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Copa Davis: Vilas, lejos de ser capitán

BUENOS AIRES -- Guillermo Vilas, el recientemente galardonado con el premio Olimpia del Bicentenario por ser el mejor tenista argentino de todos los tiempos, confesó que le "encantaría ser el capitán del equipo" de Copa Davis, pero reconoció que cada vez que lo que dice está "más lejos" de cumplir ese objetivo.

"A mí me encantaría ser capitán del equipo, pero cada vez que lo digo estoy más lejos. Por eso creo que el sueño de ser capitán de la Copa Davis creo que ya no se me va a cumplir", confesó Vilas (58 años).

Y amplió su concepto sobre el tema: "Ya pasó demasiado y hay cosas que llevan un tiempo. Por eso siempre le digo a la gente que las cosas hay que hacerlas cuando deben y no cuando los dejan, porque si esperan a que se les otorgue es difícil que llegue, a mí nunca me va a llegar eso", puntualizó.

En marzo del próximo año Argentina comenzará la serie por la Copa Davis frente a un adversario accesible como Rumania, en Buenos Aires, y el marplatense dio su punto de vista.

"Argentina siempre tuvo buen tenis y esta vez tiene todo para ganar la Davis porque juega todos los partidos de local, lógicamente sin meterle toda la presión a los pibes. Porque si uno juega todos los torneos, tarde o temprano los termina ganando", añadió.

Vilas le dio todo al tenis para hacerlo popular en la Argentina y hasta debió sobreponerse al "castigo" de su padre para poder jugarlo.

"Los primeros deportistas sufrieron mucho porque había mucha gente que te criticaba, porque eras visto como un vago, como algo raro… Cuando yo había tomado la decisión de jugar al tenis y abandonar la carrera de abogacía, mi padre me dijo `debes irte de esta casa porque acá no hay lugar para mediocres facilistas´".

Después, al poco tiempo, me perdonó pero había que bancarse esa parte", recordó el marplatense.

Guillermo Vilas obtuvo 62 títulos en su carrera, 4 de ellos de Grand Slam, hecho que lo ubica quinto a nivel mundial e histórico -compartido con el sueco Björn Borg-, detrás del estadounidense Jimmy Connors, el checo Ivan Lendl y los norteamericanos John McEnroe y Pete Sampras.

En 1991 ingresó junto con el australiano Ashley Cooper y el rumano Ilie Nastase en el Salón Internacional de la Fama del tenis.

Además, en la década del `70 fue premiado tres veces con el Olimpia de Oro por el Círculo de Periodistas Deportivos, siendo el más ganador junto al ex boxeador Santos Benigno Laciar.

"Siempre respeté todos los premios ganados porque antes era distinto, no había Internet, lo que a uno lo distinguía del resto eran los premios que podías alcanzar, que te hacían diferenciar, porque había pocos torneos y las competencias eran pocas en las ciudades", remarcó.

De inmediato pasó a recordar los comienzos en su Mar del Plata natal por los años 60.

Al respecto, comentó: "Si eras de una ciudad, querías ser el campeón de la ciudad, era todo una cosa más chiquita, hoy es todo más universal. El deporte era como un apéndice de la escuela, era el estímulo para que no te enfermeras, era como darte una vacuna", puntualizó.

Y luego subrayó que "lo que pocos sentíamos hace 40 años atrás, ahora tiene más valor porque despertamos más pasión por el deporte en los jóvenes de hoy, quienes deben tener cuidado porque se los está usando mucho".

Y al respecto citó como ejemplo: "Mirá lo que pasó con Jota Jota López en River, que estaba tranquilo dirigiendo las inferiores y de pronto hubo un agujerito y tac, le dieron la oportunidad de dirigir primera".

"Los deportistas son deportistas para siempre, y los jugadores que ganaron grandes cosas van a seguir ganando grandes cosas a través de otros alumnos, a los que les van a enseñar", completó.

Esto lo llevó a abordar el tema de los secretos en la alta competencia: "Yo me acuerdo cuando estaba Angel Labruna en River, que manejaba el equipo desde afuera, pero adentro lo manejaba Jota Jota".

"Sabía esto porque me la habían contado varios jugadores y son cosas del deporte. Son secretos que tiene el deporte, y por eso cuando uno los descubre es como algo mágico. Todo el mundo ama a los deportistas porque son gente que explota sus condiciones físicas al máximo", expresó.

Tras reflexionar, agregó: "Los secretos son secretos y a los jóvenes deportistas se les puede transmitir según el interés de ellos, pero los secretos porque son secretos no se transmiten, se otorgan".

"El que tiene secretos te va a ayudar si sos bueno, si te lo merecés, porque si se lo das a quien no lo merece lo usa mal, lamentablemente".

Y amplió su reflexión: "Viste lo que pasó con Albert Einstein, él creó una cosa para fines benéficos con la teoría de la relatividad y el mundo la utilizó para hacer una bomba atómica. Yo estoy dispuesto a dar algunos de mis secretos, pero para el que los merezca, para el que los sepa aplicar, porque dar secretos porque sí nunca funcionó", finalizó.

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