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Recepción espectacular para Palermo

BUENOS AIRES -- Martín Palermo, el máximo artillero boquense, tuvo una esplendorosa recepción en su último partido en La Bombonera, que nadie se quiso perder.

Ni siquiera Diego Maradona, que no volvía a su palco desde su mediática pelea con Juan Román Riquelme.

Aflojó Palermo cuando bajó del micro y olfateó lo que se venía. Nunca de tan de azul y mucho oro se vistió esta Bombonera para despedir con un "Eternamente Gracias" a este "gladiador", tal cual reseñaba una de la innumerables banderas que flamearon en la noche ribereña.

"Las despedidas son esos dolores dulces", proclamaba otro prolijísimo trapo colgado desde la segunda bandeja.

Su familia, con su papá Carlos y la mamá María Juana a la cabeza, y sus hijos Ayline y Ryduan, acompañaron desde un palco, muy cerquita al que estaba Maradona, el que le dio la gran oportunidad de jugar su Mundial en el fin de su carrera.

Pero no solo Maradona volvió a la cancha, otro fana de Boca, el ministro de Trabajo y candidato a vicejefe de gobierno porteño, Carlos Tomada, estuvo firme para recibir al gran Martín.

Desde una multitudinaria caravana que acompañó a los jugadores desde el Hotel Emperador hacia La Bombonera, hasta la primera gran ovación de la tarde cuando el goleador fue anunciado en la formación inicial, todo tuvo como destinatario al ídolo.

Pero aflojó ni bien bajó del micro y se encontró cercano a la piel de los tan exigentes al tiempo que tan fieles hinchas xeneizes, que no olvidarán los más de dos centenares de goles que les hirieron dulcemente sus gargantas.

"Aplaudan aplaudan no dejen de aplaudir, los goles de Palermo que ya van a venir", apenas el equipo saltó al campo. Palermo salió a la cancha con una especial camiseta de Boca, con un nueve en la espalda y su apellido por debajo de color dorado, para diferenciarse de sus compañeros, que los tienen en blanco.

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