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Se desató la polémica

NUEVA YORK -- Los vehículos que echan calor, una especie de naves espaciales blancas con conductor, los ventiladores de último modelo, los secadores y las toallas... Semejante inversión en trabajo humano y maquinaria sólo puede reparar del problema, no prevenirlo. Una leve garúa ya es suficiente para alterar los planes, y provocar malhumores diversos.

La acción del día en el US Open ocurrió en los pasillos internos del Arthur Ashe, no en la cancha. La imagen es la de Andy Roddick saliendo de la oficina del árbitro general, Brian Earley, seguido por Rafael Nadal y Andy Murray. Los últimos dos se quedaron hablando un rato en el pasillo, Rafa moviendo las manos en señal de queja.

El problema era que habían jugado 16 minutos en un cemento húmedo. Nadal, que perdía 3-0 ante el luxemburgués Gilles Muller, directamente paró el partido en el Ashe, llamó a Earley a la cancha y le dijo que no podía seguir. "No es que no quiera jugar, es que no se puede jugar. Es la misma vieja historia: sólo piensan en el dinero".

Rafa luego amplió en diálogo con Pam Shriver, de la ESPN local: "Los jugadores no nos sentimos protegidos. Me gustaría tener el poder de decir que no quiero entrar a la cancha en estas condiciones". Ese poder, por ahora, está en manos de los oficiales del torneo, que depende de la Federación Internacional de Tenis.

Si la intención "malvada" de los oficiales era mandar a los jugadores a la cancha para poder justificar las entradas de los espectadores, el reglamento dice que para cumplir con el valor de los tickets en el US Open, es necesario que se jueguen 90 minutos de tenis o que se haya completado un partido. No ocurrió: Andy Roddick le ganaba 3-1 a David Ferrer y Donald Young, 2-1 a Andy Murray. Entonces, de acuerdo a la política del torneo, cada espectador recibió una entrada para ver el torneo el año próximo.

El escocés fue quien dijo, antes de jugar al mediodía, que no debían salir porque "no había garantías", como si se tratara de un partido de fútbol. En la reunión de los tres jugadores con Earley, quedó claro que no lo harían de nuevo en esas condiciones.

La organización emitió un comunicado en el que se justificaba porque el pronóstico había sido benévolo para el mediodía, que habría una ventana de dos horas sin lluvia, que tienen árbitros con experiencia, que las condiciones no eran ideales pero sí seguras, que escuchan a los jugadores como siempre lo han hecho y que los árbitros utilizan esa información para decidir si continuar o parar el juego.

"Nosotros también somos parte del show", dijo Nadal. "El fondo de las canchas todavía estaba húmedo", agregó Roddick, quien jugó unos games en el Louis Armstrong -el segundo estadio en importancia- por primera vez desde 2002, cuando le ganó en octavos de final a Juan Ignacio Chela (39 partidos seguidos en el Ashe).

"Queríamos que se sepa que no queríamos ser puestos nuevamente en esa posición. Entiendo que tienen que poner tenis en TV, entiendo el lado del negocio, pero los jugadores tienen que sentirse confortables y seguros. Para crédito de Earley, cuando fuimos allí nos escuchó, fue una conversación agradable", dijo el estadounidense.

La reunión de Rafa con los Andys dio pie a una lucida intervención de John McEnroe en su cabina de ESPN. El estadounidense hizo un repaso de la historia de la unión de los tenistas, comenzando desde fines de los '60, cuando debían pagarse todos los gastos de su bolsillo, hasta la reunión en el estacionamiento de Flushing en 1989, el germen de lo que terminó siendo el ATP Tour a partir de 1990, y lo que ocurre actualmente.

"Los jugadores necesitan tener una Unión propia, que no es la ATP. No están bien defendidos. Son tratados peor que muchos deportistas en otras disciplinas", dijo Supermac. Brad Gilbert y Darren Cahill lo secundaron en las opiniones. McEnroe volvió a pedir públicamente por un comisionado de los jugadores, como tiene la NBA u otros deportes, para la defensa de sus derechos. Esa sugerencia ya la había hecho en su autobiografía, "You Cannot Be Serious".

"¡El US Open necesita un techo!", fue el "grito" de Boris Becker vía twitter. Gilbert propuso una encuesta en su cuenta de facebook, en la que preguntaba si sus seguidores querían techo en el Ashe: al momento de escribir esta nota, 109 decían que sí, siete que no. Si bien torneos más antiguos como Wimbledon tienen techo, y Roland Garros planea tenerlo en 2016, en el US Open no está planeado. No es posible hacerlo en el Arthur Ashe por una cuestión de estructura y costos, aunque sí podría realizarse en estadios menores del complejo de Flushing Meadows.

"Se debería considerar un techo para el futuro", dijo Novak Djokovic, entrevistado después de su práctica en una cancha cubierta. El choque serbio entre el N° 1 y su amigo Janko Tipsarevic, así como el otro cuarto de final entre Roger Federer y Jo-Wilfried Tsonga, fue lo primero en cancelarse.

"Jugar tantos días seguidos es un tema más mental que físico, hay que tratar de descansar la cabeza y administrar las energías. Es frustrante esperar horas y horas para jugar, no sabés qué pasa, si te llaman para cancelar o para jugar", agregó. Djokovic tiene experiencia de ambos lados: su familia administra el ATP de Belgrado. "Me ayuda a entender más la posición del torneo, al final terminás sabiendo lo que hace feliz al jugador, considerás sus pedidos. Hay cosas que se pueden cumplir, otras que no, por ejemplo las relativas al tiempo".

A las 17 se cancelaron los partidos de octavos masculinos. En ese momento, el mayor divertimento de la gente que esperaba debajo de sus paraguas, soportando la garúa en cancha, era atrapar las pelotitas que tiraban los ball-boys. Fue el gran entretenimiento del día...

De noche, intentaron jugar las chicas: Serena Williams llegó a pelotear con Anastasia Pavlyuchenkova, pero volvió la llovizna. Los únicos contentos eran los dueños de los puestos de venta de indumentaria oficial del torneo y de las marcas involucradas: durante todo el día, hubo demanda y colas para llevarse un recuerdo.

El programa masculino indica que deberían jugar los cuatro días, de jueves a domingo, aunque anuncian lluvias para el resto de la semana. Mientras tanto, la Federación Internacional de Tenis estudia la chance de retrasar al menos un día la fecha de la Copa Davis, que comienza el próximo viernes, específicamente aquella en la que esté involucrado un jugador en carrera en el US Open. Los top-5 (Djokovic, Nadal, Federer, Murray y Ferrer) están en competencia en Flushing, y todos ellos convocados para sus equipos.

El US Open terminó un lunes en los últimos tres años. No termina un martes desde 1969.

Ahora estamos por abandonar el club y no, no está lloviendo.