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La suerte sonríe dos veces

BUENOS AIRES -- En pleno viaje de Niza a París, Charly Berlocq relata la historia a través de un largo correo electrónico escrito desde su teléfono inteligente, esos que están conectados en cualquier parte del mundo. En él se disculpará por responder el mensaje unos días más tarde, pero es comprensible: obligaciones de tenista y de padre en viaje, las dos tareas a la vez, no es sencillo.

La suerte que tuvo el argentino en el Masters 1000 de Roma, la última semana, no registra antecedentes conocidos. Su mote de "perdedor afortunado" -como se designan a los jugadores que perdieron en la última ronda de clasificación pero ingresan al cuadro principal por la baja de un colega- estuvo largamente justificado: no sólo accedió al single de Roma en tal condición, sino también al doble.

"Nunca he visto algo así. Es raro", reconoce, en otro correo, Greg Sharko, quien oficia de "gurú" de las estadísticas para la ATP, pero esta vez, no tiene respuestas en sus archivos para encontrar un caso similar.

"La verdad es que cuando entré de lucky-loser me puse contento y más sabiendo que entraba adelantado en segunda ronda. Yo ya venía esperando porque sabía que podía haber algún retiro, pero asimismo, habían entrado ya dos lucky-losers, y yo era el tercero, con lo cual disminuían mis chances", cuenta el jugador de Chascomús.

Berlocq creía que la oportunidad de entrar vendría por el lado del austríaco Jurgen Melzer, quien se quejaba en el vestuario por dolores en la espalda. "Luego lo vi entrenándose y me di cuenta de que las chances eran pocas". Melzer tuvo libre la primera ronda y finalmente se retiró en segunda, tras perder el primer set ante el alemán Florian Mayer.

"Llegó el miércoles y ya había organizado mi viaje a Niza. Había sacado el pasaje inclusive, y me llaman avisándome que se retiraba David Ferrer, que entraba por él y adelantado. Acto seguido, entro al vestuario y me lo encuentro a David, tenía el locker muy cerquita del mío y me dice: 'Charly, prepárate que entras tú, yo estoy con fiebre'".

"Ahora, el tipo con fiebre", reflexiona Berlocq, "mal porque no podía jugar, todavía se acerca para tirarme buena onda. Un grande".

El argentino ingresaba directamente a segunda ronda para enfrentar al croata Marin Cilic. En un partido parejo, cayó 6-4 y 6-3. Por reglamento, al perder en su debut en segunda ronda sólo gana los puntos de la primera (10 unidades), pero sí se lleva los premios de la segunda: 14.635 euros.

¿Qué sensaciones coexisten al entrar como perdedor afortunado? ¿Hay mayor tranquilidad sabiendo que la chance viene de regalo? ¿Sucede lo contrario? "La situación fue rara, porque de un momento a otro volvés a estar dentro del torneo, en competencia, y con el tiempo justo para preparar todas las cosas que uno usualmente prepara antes del partido. Además de mentalizarte, son varias emociones juntas. En fin...creo que eso lo sentí en los primeros games, que estaba demasiado nervioso. Más allá de eso, creo que jugué un gran partido. M nivel de tenis esta mejorando en relación a años anteriores y esa es la sensación que trato de llevarme", escribe Berlocq vía e-mail.

Tras la derrota, era hora de pensar en Niza. Es lo que pensaba el argentino. Pero no, faltaba el doble con Jarkko Nieminen.

"A la hora del cierre de la firma de parejas, antes de que empiece el torneo, decidimos jugar juntos, y en ese momento no entramos, quedamos dos o tres lugares afuera, con lo cual tampoco pensaba tener chances. A medida de que se retiraban del cuadro principal, fueron entrando las parejas que estaban afuera". Para esto, explica Berlocq, tienen que llegar al club todos los días y firmar la voluntad de querer entrar al cuadro, por si alguien se retira.

En el caso de Berlocq-Nieminen, tuvieron la suerte de que algunas parejas no firmaron, por olvido o por voluntad. "Después entraron Santiago Gonzalez y Juan Chela, y nosotros por el retiro de Melzer. En fin, jugamos muy bien con Jarkko, ¡y vino la semi de un torneo grande!".

En primera ronda vencieron 15-13 en el tercer set (es un tie-break a 10) a la dupla García López-Montañés, y en cuartos se impusieron a una de las mejores parejas del mundo, Zimonjic-Llodra. En semifinales, los frenaron Fish-Roddick.

Berlocq y Nieminen embolsaron 16.000 euros cada uno.

"El dinero seguro que viene bien, porque muy poca gente sabe que nosotros gastamos mucho en pasajes aéreos, hoteles (no en todos los casos, hay veces que te paga el torneo hasta que quedes eliminado), comidas para el equipo, entrenador, impuesto del torneo (en Roma era el 30%)...Cuando te querés acordar, ganamos plata pero gastamos mucho, y tenemos que seguir viajando. ¡No siempre tenemos semanas como estas! Y guarda con que te lesiones…".

"Con esto te respondo que sí, este premio viene bien para los gastos de esta gira, pero hay que pensar en seguir ganando partidos y todo viene de la mano... Mejorar cada día, intentarlo y salir a dar el máximo en cada competencia".

Berlocq finalmente llegó a Niza, ya no había más competiciones a las que entrar en Roma (por ahora no organiza el doble mixto). En la ciudad francesa, le hizo partido a Nicolás Almagro en octavos de final, antes de caer por 6-7 (5-7), 6-4 y 6-3. "Podría haber sido para cualquiera, los dos jugamos muy bien".

"Ahora, a seguir entrenando para Roland Garros y mientras viajo a París, te respondo las preguntas. Me siento cansado del partido con Almagro, pero digo: que lindos lugares puedo conocer gracias al tenis...".

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