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Lo que hay que saber

BRISTOL -- Las tensiones originadas por la actual situación laboral de la NFL han generado insultos, amenazas e incluso división... entre aliados.

"Te aplastaré la cara", sentenció el esquinero de los New York Jets Antonio Cromartie, al mariscal de campo de los Seattle Seahawks Matt Hasselbeck, recientemente por vía Twitter.

El comisionado Roger Goodell y el director ejecutivo de la NFL Players Association DeMaurice Smith han conversado en un plano más alto, pero no por mucho. Tienen hasta el 4 de marzo para acordar un nuevo contrato colectivo de trabajo.

Sin un acuerdo nuevo, la liga y sus jugadores se arriesgan a arrastrar a los aficionados a un mundo sin reglas, uno que sin lugar a dudas acarrearía consecuencias indeseable. Aquí hay 10 cosas que debemos saber sobre la actual situación laboral, y el significado de un paro laboral:

  • No se trata de una temporada de 18 partidos, o una escala salarial para novatos. La liga y sus jugadores podrían haber alcanzado ya un acuerdo si esas fueras las problemáticas centrales. Los propietarios desean redefinir las ganancias que se comparten con los jugadores. Quieren que parte del dinero que se destina a los jugadores ayude a cubrir los costos asociados con la construcción y mantenimiento de estadios y otras instalaciones. Los propietarios ven esta propuesta como algo bueno para el juego. Los jugadores ven esta propuesta como algo bueno para la billetera de los dueños. Una vez que las partes acuerden lo que va a entrar en la repartición de las ganancias, pueden empezar a trabajar en los porcentajes.

  • Si no hay acuerdo, no habrá agencia libre. El contrato colectivo de trabajo determina los requisitos necesarios para alcanzar la agencia libre. En el pasado, jugadores con al menos cuatro temporadas completas podrían considerarse agentes libres sin restricciones. Casi 500 jugadores calificarían esta temporada bajo esos lineamientos, pero sólo si hay acuerdo. Esos jugadores no tienen oportunidades sin un nuevo contrato colectivo de trabajo. Los equipos buscando mejorar plantillas podrían atorarse.

  • El draft seguiría adelante. Los equipos seleccionarían jugadores colegiales, pero una larga lista de interrogantes permanecería. ¿Firmarían contratos esos jugadores? ¿Los equipos retendrían los derechos sobre esos jugadores? ¿Habría una escala salarial para novatos?

  • Olviden los canjes de jugadores. El periodo de intercambios en la NFL abriría normalmente en marzo, pero eso no sucederá sin un nuevo contrato colectivo de trabajo. Los equipos ni siquiera podrán canjear jugadores en el draft, cerrando una avenida ampliamente utilizada para la adquisición de jugadores.

  • Los jugadores se arriesgan a perder millones de dólares rápidamente. De acuerdo a la liga, 74 jugadores podrían ganar unos 140 millones de dólares en bonos y otras compensaciones en este mes de marzo. No podrían cobrar ese dinero durante un paro. Los jugadores resentirán los efectos de un par patronal mucho antes de que lo sientan los aficionados.

  • Los jugadores tienen otras preocupaciones inmediatas. Los jugadores acostumbrados a visitar médicos del equipo y pasar por las instalaciones del equipo para sus tratamientos repentinamente serían responsables por su propio cuidado médico en caso de un paro. Asegurar beneficios para miembros de su familia con necesidades especiales podría ser todo un reto. Esta es una preocupación primordial para los jugadores detrás de bastidores, pero no recibe demasiada atención en el exterior.

  • El dinero de los patrocinadores está en juego. Algunos de los auspiciadores de la liga podrían no honrar sus contratos si la NFL se apaga. Eso perjudicaría a los propietarios y a los jugadores, disminuyendo el total del dinero que se reparte. Serían ganancias que la liga no recuperaría.

  • El proceso de des-certificación del gremio podría convertirse en toda una aventura. Si los propietarios avanzan con el paro patronal, la NFLPA podría elegir el camino de la des-certificación, abriendo el camino para que los jugadores reten el status antimonopólico de la liga en las cortes. Ese movimiento inicial podría desencadenar una batalla larga, y una derrota en juicio sería desastroso para los jugadores. ¿Qué pasaría si los equipos empiezan a firmar jugadores en caso de ausencia de un sindicato? Nadie lo sabe con certeza.

  • Los entrenadores asistentes estarían en el limbo. Los equipos querrían que los asistentes continuaran trabajando a lo largo del draft, pero eso podría variar de equipo a equipo. Muchos de los contratos de entrenadores asistentes establecen una reducción salarial en caso de paro. Los asistentes usualmente pueden recuperar ese dinero si se llega a un acuerdo laboral antes del inicio de la temporada regular, pero el mes de septiembre está lejos. Los equipos con asistentes nuevos podrían pasarla difícil tratando de implementar nuevos esquemas.

  • Goodell y Smith son comodines. La NFL y NFLPA sabían a lo que se enfrentaban cuando el desaparecido miembro del Salón de la Fama Gene Upshaw estaba a cargo del gremio y el ex comisionado Paul Tagliabue estaba al frente de la liga. Smith y Goodell no tienen una historia real juntos, y no hay química. Los antecedentes de Smith son legales, no de fútbol americano, y eso podría explicar la desconexión.

  • El Super Bowl llegará y se irá como siempre. Los equipos se dirigirán a Indianapolis para el Combinado de Talento en febrero, como todos los años.

    La retórica en la cuestión laboral seguramente se intensificará.

    Después de eso, nadie sabe lo que vendrá.

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