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Hispanoamericanos al día

ROMA-- Como quedó dicho en el comentario, muy bien lo de los protagonistas sudamericanos, con siete goles anotados y tres figuras de la cancha.

Respecto a los goleadores, anotaron Gonzalo Bergessio, Edinson Cavani (triplete), Luís Jiménez y Pablo Ledesma. Las figuras, en cambio, fueron el Matador en Nápoli vs. Lazio, Adrián Ricchiuti en Catania vs. Palermo y Juan Vargas en Cesena vs. Fiorentina.

Lo más positivo fue que, con sus tres tantos, Cavani lo atrapó nuevamente a Antonio Di Natale en la cima de la tabla de los "Cannonieri", que ambos lideran con 25 centros.

Respecto al equipo de la semana, esta vez podríamos armar un 4-3-1-2 muy "catanés", con Andujar (7) al arco - Schelotto (7.5), Spolli (7), Silvestre (6.5) y Vargas (8) en defensa - Santana (7), Carboni (7.5) y Jiménez (7) en el medio - Ricchiuti (8) de enganche - Zárate (7.5) y Cavani (9.5) delanteros.

Sergio Almirón - 1980 - (Argentina - Bari): 6
Setenta y cinco minutos de ordinaria administración en el medio de la cancha. Luego le dejó el lugar a Donati. Útil para la causa, pero poco brillante.

Edgar Álvarez - 1980 - (Honduras - Bari): 8
Su ingreso, faltando media hora al final, cambió el partido: esta vez, finalmente, el Avión no sólo despegó, sino que hasta lució piruetas a toda velocidad y disparó un par de misiles (que hace tiempo no salían a dar una vuelta), como en ocasión del decisivo gol del 2 a 1.

Pablo Alvárez - 1984 - (Argentina - Catania): 7
Por su lado no pasó ni un mosquito, de manera que sus compañeros, gracias a la seguridad que brindó él, pudieron dedicarse mayormente a la fase ofensiva.

Mariano Andujar - 1983 - (Argentina - Catania): 7
Solamente un par de tapadas, pero ambas importantes y muy útiles para mantener al equipo en el carril de entusiasmo que le permitió golear a Palermo.

Pablo Armero - 1986 - (Colombia - Udinese): 5
El colombiano identifica perfectamente el grande límite que siempre tuvo Guidolín: el de los cambios. En efecto, Armero (como muchos otros) necesitaría simplemente un poco de descanso, sobre todo psicológico, tras meses de una marcha impresionante. Salió al 83º: siete minutos son demasiado pocos como para clasificarlos como "descanso".

Gonzalo Bergessio - 1984 - (Argentina - Catania): 7
Coronó un buen partido con el gol del 2 a 0, que prácticamente cerró el encuentro. Lo anotó de linda manera, así como lindo fue el trabajo que hizo para todo el equipo. Salió al minuto 66 por Ledesma.

Mariano Bogliacino - 1980 - (Uruguay - Chievo): 5.5
Si alguien en Chievo salió a buscar el triunfo, ese no fue seguramente Bogliacino, quien lució sin ganas y bastante impreciso.

Miguél Britos - 1985 - (Uruguay - Bologna): 5
Salvó un gol con un medio milagro, pero se vio en gran dificultad y, seguramente por culpa del cansancio tras un partido entero a correr rivales, perdió completamente la lucidez y lo bajó de manera descompuesta a Hetemaj en el área, regalando el penal del 3 a 1 que cerró definitivamente el match.

Nicolás Burdisso - 1981 - (Argentina - Roma): 6.5
Empezó jugando por derecha, pero a comienzos del segundo tiempo pasó central, tras la lesión de Mexés. Fue uno de los pocos que no mermó físicamente sobre el final y, probablemente sobre todo por ese motivo, fue prácticamente el único que nunca se rindió a la derrota. Esa garra y esa actitud son el motivo principal por el cual Ranieri lo quiso en giallorosso. El problema es que el año pasado lograba contagiar a sus compañeros, mientras que en esta campaña el "virus del Lobo" no fue muy infectivo.

Esteban Cambiasso - 1980 - (Argentina - Inter): 5
Tuvo un solo momento bueno, cuando a finales de la primera etapa Milan mermó físicamente y él tuvo más espacio para razonar. Por el resto, no supo como pararlos a Boateng y Seedorf, ambos evidentemente más concentrados y en mejores condiciones físicas.

Hugo Campagnaro - 1980 - (Argentina - Nápoli): 4.5
Totalmente en confusión, estuvo bastante mal en fase defensiva y le regaló un par de balones a Lazio que hubieran podido significar el nocaut, si los albicelestes no hubiesen desperdiciado esas chances. Realmente un mal día el suyo.

Ezequiel Carboni - 1979 - (Argentina - Catania): 7.5
Entre los mejores de la cancha con sus cierres sobre el círculo central. Los de Palermo no lograron encontrarle la vuelta y tuvieron que rendirse a su inteligencia táctica y a su trabajo "sucio".

Edinson Cavani - 1987 - (Uruguay - Nápoli): 9.5
¿Que decir del Matador? Dejemos que hablen los números: 3 goles ante Lazio para remontar el resultado, cinco en dos partidos para sumar seis puntos, 25 en el campeonato para superar el antiguo récord de Vojak y 32 en la temporada para que Nápoli sueñe con el Scudetto. Fue claramente la figura de la cancha ante el Águila, poniéndose el equipo al hombro en el momento más difícil, para sumar tres puntos de oro. Novemos la hora de verlo jugar en Champions.

Iván Córdoba - 1976 - (Colombia - Inter): 6
Entró al 55: no pudo hacer nada para evitarle a su equipo otros dos goles (Inter estaba con hombre menos), pero fue el único que logró controlarlo un poco a Pato. Quizás hubiera sido mejor hacerlo jugar todo el encuentro, con Chivo marcador de punta y Zanetti en el medio.

Hernán Crespo - 1975 - (Argentina - Parma): 6
Se movió mucho y logró rematar un par de veces al arco. Lamentablemente Gillet, la figura de la cancha, le tapó cada disparo, negándole la alegría del gol y condenando a Parma a la derrota.

Juan Cuadrado - 1988 - (Colombia - Udinese): 6.5
Cuadrado jugó bastante poco en esta temporada y, en el sentido positivo, se ve claramente: en efecto, cuando ingresó al minuto 72 jugó con otra velocidad y otra lucidez respecto a muchos de sus compañeros. En este momento merecería mayor espacio.

Germán Denis - 1981 - (Argentina - Udinese): 5
Disputó la última media hora: es cierto que lo buscaron poco, pero lo es también el hecho que él no hizo prácticamente nada para ayudar a sus compañeros. Prácticamente impalpable.

Walter Gárgano - 1984 - (Uruguay - Nápoli): 6.5
Entró al minuto 77, pero en poco tiempo tuvo un impacto importante en el match, ordenando la línea mediana de su equipo.

Alejandro Gómez - 1988 - (Argentina - Catania): 6
Últimos veinte y pico minutos para controlar el balón y administrar la amplia ventaja.

Álvaro González - 1984 - (Uruguay - Lazio): 7
Lo anuló a Dossena por todo el partido, especialmente en el primer tiempo. Ofreció un aporte constante en ambas las fases de juego y desequilibró con gambetas en velocidad. Lástima que bajó evidentemente en los últimos veinte minutos, especialmente porque mermó todo el equipo. Es evidente que el uruguayo es una excelente pieza, pero que precisa de un mecanismo que funcione bien para dar el máximo.

Carlos Grossmüller - 1983 - (Uruguay - Lecce): s.v.
Tres minutos más descuento. Imposible evaluarlo.

Abel Hernández - 1990 - (Uruguay - Palermo): 5.5
En la poquedad de un Palermo que debería pintar y, en cambio, se ve obligado a poner y sacar tornillos, el uruguayo por lo menos intentó inventar algo con su velocidad y con un par de remates desde afuera.

Mauricio Isla - 1988 - (Chile - Udinese): 5
Grave error en ocasión del 1 a 0 de Lecce: Di Michele lo dejó sentado y de esa jugada nació el tanto. Por el resto, no logró empujar con la continuidad a la que nos había acostumbrado y, en ese marco, ese error le costó la insuficiencia grave.

Luís Jiménez - 1984 - (Chile - Cesena): 7
Metió un golazo (tiro libre) que parecía ponerle en bajada el match a Cesena. Por el resto, inventó muchas buenas jugadas, aportando, como siempre, fantasía y claridad a la maniobra. Debió estar muy cansado, porque salió al 74º por Caserta. Cambio afortunado, porque el nuevo entrado se encontró con el balón justo para sellar el 2 a 2.

Ezequiel Lavezzi - 1985 - (Argentina - Nápoli): 5.5
Al principio dio la impresión de quererse poner en el hombro a todo el equipo, para marcar diferencia en un partido trabado y muy difícil. Sin embargo, raramente logró cambiar paso para crear alguna iniciativa incisiva. Tuvo el mérito de patear los tiros libres de los que nacieron los primeros dos goles de su equipo, pero, por el resto, si el Burro sufrió tanto fue especialmente porque el Pocho jugó un mal partido y no supo hacer lo que sabe.

Pablo Ledesma - 1984 - (Argentina - Catania): 7
Entró por Bergessio al 66º y un minuto después metió el 3 a 0, con un gran gol. Anotar en el clásico fue una gran manera para demostrar su importancia en una temporada complicada, pero en la que él estuvo siempre ahí sacrificándose para el equipo.

Gastón Maxi López - 1984 - (Argentina - Catania): 7
No anotó, pero si Catania pudo meter cuatro goles fue también mérito del gran trabajo que cumplió él para abrir la defensa rival y para aguantar el esférico arriba. Además, metió un par de torres y de asistencias preciosas. Fue la pesadilla de la defensa rosanegro.

Diego Milito - 1979 - (Argentina - Inter): 5.5
Casi media hora sobre el final, en la cual no logró hacerse notar ni por una jugada. No era fácil, claro, con su equipo perdiendo y con hombre de menos. Pero fue muy poco lo suyo.

Ezequiel Muñoz - 1990 - (Argentina - Palermo): 4
No vio ni el balón ni los adversarios. Fatigó enormemente contra la multitud de compatriotas, que le escondieron la pelota y lo dejaron "pagando" a menudo.

Néstor Muslera - 1986 - (Uruguay - Lazio): 6
Le cerró las puertas a Nápoli en un par de ocasiones, salvando el resultado. Pero nada pudo en los cuatro goles de sus rivales. Mala suerte en el 4 a 3, cuando alcanzó a tocar el "globito" de Cavani, pero el balón era tan alto, que no logró desviarlo tanto como para sacarlo.

Rubén Olivera - 1983 - (Uruguay - Lecce): 7
Buen match el del uruguayo, quien se sacrificó mucho en fase defensiva, gastó bien una amarilla y fue fundamental sobre el plano táctico para el triunfo de Lecce, nada menos que ante Udinese.

Rodrigo Palacio - 1982 - (Argentina - Genoa): 7
La única luz brillante en un equipo ampliamente insuficiente. El argentino, jugando prácticamente solo contra todos, casi empata el marcador con un remate extraordinario (¡tremenda tapada de Agazzi!) y con un diagonal que se perdió sobre el fondo. Imposible pedirle más.

Gabriel Paletta - 1986 - (Argentina - Parma): 6
Defendió con eficacia por casi todo el partido, hasta cuando, sobre el final, sus compañeros lo dejaron terriblemente solo contra Álvarez y él nada pudo contra la velocidad del hondureño.

Javier Pastore - 1989 - (Argentina - Palermo): 5.5
Adentro al 52º, cuando Palermo no sólo perdía, sino que hasta había ya tirado la esponja al piso. Cuanto menos, con el Flaco en la cancha su equipo fue un poquito más peligroso. Fue evidente a toda la cancha que el chico entró sin motivaciones, pero desafiamos cualquier persona a reaccionar de manera diferente luego de que le cambien manera de trabajar y filosofía de juego, que lo dejen en el banco en el clásico y que lo manden en la cancha con un resultado negativo, casi como a darle toda la responsabilidad de levantar el match. No podemos decir que el despido de Cosmi haya sido justo, pero únicamente porque el técnico romano nunca debió sentarse en el banco rosanegro.

Diego Pérez - 1980 - (Uruguay - Bologna): 6
Quizás el único rojoazul que mereció la suficiencia, junto a Di Vaio. Mérito de la lucha constante y de la garra que puso por 90 minutos.

Mauricio Pinilla - 1984 - (Chile - Palermo): 6
Palermo jugó para atrás y, no obstante, el equipo supo aguantar más de un tiempo y hasta logró crear algo tras encontrarse en desventaja. En ese marco, el chileno intentó brindar un poco de fantasía, con algunas jugadas positivas y mucha ayuda para Hernández. Probablemente fue el único suficiente en el equipo.

Davíd Pizarro - 1979 - (Chile - Roma): 6
Gran primer tiempo, mediocre complemento. En fin de cuentas, un partido suficiente, porque no se le puede dar la culpa a él (quien estuvo por un largo rato indisponible hasta hace un mes) por el enésimo encuentro que Roma perdió mermando en el segundo tiempo. Él, por más de una hora, lo suyo lo hizo y bastante bien.

Adrián Ricchiuti - 1978 - (Argentina - Catania): 8
Fue la figura del match por la gran lectura del juego y del partido. Disputó un encuentro fantástico, condimentado con una asistencia (en el 2 a 0) genial, que por sí misma valía el precio del boleto. La calidad y la visión de juego del italo-argentino es lo que está marcando la diferencia en este buen momento de Catania. Le dejó el puesto a Gómez tras un hora y pico de gran fútbol.

Gastón Ramírez - 1990 - (Uruguay - Bologna): 5
Tuvo la culpa de dejarlo demasiado solo a Di Vaio en la delantera, sin pero dedicarse a bajar para buscar el balón y llevarlo hacia arriba. Malesani no tuvo otra que sacarlo en el entretiempo.

Alexis Sánchez - 1988 - (Chile - Udinese): 6.5
Rozó el gol con un derechazo tremendo, que salió por cuestión de centímetros justo porque tomó demasiada comba. Esa chance fue ejemplarizadora de que el Niño Maravilla, si bien no brilló, por lo menos intentó inventarse algo.

Mario Santana - 1981 - (Argentina - Fiorentina): 7
Antes de abandonar la cancha al 74', con el ingreso de Marchionni, disputó un buen enfrentamiento. Corrió mucho, luchó a cada balón, se juntó bien con Mutu, fue una referencia importante para sus compañeros y metió el apoye inteligente para Montolivo en ocasión del 2 a 1.

Ezequiel Schelotto - 1989 - (Argentina - Catania): 7.5
Algunos piensan que, visto la pésima performance de Balzaretti, hubiera podido ser más determinante de lo que fue con sus subidas letales. En realidad, en nuestra opinión, fue justamente su gran partido, dinámico, atento, ordenado y feroz, lo que determinó la mala tarde del marcador de punta de la selección Italiana. Realmente muy positivo lo de Schelotto, quien por encima cubrió muy bien en fase defensiva.

Matías Silvestre - 1984 - (Argentina - Catania): 6.5
Primer tiempo inteligente, para cerrar con atención sobre Hernández y Pinilla. Segundo tiempo de ordinaria administración.

Nicolás Spolli - 1983 - (Argentina - Catania): 7
Prácticamente el mismo discurso hecho para Silvestre, con la diferencia que, en el complemento, tuvo que encargarse de cerrar algunas iniciativas de Pastore. En definitiva, hizo lo suyo con eficacia.

Fernando Uribe - 1988 - (Colombia - Chievo): 6
Otra vez más empezó desde el banco y también en esta ocasión jugó poco más que veinte minutos. Por encima, le tocó entrar en un partido totalmente apagado y aburrido. Por lo menos, el joven colombiano intentó pegarle al arco, con un remate que salió muy por arriba del poste horizontal.

Juan Vargas - 1983 - (Perú - Fiorentina): 8
El Hombre Biónico regresó: en efecto, ante Cesena se vio el Vargas de las pasadas temporadas. Metió una grandísima asistencia para el 1 a 1 de Gilardino, gambeteando y poniendo un centro tan fuerte y preciso que el delantero violeta tuvo apenas que trabar el cuello y dejar que el balón le rebotara en la cabeza. Luego, tras haber corrido y metido muchísimo, en la acción del 2 a 1 inventó una jugada extraordinaria, pisándola cerca de la banderilla para escondérsela a dos rivales y encontrar el espacio justo para poner un perfecto centro, que Gilardino controló muy bien para apoyárselo a Santana. ¡"Bentornato ragazzo"!

Javier Zanetti - 1973 - (Argentina - Inter): 5
Sufrió mucho las bajadas de Abate quien por ejemplo, se encontró totalmente solo en ocasión del 2 a 0. Con la garra de un gran capitán, el Pupi nunca se rindió y lo dejó todo sobre el césped, pero perdió lucidez y cometió una inútil falta sobre Cassano al final, que debía costarle la roja. Por suerte el referí lo "perdonó" y le mostró sólo la amarilla, sino Zanetti hubiera puesto en dificultades a su equipo también para el match ante Chievo.

Cristian Zapata - 1986 - (Colombia - Udinese): 6.5
El único en defensa que no sufrió ni contra Di Michele ni contra las entradas de los volantes. Hasta estuvo cerca de interceptar el remate del 1 a 0.

Mauro Zárate - 1987 - (Argentina - Lazio): 7.5
Partidazo el de Maurito, quien se movió muchísimo y bien, participó a la jugada del primer gol y prácticamente creó el tercero, con una gran iniciativa por izquierda. Cuando Lazio parecía estarse dejando escapar el match de las manos, él fue uno de los pocos que siguió creyendo en el triunfo y que logró reaccionar con categoría. La verdad que no se entendió porque Reja lo sacó al 83º, tras el empate de Nápoli y la expulsión de Biava. Se podía entender un volante en su lugar, pero sacarlo por otro delantero fue realmente un error.

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