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Adiós al Gran Capitán

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Con el anuncio de un retiro que ya se venía gestando desde hace algunos meses, se cierra una importante era de buenos receptores en las Grandes Ligas. Jason Varitek, el gran capitán de ese histórico equipo que terminó la sequía de 86 años sin títulos en Boston, se une a Jorge Posada, frente a cuyos Yankees, los Medias Rojas protagonizaron varios de los más importantes capítulos de esa rivalidad.

Y si queremos ponerle todavía un toque de más dramatismo a dicha situación, también Bengie Molina, que si bien no estuvo a la altura mediática de los dos anteriores, por no haber formado parte de equipos tan publicitados como lo hicieron Varitek y Posada, no se queda atrás en cuanto a éxitos, triunfos, logros y calidad, participando en dos Series Mundiales, pero en realidad siendo parte importante para llevar a tres equipos al Clásico de Otoño.

El mayor de la dinastía de los Molina, en apenas su tercer año completo como titular, llevó a los Angels a conseguir el primer y hasta ahora único título en Serie Mundial en aquel histórico otoño en el que junto a su hermano José, quien era el segundo receptor de la tropa de Mike Scioscia, le "quitaron de la bolsa" el trofeo a Barry Bonds y a sus Gigantes.

Ocho años más tarde, en una temporada histórica, Bengie participó en 57 juegos con los Rangers al inicio de la campaña, cerrando el calendario con 61 encuentros en el uniforme de los Gigantes. Ambos equipos se midieron en el "Clásico de Otoño", en una situación tan poco usual en la que el boricua obtendría anillo "sí o sí", pero en la que tampoco se puede negar que fué factor fundamental en el avance de las dos organizaciones rumbo a la Serie Mundial.

Tras un año de espera y en el que se mantuvo entrenando y en forma, pero sin recibir oportunidades de ninguna organización en las mayores, finalmente Bengie decide poner punto final a una ilustre carrera, en la que siempre se le consideró como uno de los mejores a la defensiva en su posición, y como un experto en manejar a los jovenes lanzadores.

Lo de Jorge Posada quedó bien documentado hace algunas semanas cuando tomó la decisión tras 17 temporadas, 125 juegos de Play Off y 5 anillos de Serie Mundial entre muchas otras cosas.

Pero ahora, quien fuera la contraparte de Posada en esa gran rivalidad del Beisbol en los Estados Unidos, se ha sumado también a la lista de los grandes receptores que dicen adiós. Jason Varitek se retira como el número uno entre los receptores de los Medias Rojas en juegos jugados (1,546), hits (1,307), carreras (664), cuadrangulares (193) y carreras producidas (757), superando en esos rankings a alguien tan grande y tan importante para la historia de la pelota como Carlton Fisk, aunque claro que éste ultimo no solo se desempeñó con Boston y aumentó sus números personales también en los Medias Blancas.

Más allá de lo que dicen esas estadísticas, que ya de por sí hablan muy bien del gran "Tek", éste sera recordado siempre como el gran capitán de éste equipo que rompió una maldición de 86 años sin ganar una Serie Mundial. Varitek llevó a los Medias Rojas a dos títulos de Clásico de Otoño, como el líder en el terreno y en el clubhouse, como el hombre de respeto y la inspiración.

Es cierto que a la hora de revivir momentos de aquella postemporada histórica del 2004, las imágenes son más de Manny Ramírez, David Ortiz o Pedro Martínez, pero también es cierto que el gran líder de aquel equipo lo era Varitek, y que sus números en aquella Serie de Campeonato ante los Yankees fueron impresionantes, pues bateó para .321, con 2 cuadrangulares y 7 carreras producidas.

Si bien la primera firma de Varitek como profesional fue con la organización de Seattle, nunca llegó a vestir ese uniforme, lo cual lo convierte en una de esas cada vez menos usuales leyendas que participaron siempre con el mismo equipo. 15 temporadas con los Medias Rojas, son solo superadas por las 23 de Carl Yastrzemski, 19 de Ted Williams y 16 de Jim Rice.

Un tipo serio, callado, que siempre se mantuvo al márgen de la música y el gran ambiente de vestidor de sus compañeros durante los años gloriosos, pero un gran trabajador, generalmente el primero en llegar y de los últimos en marcharse. Jason Varitek deja un gran hueco detrás del plato en Fenway Park, y una gran incógnita sobre si alguien, en ese equipo actual de Boston, está ya en posibilidad de portar esa "C" en el uniforme con tanta gallardía y con tan buenos resultados como el gran "Tek".

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