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Sanguillén, un maestro detrás del plato

En el estadio PNC Park, Manny Sanguillén tiene su propio negocio de parrillada, "Manny's BBQ", Getty Images

En la década de los años 70, pocos jugadores dominaron la receptoría con la maestría del panameño Manny Sanguillén.

Aunque Johnny Bench era el referente de los cátchers de su época, Sanguillén fue un experto detrás del plato de los Piratas de Pittsburgh, en una época en que la franquicia era tradicionalmente poderosa.

El istmeño fue un jugador versátil, que a sus habilidades como cátcher sumó su capacidad para desempeñarse en los jardines y la primera base.

Y aunque carecía del poder de Bench, era un bateador de contacto, difícil de enfrentar, sobre todo, por su capacidad de pegarle a malos envíos.

En 13 años de carrera, Sanguillén disparó 1,500 hits en 1,448 partidos, lo que le dio un promedio de 1.03 imparables por juego.

Su average de por vida de .296 es el cuarto más alto entre los cátchers desde la Segunda Guerra Mundial y el décimo mayor en toda la historia entre los enmascarados.

Tres veces participó en Juegos de Estrellas y fue parte fundamental de los Piratas que ganaron las Series Mundiales de 1971 y 1979.

Sanguillén tuvo el privilegio de ser uno de los mejores amigos del gran Roberto Clemente, más allá del terreno de juego que compartieron.

Cuando Clemente murió de forma trágica el 31 de diciembre de 1972, fue el único miembro de los Piratas de Pittsburgh que no asistió a las honras fúnebres del astro boricua.

En su lugar, prefirió sumergirse en las profundidades del mar donde cayó el avión de Clemente para tratar de encontrar al cadáver de su querido amigo.

Han pasado 31 años desde su retiro del béisbol activo, en 1980 , pero Manny Sanguillén sigue siendo parte de los Piratas.

En el estadio PNC Park de Pittsburgh, Sanguillén tiene su propio negocio de parrillada, "Manny's BBQ", donde está siempre solícito a saludar a los fanáticos, tomarse una foto o firmar autógrafos.