BUENOS AIRES -- Alizé Cornet fue la primera en mostrar un crespón negro durante la primera ronda en Roland Garros. "No seré la única. Es un momento difícil para todos". El tenis francés vive una situación especial y la necesidad de apoyar a Virginie Razzano se extiende. El martes, cuando debute en primera ronda ante la australiana Jarmila Gajdosova, es de esperar que una ovación acompañe su entrada a la cancha.
Razzano acaba de perder a su novio, Stéphane Vidal, fallecido a los 32 años, víctima de un tumor cerebral que le detectaron en 2002. Vidal fue también su entrenador, y antes de morir, hace apenas una semana, le pidió a Razzano que jugara Roland Garros.
"Es duro, pero con la fuerza que él me dio, yo sigo viva y daré lo mejor de mí. Hace cuatro o cinco días le pregunté '¿Quieres que juegue?', y me dijo 'sí, debes hacerlo'. Su idea era que yo siga con mi vida, que juegue por él y que continúe luchando y siendo fuerte", explicó Razzano, 96º del ranking mundial, 16º del mundo hace dos años.
"Es muy duro para ella", comentó su amiga Cornet. "Pensé en ellos dos durante mi partido. Me di cuenta de la suerte que tengo de estar allí en la cancha, con ese stress de la competencia sobre mis hombros. Eso es nada, comparado con lo que les pasó. Cada victoria que logre en este torneo se la dedicaré a Virginie".
Con la ayuda de la periodista Dominique Bonnot, Razzano escribió una sentida carta que quedó impresa en la edición del martes último del diario deportivo L'Equipe.
"Stéphane estaba en la casa de sus padres y partió en el mediodía de hoy (por el lunes). Yo estaba con él, lo acompañé hasta los últimos instantes. Él estuvo consciente hasta el sábado a la noche. De tanto en tanto me entendía, pero no podía responderme. Yo le hablaba, le contaba los buenos momentos que me había dado. Le dije que había sido maravilloso conmigo. Que me ha hecho más fuerte. El quería que yo estuviera preparada en sus últimos momentos. Calculó que todo se hiciera correctamente", escribió Razzano.
Vidal murió a tres días de su 33º cumpleaños. Su destino era irreversible incluso después de haber sido operado hace un par de años. La situación empeoró en marzo, mientras ella disputaba el torneo de Miami, hacia donde viajó acompañada por la madre de Stéphane. Él pudo haber fallecido en ese entonces. Ella no lo sabía. En primera ronda, Razzano enfrentó (y venció) a Cornet, quien estaba al tanto de la gravedad del caso. Todos estaban enterados, menos Virginie.
Recuerdo que, durante aquel torneo, Vincent Cognet, colega de L'Equipe, me dijo entonces en el bar de prensa de Miami: "Su novio se está muriendo y ella no lo sabe". Era el deseo de Vidal que Virginie compitiera sin pensar en la situación. Al regresar a París, ella se enteró de que la situación había empeorado. Él le dijo que cada victoria suya en Miami le había ayudado a seguir luchando, y pudo prolongar su vida hasta acompañarla en su 28º cumpleaños (12 de mayo).
"En abril, me pidió que jugara la Copa Fed en España. 'Tienes que ayudar a tu equipo, ellas te necesitan, debes ser valiente', me dijo. Como yo sabía que estaría mirándome por televisión, intenté no mostrar mis emociones en la cancha", contó Razzano.
Se habían conocido hacía más de 11 años, cuando ella comenzó a entrenarse en el club de los padres de Stéphane. Con el tiempo, se hicieron amigos, ella contó que lo veía como un hermano mayor, y más tarde la relación se tornó amorosa. "Antes de conocerlo yo había tenido problemas. Pasé una adolescencia muy difícil. Hay veces que pienso: '¡Me encantaría tener un poco más de suerte!'".
Gajdosova, rival de primera ronda, admitió que será difícil jugar ese partido. "Seguramente, por lo que le pasó, le pondrá todo el corazón. Es muy duro, yo pasé por momentos malos pero no se compara con esto", indicó Jarmila, quien se separó recientemente de su colega Sam Groth.
"Siento que terminamos siendo una persona sola entre los dos", escribió Virginie. "Su recuerdo me acompañará por siempre. El ha cambiado mi vida. De su fuerza por luchar tomaré la guía que me acompañará de ahora en más...".