan. Así, los estadios se ven semidesiertos, los jugadores y los clubes se sienten condicionados y los resultados son inevitablemente negativos.

Eso es lo que está pasando en Italia y ese es el principal motivo por el cual el Calcio hizo este tremendo papelón en Europa. Es inútil discutir de los últimos partidos de Juventus, Palermo y Sampdoria, porque sus eliminaciones comenzaron antes de debutar en esta competición.

En efecto, Sampdoria no hizo mercado y, en realidad, hasta perdió algo respecto al año pasado, a pesar de tener que jugar lo tan deseados preliminares de Champions League.

Palermo y Juventus compraron al último día hable dos jugadores cada uno que hasta ahora de revelaron determinantes en campeonato, Ilicic y Bacinovic por un lado y Quagliarella y Aquilani por el otro, pero que no podían ser empleados en Europa League.

Son dos jugadores y ningún equipo puede depender sólo de dos elementos: en efecto, ni los sicilianos ni la Vieja Señora están totalmente condicionados a esos hombres. Sin embargo, el problema no es técnico ni táctico, sino que actitudinal y mental: es inevitable que un equipo no le de mucha importancia a una competición desestimada por el mismo club, tanto que la eventual presencia o no en ese torneo de las nuevas adquisiciones no parecía relevante.

Lo de Juventus es totalmente indicativo: los bianconeri lograron la hazaña de empatar todos los cinco encuentros jugados, lo que es realmente un récord. Tal hecho significa sin ninguna duda que el equipo nunca quiso perder, como para salvar el honor, pero nunca puso esa énfasis necesaria para sacar un triunfo. Prácticamente se empeñó hasta ahí nomás, haciéndose remontar en algunas situaciones o recuperando el resultado en otras, que fuera en casa o de visitante, en una cancha perfecta o en el impraticable césped helado de Polonia.

Una actitud equivocada, que redimensiona (hacia abajo, claro) una vez más el grande club de Turín, pero en particular que pone bajo una diferente luz (o más bien sombra) todo el fútbol italiano.