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La vida al sur

La Casa De Abuela, es un hotel de $60 la noche en Turbaco, a las afueras de Cartagena, Colombia. Es el lugar donde Mike Toomey, asistente especial del gerente general de los Reales de Kansas City, se hospeda en vez de en el cercano Hilton Hotel por $300 la noche "porque a mí me gusta estar entre la gente, a mí me gusta sentir el pulso de la ciudad".

Hace dos meses, Toomey miró al cruzar la calle de la Casa De Abuela y vio a un niño de 10 años arrojando una bola imaginaria durante el recreo en una escuela primaria. Toomey se presentó ante del niño, grabó en video su movimiento de lanzamiento y, a continuación, le habló en cámara.

"Mira a la velocidad del brazo, es un gran atleta", dijo Toomey, quien sonrió y dijo, "cuando tenga 16, vamos a firmarlo. No puedo decir su nombre. No quiero que nadie lo sepa".

Mike Toomey Courtesía de Mike Toomey

Toomey, asistente del gerente general de los Reales

"Mira la velocidad de su brazo, es un gran atleta", dijo Toomey, quien sonrió y dijo, "cuando tenga 16 años lo firmaremos. No les puedo decir su nombre. No quiero que nadie se entere".

Esta es la historia de un cazatalentos, y de adónde van los cazatalenos para encontrar jugadores -- ningún equipo ha encontrado más jugadores buenos en los últimos años que los Reales, que además, muchos hombres de béisbol estarán de acuerdo, tienen el mejor sistema de desarrollo. También es la historia de un cazatelntos y un país, y de cómo han llegado a amarse el uno al otro durante los últimos cinco años. Colombia, el tercer país más grande de América del Sur, se encuentra en el extremo norte del continente, haciendo frontera con Venezuela, que ha producido una gran cantidad de jugadores de las mayores, incluyendo a Miguel Cabrera, Omar Vizquel y Luis Aparicio. Colombia es el hogar del campocorto Edgar Rentería, el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 2010, del campocorto Orlando Cabrera, y del relevista Ernesto Frieri. Otro colombiano, el lanzador Julio Teherán, es uno de los mejores prospectos del deporte, y en este momento juega en el sistema de los Bravos de Atlanta. Firmó por aproximadamente $850.000, participó en el Juego de Estrellas del futuro el año pasado y será un jugador de las mayores algún día.

"Colombia es un florecimiento tardío, se ha desarrollado más tarde", dijo Toomey. "No tiene la historia de Venezuela o de República Dominicana, pero hay jugadores allí. Ellos tienen pasión y habilidad. Estamos abriendo las puertas allí. Colombia suena cada vez más fuerte como un lugar para el béisbol".

Toomey, de 58 años, fue jugador de béisbol, luego fue entrenador, en la Universidad George Washington, a continuación fue manager en las ligas menores durante dos años antes de convertirse en un cazatalentos. Ha viajado por todo el mundo en busca de nuevos prospectos, desde Panamá hasta Japón e Italia. Hace ocho años, comenzó a aprender a hablar español viendo programas de televisión y leyendo libros en español. Ahora es casi fluido en el idioma. Dos veces al año durante los últimos cinco años, ha viajado a Colombia para buscar jugadores, armar clínicas y hacer campamentos de prueba. Por alrededor de $25.000, Toomey firmó al lanzador derecho Sugar Ray Marimon, que lanza a 95 mph. La madre de Marimon lloró durante la firma", dijo Toomey. "Estaba perdiendo a su bebé". Por aproximadamente $40.000, Toomey firmó al segunda base Luis Piterson. La firma ocurrió en local de Éxito, que es como un Wal-Mart de los Estados Unidos. Marimon y Piterson han tenido éxito variado en el sistema de los Reales, y cada uno tiene la oportunidad de jugar algún día en Grandes Ligas. Toomey los visitó, así como a Teherán, en noviembre, "para asegurarse de que les iba bien, ver lo que necesitaban, y supervisar si estaban comiendo bien".

Toomey, que vive en Gaithersburg, Maryland, se echó a reír y dijo: "La gente no tiene idea. Cuando les digo que voy a Colombia, preguntan, '¿Cómo se llega allí, por la Ruta 108 o la 32?". Creen que maneja su propio carro 35 minutos hasta Columbia, Maryland. En cambio, vuela desde Washington, D.C., hasta Miami, toma conexión ya sea a Panamá o Bogotá, y luego toma otro vuelo hasta Cartagena. Tarda seis horas para llegar allí, y esa es la parte más fácil. Moverse en Colombia no es fácil.

"¿Automóviles? No hay", dijo Toomey. "Por lo general, tomamos el autobús. Estoy hablando de un autobús que tiene la imagen de la Virgen María en el frente. He estado en ese autobús dos horas y media algunos días para ver a un jugador o armar una clínica. La gente toca la guitarra, canta y baila en el autobús. He visto pollos en el autobús. En cada parada, hay personas que suben para vender sus productos. Un hombre se cuelga por la ventana y recoge el dinero. A veces el autobús no va lo suficientemente lejos, y tenemos que salir y tomar un taxi. Una vez, nos metimos en un coche con un par de hombres que no conocíamos, pero nos dieron un aventón. A veces, alquilamos una scooter de tres asientos, es como una bicicleta con dos asientos en la parte posterior. Es hermoso. Una vez, para ver a un jugador en una zona montañosa, un hombre dijo: 'Vengan conmigo'. Y montamos una mula el resto del camino".

Toomey va a todas partes en Colombia con su amigo y colega, Rafael Miranda, que es de Colombia y se ha desempeñado en casi todos los papeles de béisbol, desde jugador hasta entrenador y scout. "En todas las calles de Colombia, todo el mundo conoce a Raffy", dijo Toomey. "Gritan su nombre cuando lo ven. Él siente mucha pasión de ayudar a los jóvenes. Y cuando vamos a un estadio juntos, todo el mundo sabe que los Reales de Kansas City están presentes. Del sorteo de cada año, un muchacho irá a las mayores con seguridad. Pero tienes que complementar el sorteo consiguiendo buenos fichajes de Dominicana, Venezuela, Panamá, Colombia. Hemos hecho eso. Y Colombia ha recorrido un largo camino con los jugadores".

Pero Toomey no va a Colombia sólo para buscar jugadores para los Reales, además va allí para enseñarle a los jóvenes a jugar, y a los entrenadores a cómo entrenar. A finales de noviembre, Toomey y Miranda realizaron una clínica para 100 jóvenes en San Jacinto, un pueblo de la montaña a dos horas de Cartagena. Los jóvenes van, en función de la clínica, desde los 5 hasta los 20 años. "Mira sus caras", dijo Toomey. "Les encanta el béisbol". Cuando terminó la clínica, la ciudad envió una banda musical -- bateristas, un cantante y un hombre tocando un instrumento que parecía una pipa de la paz -- como un signo del reconocimiento a Toomey y Miranda por haber venido desde tan lejos para enseñarle a los niños a jugar al béisbol.

"Así que todo el mundo está bailando, y una de las madres dice: 'Miguelito, ¿puedes bailar?'", dijo Toomey, sonriendo. Así que se puso a bailar. "Nos dieron de comer, y cuando nos fuimos, me dieron una hamaca hecha a mano con los colores de Colombia", dijo Toomey. "Es un país hermoso, y la gente está muy orgullosa de su nación. Ellos han sido geniales conmigo".

Mike ToomeyCourtest Mike Toomey

Los peloteros de Colombia "tienen pasión"

Toomey ha tenido experiencias similares en viajes por toda América Latina. En la República Dominicana, visitó un pueblo y grabó video de unos niños que eran tan pobres que no tenían pelota, por lo que practicaban el juego lanzando una piedra en el aire y golpeándola. "Organizamos un partido allí", dijo Toomey, "pero no pudimos hacer el juego hasta que esta buena señora que era dueña de una granja sacó su vaca del medio del jardín central".

Toomey estuvo en República Dominicana poco después del terremoto que asoló la vecina nación de Haití en enero de 2010. Filmó material de personas bañándose en un río de Haití, con carpas armadas como hogares temporales. "Vi a un hombre de 60 años llevando lo que debían ser unas 200 libras de suministros sobre la espalda, a lo largo de la frontera, hacia Haití", dijo Toomey. "Los suministros eran alimentos: azúcar, arroz y harina. Nunca he visto a personas más fuertes en mi vida. Esto no era béisbol. Esto era supervivencia".

Hay situaciones similares en algunas zonas de Colombia. "He visto siete u ocho personas que viven en una casa de dos habitaciones, o en una casa de una sola habitación", dijo Toomey. "He visto a una madre cocinando un sancocho, que es el estofado de carne en una olla de arroz, para alimentar a toda su familia. Este país está lleno de gente apasionada. Pero necesitan ayuda. Me gustaría que la MLB se involucrara para ayudar a mantener los campos. Se necesita equipo, se necesitan jaulas de bateo. Ellos no tienen tantos jugadores de Grandes Ligas para que regresen a ayudar como ocurre en otros países. Los instructores que tienen son buenos, pero necesitan más. Los niños tienen sed de béisbol".

Es más bien un país que sigue al fútbol, pero el béisbol todavía es muy popular e importante. Colombia tiene una liga profesional de invierno, aunque este año las lluvias torrenciales evitaron que se pudiese llevar a cabo el Juego de las Estrellas de la liga y la segunda mitad de la temporada. Pero Toomey seguirá regresando para buscar jugadores y enseñarle a los niños a jugar, y agregó: "Soy el hombre más afortunado del mundo por poder ir allí". Dijo que su sueño es crear algún día una academia de béisbol en Cartagena. Tal vez ese niño de 10 años que vi en el patio de esa escuela podría asistir".

"Algunos cazatalentos me han preguntado, '¿Por qué insistes en ir hasta allá? No hay jugadores de allí'", dijo Toomey. "Sí, hay. En los últimos cinco años, el número de cazatalentos que van allí se ha duplicado. Ven el lugar en el que me quedo -- la Casa De Abuela -- y dicen, '¿Cómo es que Toomey se puede quedar allí?'". Toomey se echó a reír y dijo: "Me quedé allí una vez y fui a pagar el último día sin darme cuenta de que no aceptaban tarjetas de crédito. Tuve que tomar una moto hasta la ciudad para conseguir dinero en efectivo. Ahora lo sé: Cuando vayas a Colombia, lleva dinero en efectivo. Me encanta ir allí. Es toda una experiencia. No se trata sólo del béisbol. Se trata de la vida".