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La "U" está a un paso de la gloria

Todos encima de Eduardo Vargas. El crack de la "U" marcó el gol de la victoria AP

BUENOS AIRES -- La primera final de la Copa Sudamericana 2011 ya es historia.

En Ecuador, la Universidad de Chile venció 1-0 a la Liga Deportiva Universitaria de Quito.

¿Batacazo? Sí. Y no.

¿Cómo? Intentaremos explicarlo, e iremos por partes.

Para resumir esa declaración ambivalente, diremos dos cosas: 1) es muy difícil que "los albos" pierdan en su Casa Blanca, situada sobre los 2.860 metros de altura de la hermosa y colonial ciudad quiteña. 2) la "U" es el mejor equipo de este certamen y, hoy, puede ganarle a cualquiera y en cualquier cancha dentro de este continente.

¿Y entonces, está resuelta esta edición? Sí. Y no.

¿Cómo? La ventaja es importante y la sacó el que mejor está de los 2. Pero hay dos razones para que el conjunto ecuatoriano mantenga las esperanzas: 1) el gol de visitante no cuenta en la instancia de finales. 2) Liga también es un gran equipo que tiene oficio para aspirar a la remontada.

Vayamos a los detalles.

Una partida de ajedrez: eso se jugaban los dos entrenadores argentinos.

Y entre ellos existe una rivalidad futbolística muy particular.

Edgardo Bauza, de la LDU, está formado en Rosario Central. Jorge Sampaoli, de la "U", en Newell´s Old Boys, su acérrimo enemigo en "la Chicago Argentina".

Para colmo, Sampaoli ha dirigido recientemente al Emelec de Guayaquil, que en 2010 perdió la final del campeonato ecuatoriano contra, justamente, Liga.

Como se ve, una "pica" especial. Y con condimentos de todo tipo.

Bauza chicaneó con elegancia en las declaraciones previas: "Tengo buena onda con Jorge. De todos los que imita a Bielsa, es el mejorcito de todos".

Sampaoli, para no calentar el clima y sabiendo que era visitante, prefirió callar. Por ahora, claro.

Lo cierto es que dentro del campo, los chilenos fueron más inteligentes.

La partida táctica se resolvió de la forma que más temía el Patón Bauza: con la velocidad de Vargas.

Liga, por su parte, no encontró los huecos para generar peligro. La sociedad de los argentinos Equi González-Hernán Barcos no funcionó esta vez. Tuvo chances, sí, pero pocas, y falló.

Como bloque compacto, como estructura que sabe lo que está haciendo dentro del campo, los "azules" fueron mucho más. Mejor parados, más ordenados, con mejor circulación, y más certeros. Más que suficiente para justificar una victoria importantísima que podrá convertirse prontamente en histórica.

El as de espadas: esa carta tiene por estos días nombre y apellido en la Copa Sudamericana, Eduardo Vargas.

El delantero nacido en Renca hace 22 años es, además del goleador absoluto del certamen con 9 goles, la figura excluyente de la competición.

Y a los 43 minutos de la etapa inicial, convalidó todas esas credenciales.

Tras un pase quirúrgico de Marcelo Díaz, metió la diagonal de derecha a izquierda, le ganó la espalda al cierre de Araujo, superó con gambeta larga la salida del arquero Domínguez, y tocó al arco vacío para meter medio trofeo en el bolsillo de los suyos. Golazo.

A Vargas acaban de tasarlo en 10 millones de dólares, aunque muchos dicen por Chile que vale mucho más. Lo quieren todos los grandes de Brasil, pero también el poderoso Chelsea inglés, el Milan italiano, y equipos del fútbol ruso.

Es un crack. Guapo, valiente y encarador, destroza a las defensas con una velocidad electrizante. Además, tiene gol. Producto de exportación para el más alto consumo.

Un momento histórico: el popular club de Santiago, de 84 años de vida, quedó a las puertas de su primera consagración internacional.

Con empatar, será campeón. Un brillante campeón diríamos. Ya que se coronaría de manera invicta, algo que solo consiguió en la historia de la Copa Sudamericana Internacional de Porto Alegre (en 2008). Pero la campaña de la "U" es superior en números a la de aquel team "gaúcho".

Llegó la hora de la verdad. Este miércoles 14 de diciembre, en el Estadio Nacional de Santiago, estará preparada la gran fiesta "azul". La "U" está a sólo un paso de la gloria. ¿La alcanzará?