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El adiós musical de Guadalajara

Los atletas disfrutaron el concierto en primera fila Getty

GUADALAJARA -- Concluyeron los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. El final se escribió con una ceremonia en el estadio Omnilife que no pudo superar el evento de inauguración. Era el mismo escenario majestuoso, con la pantalla circular sostenida desde el techo del inmueble, y de acuerdo al espectáculo impecable de la apertura se esperaba algo similar en el cierre.

Sí, hubo un espectáculo de fuegos artificiales que iluminaron la noche en el recinto imponente, que sin duda emocionaron, junto con las antorchas que se encendían alrededor del techo. Pero faltaba el nervio para que explotara el volcán. Era quizá esa apatía anímica que invade al ser humano cuando sabe que algo se acaba.

El público ya tenía conocimiento de que el cantante Ricky Martin sería el estelar y desde que estaban en sus asientos es lo único que esperaban, por lo que el resto del aperitivo les resultó tedioso y poco atractivo.

Ely Guerra fue quien abrió cantando el Himno Nacional a capela, continuó el desfile rápido de las 42 delegaciones con sus atletas participantes. Los más de 40 mil asistentes a la casa de las Chivas perdieron la paciencia con el largo discurso del presidente de la Organización Deportiva Panamericana, Mario Vázquez Raña, quien apaciguó los abucheos y silbidos cuando agradeció a los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara el haber contado con instalaciones sedes. El eterno directivo tuvo un momento titubeante que nadie le perdonó: equivocarse con el horario que cambió un día antes al decir que declaraba oficialmente clausurados los Juegos "siendo las 9:54 horas", cuando en realidad el reloj marcaba las 20:54 horas.

El gobernador del Estado de Jalisco, Emilio González Márquez se dejó llevar por sus emociones y reiteró la idea que ya habían lanzado recientemente: postular a Guadalajara para organizar unos Juegos Olímpicos. Obviamente, no precisó la fecha.

La gente ya estaba hambrienta de espectáculo, y además de esperar encenderse con la música también esperaban un despliegue tecnológico parecido a la inauguración. Quedó corto con la apertura.

Después, ni el grupo Camila, uno de los preferidos del público juvenil logró prender a la gente, pese a que sus más fieles seguidores coreaban sus canciones más representativas. Luego, The Wailers, el grupo que tocó con el legendario Bob Marley pudo rescatar el ambiente con las emblemáticas Is this love, One love, y Don´t worry about a thing, entre otras, pero es evidente que sin el vocalista líder, el conjunto ya no es lo mismo.

Y llegó Ricky Martin, sin duda salvó el final con Más, Tú eres el amor de mi vida, y La Vida Loca. El cantante se fue y ya no volvió pese a que su público se lo suplicaba.

Concluyeron los Juegos Panamericanos, las luces se fueron apagando, el silencio apenas se rompía con los murmullos de la gente, con el caos vial en el estacionamiento del Omnilife, y los recuerdos de los triunfos que cosechó México.

Se queda el mensaje de que Guadalajara debe apuntar en el deporte más allá del futbol profesional, de lo contrario, de poco habrán servido 16 años de fricciones entre dirigentes que pusieron en riesgo el proyecto de los Panamericanos.

La posdata es que continúan los Juegos Parapanamericanos del 12 al 20 de noviembre. Y después, ahora sí comenzará para Guadalajara el reto de no quedarse estacionado en la nostalgia de lo que fue y mirar hacia delante.