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La reconstrucción

INDIAN WELLS -- Primer cuadro, marzo de 2011. Aquel David Nalbandian que casi no podía caminar hacia la silla, lloraba de la emoción por haber terminado un partido y entregado el triunfo de Copa Davis ante un rival menor pero voluntarioso, el rumano Adrian Ungur. Horas después, era intervenido por partida doble: hernia inguinal y rotura fibrilar en un aductor; no muy lejos de donde ya había sido operado, la cadera. Al borde de los 30 años, la imposibilidad de jugar torneos seguidos sin problemas físicos era recurrente.

Segundo cuadro, marzo de 2012. A pocos meses de haber completado una gira de tres torneos consecutivos en arcilla, la superficie que menos le conviene a la cadera según el consejo médico, Nalbandian festeja en Indian Wells dos victorias consecutivas sobre rivales top ten. Lo importante es su nivel tenístico y fundamentalmente, el físico: aun con altibajos, termina en gran forma contra uno de los rivales más resistentes del circuito, Janko Tipsarevic, y 20 horas después, elimina al finalista del Masters, Jo-Wilfried Tsonga.

¿Qué ocurrió entre un cuadro y otro? El jugador y su equipo admiten dos etapas. Primero, estar sano, lo que se consiguió con el tiempo. Segundo, esa condición le permitió realizar la primera pretemporada -como se debe- desde 2008. La pretemporada es el receso de la competencia en el que, además de introducir mejoras técnicas, se trabaja fuerte en lo físico, para lograr la base sobre la cual se trabajará en el resto del año.

"Los kilómetros ya los hemos recorrido, no creas que no tengo dolores", advierte Nalbandian mitad en broma, mitad en serio, en diálogo con ESPNDeportes.com. "Fui mejorando. Tuve años muy complicados, muchos parates, operaciones, y eso te tira para atrás en lo físico. De a poco fui agarrando confianza y hoy por hoy me siento bastante bien. Ojalá pueda seguir sumando y creciendo en eso".

"Estamos comenzando a tener viento a favor", define Claudio Galasso, preparador físico del unquillense, sentado en el restaurante de jugadores del Indian Wells Tennis Garden, y amplia sobre las condiciones favorables: "Estar sano es llegar a la etapa en que la musculatura interna se fortaleciera. En la segunda, que la musculatura externa, la de la acción, estuviera bien".

La explicación de Galasso es de manual, fácil de comprender: "Los músculos de movimiento, cuando no están trabajando sobre una articulación que está sana -porque los músculos fijadores, que son internos, no alcanzan a mantener la articulación en su lugar-, empiezan a actuar ellos como fijadores. Entonces trabajan todo el día. Conclusión: en un movimiento deliberadamente rápido se lesionan. De hecho, David tuvo problemas musculares todo el año pasado, más allá de los que se conocen. Lo sé porque estoy en el día a día. Tuvo que dar retrocesos".

"Ese era el primer pilar entonces: estar sanos. El segundo era poder hacer la pretemporada. Esta vez la hicimos y el hecho de haber perdido rápido en Australia con (John) Isner nos hizo poder armar otra, antes del polvo de ladrillo", agrega el preparador, que no está sólo en la labor: lo acompañan los kinesiólogos Diego Rodríguez y Mariano Seara, quienes se alternan en los viajes, sumado a la consultoría de los médicos Miguel Khoury (Argentina) y Ángel Ruiz Cotorro (España).

"Lo de la pretemporada obviamente te ayuda", acepta Nalbandian. Se puede observar en los movimientos: rápido para llegar al lado del drive, el cual había quedado más expuesto a partir de sus problemas. Resistente para jugar más de dos horas bajo intenso calor (afirma que no le molesta el calor, sí la humedad, como ocurrió en Acapulco). En un ataque de Tsonga, el argentino corrió de un lado a otro para defender tres tiros del francés, voleas altas y smashes, situación que el año anterior habría sido imposible.

"Nalbandian estuvo muy bien con su drive, cosa que no siempre pasa. Y el problema con él es que... ¡es bueno! ¡Muy bueno!", decía Tsonga, moviendo los brazos, como explicando lo evidente. Dirk Hordoff, entrenador de Tipsarevic, comentó que "por momentos lo vi en un gran nivel, mejor que el que llegó a tener. En el circuito se sabe que cuando está bien físicamente, es de los mejores del mundo. Le faltaba continuidad y a veces jugaba un poco excedido de peso, pero ahora se lo ve muy bien". Rafael Nadal, su próximo rival y frecuente compañero de entrenamientos, dijo que "Nalbandian es un talento increíble, es de esos jugadores que, cuando están bien, es de los mejores del mundo. Será muy difícil para mí, espero cualquier cosa".

"No le doy importancia a la estadística de si le gané a un top ten", afirma Nalbandian. "Viene bien, pero me guío por cómo me voy sintiendo en cancha, las sensaciones que voy teniendo". El sabe que, en condiciones óptimas, libre de problemas físicos, puede volver a pertenecer a ese grupo. Busca un nivel de perfección no acorde con su ranking (74º, que lógicamente mejorará). Por eso se lo puede ver insultando al aire por cualquier error, aun cuando sea uno aislado, en el medio de una racha de puntos a favor.

La semana pasada, Nalbandian se entrenó con Nicolás Almagro y David Ferrer, y a ambos les ganó los partidos de práctica. "Aunque haya irrealidad porque no es en competencia", interviene Galasso, "eso te hace sentirte bien, hay atisbos de que te estás metiendo en la conversación. Para lograr los resultados de Indian Wells y estar en este nivel, David tiene que entrenarse con gente de este nivel". En su twitter, después del partido del sudamericano contra Tsonga, Almagro escribió (y se transcribe fielmente): "Partidazo de @nalbandiandavid, q clase,q garra le puso!me alegro gordito!un abrazo y enhorabuena".

"El está muy bien en la movilidad de piernas, pero todavía falta trabajar un poco lo que es impacto, estar más sólido en eso", continúa Galasso. "Aunque se lo vea con lujos y con el talento que siempre tiene, sentimos que la consistencia en los impactos debería estar mejor; es cuestión de tiempo".

"¿Cuánto hacía que David no jugaba tres torneos sobre polvo en semanas consecutivas?", se pregunta el PF. Vamos al archivo: abril y mayo de 2008, en Monte-Carlo, Barcelona y Roma. Además, hay que sumarle la Copa Davis, nueve sets en dos días. También se agregan las 4h40 ante John Isner, por más que el estadounidense proponga un juego cortado, sin mucho peloteo. Lo de Indian Wells es importante, con poco descanso en el medio, ante Tipsarevic, de los mejores en cuanto a velocidad y resistencia, y Tsonga. "Tendrá un día libre, lo que le sirve mucho", admitió Nadal sobre la necesidad de recuperación de su rival.

"A medida de que vaya jugando más partidos y torneos voy a tener que tomarme más descansos, porque no puedo jugar tanto como hasta ahora. Seguramente después de la Davis tendré un parate para descansar, recuperar un poco. ¿Cuánto? Dos o tres semanas", anuncia David. Por el momento, la agenda estaba cargada por la necesidad de jugar partidos, mejorar el ranking ("el actual no me ayuda mucho", admite), siempre con la Copa Davis y los Juegos Olímpicos en el horizonte. "Para él, los Grand Slam y los Masters 1000 son torneos de preparación", cuenta una persona que lo conoce muy bien. Tiene que ver con el momento de su carrera y los objetivos personales.

Hoy, Nalbandian y su equipo pueden trabajar tranquilos. Los preparadores están contentos porque, después de un tiempo largo, el ex finalista de Wimbledon ya puede trotar con frecuencia (antes era peligroso para la cadera, sólo hacía bicicleta y natación) y realizar piques de reacción. Progreso lento y seguro el de Nalbandian, que a los 30 años recupera el terreno que perdió.