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Marcó el camino

BUENOS AIRES -- Dentro de los cálculos. Recién iniciada la segunda semana del Abierto de Australia, los latinoamericanos ya se despidieron del primer Grand Slam del año. El que acaparaba las mayores ilusiones era Juan Martín del Potro (11º favorito) y fue justamente él quien más lejos llegó, al trepar a cuartos de final. Ese fue el primer arribo de un tenista de la región a esa instancia de un 'Major' en cancha rápida desde que este argentino logró el US Open 2009.

En la previa de la cita de Melbourne, a la hora de analizar y proyectar, de alguna manera, lo que podían vivir los jugadores de América Latina se recordó que ya habían pasado seis grandes torneos sin presencia en el grupo de los ocho. En Australia, Wimbledon y el US Open de 2010 y 2011 no hubo tenistas de la región en cuartos, "ayudado" por las operaciones y lesiones que sufrieron Del Potro y su compatriota David Nalbandian y el chileno Fernando González, las figuras, todos ex top-ten.

La superficie de goma, similar al cemento por la velocidad intermedia, suele darles más de una alegría a los latinoamericanos, en especial si adoptan una postura agresiva y tratan de tomar la iniciativa. Esta vez, Del Potro cedió sin atenuantes en cuartos contra el suizo Roger Federer (3º), dueño del récord de 16 títulos de Grand Slam. Y lo siguieron el también argentino Juan Ignacio Chela (27º preclasificado) y el colombiano Alejandro Falla (80º) al acceder a la tercera rueda.

Justamente, el último representante latinoamericano en cuartos en un Grand Slam había sido Chela, en la arcilla de Roland Garros, el año pasado, tras superar en cinco sets a Falla. Precisamente, Falla logró el mejor triunfo de su carrera en esta edición del Abierto de Australia, ya que derrotó al ofensivo estadounidense Mardy Fish (8º) en tres sets, por la segunda rueda, provocando la mayor sorpresa del certamen masculino.

Esa victoria fue además muy importante para toda la legión de América Latina, ya que fue el primer varón no preclasificado de la zona en vencer a uno de los 8 principales favoritos en un Grand Slam en seis años. Sí, había pasado mucho tiempo. El anterior en darse ese gran gusto fue Chela, cuando eliminó al ídolo local y ex líder del circuito, Lleyton Hewitt (3º favorito), en cuatro sets, también por la segunda rueda del Abierto de Australia de 2006.

En general, esa situación de que un latinoamericano superara a una gran figura en un 'Major' se había dado por última vez en el citado US Open 2009, cuando Del Potro arrasó con varias figuras, pero allí fue el 6º cabeza de serie del torneo. Y si se tienen en cuenta a las mujeres, el anterior caso se dio en Roland Garros 2011, cuando la argentina Gisela Dulko le ganó a la australiana Samantha Stosur (8ª) en la tercera ronda.

Por eso, Falla dejó una nueva huella, ratificando sus progresos, consciente de que, si se la cree, en el mejor de los sentidos, es un zurdo que puede mejorar mucho el 80º puesto que ocupa actualmente en el listado. Su verdugo en la tercera instancia fue el alemán Philipp Kohlschreiber (41º), precisamente el último tenista al que pudo vencer Del Potro, en octavos, antes de perder con el mismísimo Federer.

Falla dio la nota en Melbourne, siendo inclusive el último sudamericano en doblegar a un alto preclasificado en un Grand Slam, ya que en el US Open del año pasado se impuso en el debut al serbio Viktor Troicki (15º) en cinco parciales. El caso de Chela tuvo mucha menos repercusión ya que dejó en el camino a dos adversarios accesibles hasta caer ante el español David Ferrer (5º).

Un dato a valorar -y muy poco común- es que 12 de los 13 participantes latinoamericanos perdieron ante rivales mejor ubicados que ellos en el ránking. El único caso distinto fue el del argentino Juan Mónaco (25º), eliminado en la apertura por Kohlschreiber en cinco sets. Es más: seis de los verdugos fueron top-8 y en total nueve cayeron ante cabezas de serie top-20 en Melbourne.

Sin dudas, por categoría y presencia fue Del Potro el que marcó el camino. Comenzó con altibajos, cediendo el primer set en el debut, para llevarse luego 12 sets al hilo, incluyendo tres victorias sobre rivales ubicados por detrás del 75º lugar de la ATP y el claro y alentador triunfo sobre Kohlschreiber. Por eso, fue de menor a mayor, creciendo en confianza y en su nivel, lo que les permitió ilusionarse a varios fanáticos... hasta que se encontró con el genial Federer.

En su partido Nº 1.000 como profesional, el helvético destrozó todas las esperanzas albicelestes, poniendo la balanza 8-2 a favor del europeo (4-1 en certámenes 'Majors'). De alguna manera, si bien los games ganados por Del Potro fueron el triple (nueve contra apenas tres) hizo recordar el otro duelo entre ambos en el Abierto de Australia, también por cuartos de final, en 2009. Aquella vez Federer fue una aplanadora y en esta ocasión el argentino pudo dar algo de lucha.

Si bien igualaron en cantidad de aces (cinco por lado), el suizo hizo la diferencia con su saque, llevándose el 89% de los puntos jugados con su primer servicio, frente al 57% del argentino. Además, Federer, tomando la iniciativa, como es habitual en él, conectó 38 tiros ganadores, 18 más que su "víctima". Y, como si eso no fuera suficiente, el ganador tuvo cinco errores no forzados menos (22 frente a 27).

Con claros progresos, Del Potro sigue buscando su mejor forma. Ya lo había demostrado en la gran final de la Copa Davis, cuando dio batalla en la arcilla de Sevilla y perdió con los españoles Rafael Nadal (2º) y Ferrer. Esta vez, marcó autoridad superando a los que debía derrotar, pero no le alcanzó contra la mayor solidez y los cambios de ritmo de Federer, quien se mide en semi nada menos que contra Nadal, su archirrival.

Por lo tanto, hubo señales para soñar despierto de cara al futuro. Y dos indicios los dieron argentinos. David Nalbandian (30 años), en el 87º lugar producto de repetidos períodos de inactividad por problemas físicos, volvió a rendir en un alto nivel y, tras vencer por abandono al finlandés Jarkko Nieminen (49º; campeón en Sydney), estuvo cerca de eliminar al estadounidense John Isner (16º), con el que perdió 10-8 en el quinto capítulo, con polémica incluida y multa de por medio.

La otra esperanza la aportó Paula Ormaechea (189ª), de 19 años, quien atravesó la fase clasificatoria y dejó afuera en su debut absoluto en un Grand Slam a la rumana Simona Halep (50ª), hasta ser superada por la polaca Agnieszka Radwanska (8ª) en la segunda ronda. En tanto, Dulko (68ª) fue aplastada por la rusa María Sharapova (4ª; ex reina) en el debut. Un atenuante para ella: en sus cinco últimos 'Majors' cayó ante una preclasificada y en tres casos fueron top-4.

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