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Con las manos llenas

La presión del Heat recae enteramente en el entrenador Eric Spoelstra AP Photo

En los deportes profesionales, y el basquetbol de la NBA no es la excepción, se da una situación muy particular; mientras más herramientas tenga un equipo para poder llegar a ser dominante, mas presión hay sobre el entrenador.

Esa realidad la ha estado viviendo durante toda esta temporada Eric Spoelstra, el director técnico del Miami Heat, equipo que desde antes de comenzar esta campaña había sido seleccionado por la prensa especializada como favorito para barrer la serie regular en camino a un campeonato que muchos consideran inevitable.
Por eso, cuando al equipo que encabezan Dwyane Wade, LeBron James y Chris Bosh no le comenzó a ir del todo bien durante el mes de noviembre pasado (apenas 9 victorias en los primeros 17 partidos), los comentarios por parte de aficionados y periodistas de que a Spoelstra le quedaba grande el equipo no se hicieron esperar.

Al ver a un técnico joven, que apenas comenzaba su tercera temporada como entrenador principal, tener tantos problemas para encaminar a su equipo de estrellas a ser ganadores consistentes todas las noches y sabiendo que el Presidente del equipo, Pat Riley, era un condecorado ex entrenador que ya había sustituido a un "coach" del Heat anteriormente (llegando a ganar el campeonato de esa temporada 2006), era casi tema obligado el especular sobre cuánto tardaría Spoelstra en ser sustituido por su egocéntrico jefe.

A pesar de las especulaciones, Riley mantuvo en el cargo a su pupilo, el equipo agarró ritmo (llegando a ganar 12 partidos en línea y 21 de 22 entre diciembre y principios de enero) y las protestas sobre la dirección técnica de Spoelstra fueron acalladas por el momento.

Sin embargo, había todavía situaciones inconclusas que no dejaban de inquietar a los seguidores de Miami. Entre ellas estaba la excesiva dependencia en Wade y James como manejadores de balón primarios (haciendo inconsecuente la presencia o no de un armador en el cuadro titular), la tendencia a incurrir en pérdidas de balón debidas más a la desconcentración que a la presión defensiva de los contrarios y los largos periodos de tiempo durante los partidos en que el equipo se quedaba sin ofensiva a mitad de cancha.

Otra tendencia era todavía más preocupante; el Heat se cebaba con los peores equipos de la liga, llegando en muchas ocasiones a sacarlos de la cancha, pero con los equipos de arriba tenia muchísimas dificultades. Antes del partido del viernes en la noche en San Antonio, Miami tenía registro de 29 victorias y 2 derrotas contra equipos con porcentaje ganador inferior al 50 por ciento, pero solo 14 y 16 contra los equipos que superaban ese porcentaje.

Contra los mejores equipos de cada Conferencia (Boston, Chicago, San Antonio, Dallas y LA Lakers), su registro era todavía peor (1 victoria en 8 partidos) y en juegos que se decidían por 5 puntos o menos (el tipo de partido que hay que ganar en postemporada para obtener un campeonato), Miami ganaba 5 y perdía 13.

Las derrotas en 2 de sus últimos 3 encuentros frente a New York y Orlando los ha dejado muy mal parados, pues en ambas desperdiciaron ventajas considerables (sobre Orlando llegó a ser de 24 puntos en la segunda mitad) y en ambas sus jugadores parecieron "arrugarse" en los momentos definitorios.
Los próximos 9 partidos pueden ser una prueba para aquilatar si este equipo es tan bueno como su personal nos pudiera hacer creer. Comenzando con el de San Antonio, todos son contra rivales que se espera estén jugando en la postemporada. Siete de esos encuentros son en casa, lugar en el que se han perdido los partidos frente a New York y Orlando a los que hacíamos referencia.

El Heat tiene una buena oportunidad de demostrarnos a todos que puede ganar consistentemente a algunos de los mejores equipos de la liga y a la misma vez liberar de la presión por segunda vez en la temporada a su técnico Spoelstra. Porque no hay duda de que, después de los acontecimientos más recientes, el número de personas que piensa que este no es el entrenador idóneo para sacarle el máximo a este grupo de estrellas estrelladas, ha crecido enormemente.