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El que no arriesga, no gana

BUENOS AIRES -- Real Madrid y Barcelona solventaron sin problemas sus respectivos partidos de fin de semana por La Liga y están listos para volver a chocar por cuartos de final de la Copa del Rey, ahora en el Camp Nou.

Barcelona llega con una enorme ventaja, tras haber ganado 2-1 en el Bernabeu, pero eso no sentencia la eliminatoria ni mucho menos. Pep Guardiola lo dijo bien claro: "No me fío un pelo del Madrid", y del otro lado José Mourinho debe estar rompiéndose la cabeza buscando cómo resolver el intríngulis que le plantea en cada enfrentamiento el Barcelona.

Tratemos de ver entonces qué puede pasar este miércoles a la tarde/noche cuando vuelvan a encontrarse estos dos grandes del fútbol español y del mundo.

CLAVE 1: UN FIN DE SEMANA EXITOSO
El potencial riesgo que ambos corrían en sus compromisos ligueros nunca dejó de ser eso, solamente potencial, y ni el Athletic de Bilbao ni el Málaga resultaron obstáculos serios, sufriendo sendos 4-1 ante los poderosos.

Barcelona encontró a un Málaga al que, a pesar de las incorporaciones, le cuesta mucho encontrar un funcionamiento eficiente. Con algunos titulares descansando, caso de Xavi, Puyol y Fábregas, igual fue una máquina impiadosa que sometió una y otra vez a su rival.

Por si algo le faltaba, Messi tuvo otro partido genial, anotó otra tripleta y demostró su superioridad en jugadas en las que apiló a adversarios como si fueran conos de entrenamiento. No sólo tiene un dominio completo de la pelota a máxima velocidad, sino que además decide, a medida que le llegan los obstáculos, qué es lo mejor en ese momento dado -y rara vez esa decisión es equivocada-.

Pero si al Barcelona la victoria le sirvió para seguir al acecho, para el Real Madrid fue todavía más importante sumar de a tres, no sólo para mantener el liderazgo sino para recomponerse de una semana complicada tras la derrota en la Copa.

Le costó un poco entrar en el partido contra un equipo que ejerce mucha presión y que se puso en ventaja, pero a pesar de haber tenido una segunda ocasión, el Bilbao fue decayendo de a poco y el Madrid se hizo dueño del partido y del resultado.

En un equipo que se preocupó más que nunca por el presente, dejando atrás la derrota del miércoles pasado y evitando anticipar la revancha del miércoles siguiente, hubo altísimos rendimientos individuales también. Sergio Ramos, uno de los protagonistas de una semana polémica, fue el mejor de la cancha; Cristiano Ronaldo tuvo un enorme espíritu colectivo y se vio recompensado con los goles que lo ponen en lo alto de la tabla de goleadores.

Ojalá que Mourinho haya sacado algo en limpio también del esquema que dispuso el domingo, porque podría darle armas para soñar con revertir la historia en el Camp Nou (pero de eso hablaremos más abajo).

CLAVE 2: LA POLÉMICA
Por si hubiera sido poco con haber perdido de local ante el archirrival, tras el partido hubo declaraciones polémicas y cruzadas entre técnico y jugadores.

Sobre todo, hubo palabras que se hicieron públicas de esas que suelen molestar, y mucho, a los técnicos. Pero en esta era informática y con Twitter convertido en un micrófono abierto las 24 horas, era lógico que eso sucediera. De cualquier manera, Mourinho salió al cruce y dijo que él no fomenta divisiones y que su plantel está muy unido.

Cómo afectará al Madrid ese juego de palabras cruzadas, sólo se sabrá en la cancha. Pero la realidad también es que tanto técnico como jugadores están acostumbrados al alto perfil, con lo cual el estado público que tomaron sus dichos no debería ser más que una anécdota a la hora de jugar el partido.

CLAVE 3: LOS ÁRBITROS
Mucho se habló tras el partido de ida de la pasividad del árbitro Muñiz Fernández para sancionar las durísimas entradas de los jugadores del Real Madrid sobre sus rivales. Yo mismo destaqué durante el partido y en mi columna posterior que hubo varias jugadas que merecieron sanciones más duras.

Dicho esto, es un factor conocido y aceptado que los árbitros suelen tener mayor aprensión a la hora de tomar decisiones contrarias a los más poderosos, como es el caso del Real Madrid. Eso es independiente de dónde se juegue y por qué se juegue.

Las generales de la ley seguramente también apliquen a Fernando Teixeira Vitienes y sus colaboradores este miércoles. Sería bueno ver que hagan respetar el reglamento sin flexibilizarlo, pero con un equipo tan físico como el Real Madrid, esperen una vez más varias jugadas al límite.

CLAVE 4: EL PLANTEO TÁCTICO
Del lado del Barcelona no creo que haya que esperar nada muy nuevo: es un equipo que siempre es igual a sí mismo, es decir que respeta a rajatabla la filosofía y la esencia de su juego.

Eso no quiere decir que no pueda haber cambios. Así como tres de los titulares descansaron el domingo, podría haber caras nuevas en el Camp Nou, pensando además que el fin de semana espera un partido difícil de visitante en Villarreal.

Justamente, el hecho de ser siempre tan fieles a un estilo hace que las caras puedan cambiar pero el planteo no. Adriano podría ser una opción como lateral, tanto por derecha como por izquierda, para darle descanso a Dani Alves o a Abidal. Iniesta podría tener reposo luego de que el domingo fuera el turno de Xavi de mirar de afuera.

Son todas especulaciones, pero hay algo cierto: juegue quien juegue, el Barcelona será el mismo de siempre. Y como citamos a Guardiola arriba, coincidimos: si estuviera en el lugar del Barcelona, no me relajaría en lo mas mínimo ante un equipo con tanto poderío como el Madrid.

Y hablando del Madrid, por ahí pasa justamente el gran interrogante: ¿se animará Mourinho a cambiar y a salir a buscar la victoria que tanto necesita?

Es una elección difícil. Si no arriesga, tiene pocas chances de anotar los dos goles que necesita para soñar con el pasaje a semifinales. Pero si arriesga, puede terminar goleado y humillado una vez más.

El tema es que sin arriesgar tampoco le ha ido demasiado bien. Salvo en aquella Champions que ganó con el Inter y en una final de Copa del Rey en la que fue superado ampliamente en el juego, ser tan conservador no le ha dado mayor rédito a Mourinho. Con un 4-2-3-1 tan marcado, las oportunidades de gol no son muchas.

Por eso mencionaba arriba lo que podría rescatar Mourinho del domingo: puso juntos a Ozil y a Kaká, una combinación con la que el Madrid nunca perdió.

Tenerlos a los dos en el Camp Nou nos permitiría disfrutar de un Real Madrid (y por ende de un partido) mucho más ofensivo, pero los de blanco tendría menos chances aún de cortar el monopolio del balón que suele ejercer el Barcelona, por más que ponga detrás de ellos un doble cinco.

No creo que Mourinho se arriesgue tanto, pero hay que ver qué está pensando después de los silbidos del domingo en el Bernabeu. A cualquier técnico esas cosas le duelen y el portugués, orgulloso como pocos, tratará de dar vuelta no sólo el resultado sino la imagen de juego que dejó su equipo. Con el plantel que tiene, la exigencia de jugar mejor siempre estará presente.

La historia del club lo obliga a salir a buscar el partido, y la historia reciente lo obliga a encontrar soluciones, porque en general, en los duelos Mourinho-Guardiola fue el segundo quien salió dominador, incluso más en el juego que en los resultados.

Pero ya veremos el miércoles en la cancha qué nuevo capítulo se escribe en esta historia, si uno repetido o, por el contrario, uno distinto.

Felicidades.