Gustavo Bruzos 13y

MDQ: Diario de viaje Día #8

MAR DEL PLATA -- Ya terminaba el partido entre República Dominicana y Panamá. Apenas 38 segundos en el reloj. Edgard Sosa el "piloto" titular de los dominicanos encaró hacia el aro y con la dificultad de una marca se desacomodó su cuerpo en el aire. Al caer su grito fue la alarma suficiente para saber que algo grave había sucedido. La corraboración llegó segundos después con la cara de sus compañeros, los de Dominicana y Panamá, caras de espanto, de horror, y hasta llantos incontenibles.

El silencio se apropió del Polideportivo. Fue un instante de recogimiento, de profunda tristeza. Y lo que siguió después fue aún más triste. El jugador seguía en un grito y los primeros en llegar al lugar pudieron ver lo que era una presunción, una fractura expuesta de tibia dejaba al joven armador afuera de las canchas por un tiempo prolongado.

Vía Twitter decía nuestro columnista Alejandro Pérez: "Conmoción en el Pilo. Silencio total y Sosa gritando de dolor. Pinta para fractura expuesta, por cómo le quedó la tibia y peroné torcidos..."

Mientras el hermano de Manu Ginobili, Leandro, sintetizaba: "
Se le partió la pierna en dos, impresionante, la media evitó que se viera el hueso, final con todo el mundo triste! 92-68 para DOM."

Ingresaron los auxiliares médicos, lo trasladaron en camilla y entre llantos de todos se llevaron al jugador del Angelico Biella de la liga italiana hacia el hospital privado De la Comunidad, donde hoy mismo será intervenido quirurgicamente. Los segundos restantes se consumieron sin juego. Tras el pitazo los dos planteles se juntaron en la media cancha y rezaron por el compañero lesionado. No hubo reproches, no hubo quejas. Sólo un rezo para que el mal trago pase pronto. Y una sensación de tristeza, que quedará en el aire, aun después de terminado este Preolímpico.

PD: son las 20.30, en la sala de prensa reparten un comunicado. El jugador fue operado de su lesión, le pusieron un tutor externo y estará internado 48 horas. Luego regresará con sus compañeros. Auguran un mínimo de seis meses de recuperación. La conmoción sigue.

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