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La maldición

CARTAGENA (Enviado especial) -- Una vez más, los penales. La idea no es hacer una comparación futbolística con otras derrotas argentinas por esta vía, sino simplemente describir una especie de maldición que cayó sobre la Albiceleste, cualquiera sea la categoría, en los últimos tiempos. La aclaración previa es indispensable porque esta sub 20 está formada por jóvenes que aún tienen mucho que aprender y esta dolorosa derrota servirá para ese aprendizaje.

Lo único importante que sucedió en la caliente tarde en Cartagena fue la definición por tiros desde el punto penal. Fue el único momento de tensión y emoción tras 120 minutos ordinarios, llenos de imprecisiones y casi sin situaciones de gol. Ambos equipos se parecían tanto que terminaron anulándose y por eso llegaron de manera indefectible al momento de los remates desde los doce pasos.

Erik Lamela fue el primero en patear y lo hizo con la clase que lo distingue. Luego, Nuno Reis disparó a la izquierda de Esteban Andrada, quien fue a la derecha. Más tarde le llegó el turno a Juan Iturbe, quien no jugó nada bien pero hizo lo que tenía que hacer en el momento justo y puso en ventaja a Argentina.

El segundo penal portugués fue el primer estallido de la Selección que hoy fue visitante. Andrada, la figura del equipo, se tiró con decisión a la izquierda y atajó el remate de Danilo. Después, Hugo Nervo rubricaba la ventaja y el cuadro dirigido por Walter Perazzo se acercaba a las semis. Más cerca todavía quedó después del segundo penal atajado por Andrada. El arquero fue más inteligente que Roderick, que amagó demasiado pero tiró casi al medio, a pedir de un guardavallas muy interesante.

Argentina estaba 3-1 y con marcar uno de los dos penales que quedaban, se clasificaba. Estaba todo clarísimo, al alcance de la mano. Pero no. La maldición. Leandro González Pirez, el capitán y el alma del equipo estrelló la pelota en el travesaño y Alan Ruiz pateó débil, para que el arquero luso Mika contuviera casi sin problemas. Como alguna vez le pasó a Roberto Ayala, esta vez lo sufría el defensor de River. El líder se convertía en uno de los responsables de la derrota.

Luego, Vuletich anotó pero Nicolás Tagliafico también falló y Argentina se quedó afuera una vez más. Desde el Mundial de Nigeria en 1999 que un equipo Albiceleste juvenil no se despedía antes de las semifinales. Fue campeón como local en 2001, en Holanda 2005 y en Canadá 2007, mientras que terminó cuarto en Emiratos 2003 y no participó en Egipto 2009.

Esta sub 20 se va de la Copa de Colombia con lágrimas en los ojos por lo cerca que estuvo de llegar al último día. Tras el segundo penal atajado por Andrada la enorme mayoría de los hinchas comenzaron a pensar en el regreso a Medellín y en quién sería el rival, si Francia o Nigeria. Pero no. La maldición que recayó hace varios años en los Seleccionados nacionales se hizo notar en la ya cálida noche cartagenera.

En los próximos días será momento de analizar los virtudes y los defectos que mostró el equipo en este Mundial. De pensar si se avanzó o si se retrocedió. Hoy todo es tristeza en una ciudad que siempre está alegre pero que le mostró su peor cara a Argentina. Porque el conjunto de Perazzo hoy fue visitante. Como si estuvieran en Lisboa o Porto, los muchachos portugueses celebraron con los hinchas que los alentaron de principio a fin. Sólo unos pocos se pusieron del lado de la Albiceleste.

Otra vez los penales. Otra vez los cuartos de final. Las circunstancias son distintas, pero el paralelismo es inevitable. Como en Alemania 2006, las Copas América 2004 y 2011, el Mundial sub 17 de este año y hasta Vélez en la Libertadores. Siempre, tras una tanda de penales, es muy posible ver el sufrimiento de los argentinos. En 1990 la historia era otra, pero hoy esa suerte se dio vuelta y es el momento de sufrir.

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