BRISTOL -- "Si lo puedes soñar, lo puedes lograr" fue una frase de Wal Disney que hoy rescato para traerla a la reflexión de lo que me dejó la Copa América con la actuación de la Vinotinto. Fue por años que hemos tenido que escuchar al pesimista que sin empezar un torneo o una eliminatoria ya anunciaba nuestras derrotas y fácil eliminación. Incluso alguno que otro decía que los clasificados del grupo se determinaban por los goles que recibiría Venezuela. Me harté de escuchar coas enterradas en el mas profundo pesimismo, ese que empujó a muchos a ligar por Brasil.
Recuerdo que una vez estando en la Universidad un grupo hablábamos con orgullo de aquella Vinotinto de Savarese Rodríguez y Gerson Díaz que había eliminado a Brasil de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y uno de los que estaba en el grupo nos dijo "hasta cuando jugamos bien lo hacemos mal, porque eliminaron a Brasil". La respues fue unánime en su contra, pero era natural encontrarse estos personajes apostando a ganador seguro. Afortunadamente cada vez son menos.
Por cosas como estas fue que lucharon Febles, Maldonado, Jaimes, Mendocita, Savicente, Savarese, Dudamel, Carrero y cientos que trabajaron con pocos recursos pero que construyeron cosas importantes que hoy forman parte de los ingredientes que tiene el equipo nacional. La semilla como lo dijo Páez viene de su aporte, pero ambién el de los Placencia, Santana o Pastoriza. Son múltiples granos de arena que hoy nos permiten creer en lograrlo.
Mucho se le criticó a César Farías su forma de jugar y sus jugadores convocados y hasta cuando ganaba en amistosos hubo quienes insistían en pedir su salida del seleccionado. Hoy debemos reconocer que Farías hizo como técnico una Copa impecable, arriesgando cuando era oportuno hacerlo, sustituyendo y repartiendo roles cuando no pudo contar con Rincón o saliendo a apretar a Paraguay desde su salida o jugando al desgaste de Chile con el marcador a favor. A César lo que es de César, Porque no se puede pretender jugar como Brasil sin tener a Neymar ni Pato y tampoco jugar como Argentina sin Messi ni Tévez. Se juega como Venezuela con Rincón, Arango y Rondón. Por eso hoy veo que se creció en riqueza de esquemas, estrategias y variantes.
Hoy todos celebran no un digno cuarto puesto en el torneo de seleccíones más antiguo del Mundo. La verdadera celebración es que la Vinotinto con actitud, con preparación, talento y convicción ha demostrado que lo que por años se ha soñado se puede pelear hasta alcanzarlo y sin pesismismos llegamos mejor. Lástima que en todo este camino siempre vamos a encontrar los que tratan de aprovecharse del momento y se suben al tren del festejo tomando el triunfo como propio.