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Perdió una batalla, no la guerra

MIAMI -- Con las rodillas que tiene, Nadal no va a llegar a los 25 años.

Leí ese comentario en diarios, en Internet, lo escuché en la radio, en la televisión, en persona. En aquel momento no existía twitter.

Nadal llegó a los 25 años, con diez Grand Slam ganados pero con problemas, es cierto. De hecho, no para de quejarse de lo exigente que es el circuito, de lo difícil que le resulta jugar tantos partidos consecutivos en cancha dura. Lo hizo hace pocas semanas., en Indian Wells, cuando explicaba el porqué de su ausencia durante febrero. Ahora que ya no integra el Consejo de Jugadores, es probable que se dupliquen sus críticas al status quo.

"La pista dura es más perjudicial para el cuerpo que la hierba o la tierra para el cuerpo, y cada vez jugamos más en estas superficies. En mi humilde opinión, habría que cambiar esto un poco", decía Rafa en Indian Wells. "Lo puedo decir ahora porque he ganado torneos grandes en pista dura. Si lo hubiera dicho antes, mucha gente podría pensar que lo hacía porque yo era un jugador de tierra", precisó Nadal. "Cuando me retire, me gustaría jugar al fútbol o al tenis, pero si continuamos como hasta ahora, va a ser muy duro hacer deporte".

Con las rodillas que tiene, Nadal no va a llegar a los 30 años.

Hoy volví a escuchar la famosa frase, con la cifra actualizada. Nadal cumplirá 26 en junio y asegura que, si bien tuvo que abandonar en Miami por la tendinitis en la rodilla izquierda, "los tendones están mucho mejor que hace tres años. El tratamiento funciona". Mañana se hará nuevos estudios.

En 2009 se agravó la tendinitis en ambas rodillas, cuando perdió en Roland Garros ante el sueco Robin Soderling. Meses después, comenzó un tratamiento: infiltración de plasma enriquecido con factores de crecimiento. Cada tantos meses, visita al doctor Sánchez novedoso en Vitoria para recibir la inyección. Rafa está obligado a tomarse descansos impensados en otros años: esta vez tocó febrero –faltó a torneos indoor en Europa y a la Copa Davis-, otra veces ocurrió en julio, después de Wimbledon, o como sucedió también el año pasado, en los torneos previos al Masters de fin de año.

Antes de comunicar oficialmente su baja, Rafa le envió un mensaje a Andy Murray, su rival, pero éste comentó que llegó a ver su teléfono cuando ya le habían comentado sobre la baja del español. Rápidamente, Nadal brindó rueda de prensa y atendió las redes sociales: escribió un mensaje en facebook y grabó un videíto en el que ofrecía disculpas a los fans, especialmente a los que habían comprado entradas.

Los pinchazos en la rodilla comenzaron en Indian Wells. El partido con Tsonga fue un sufrimiento. En apenas 17 días, comenzará su gira de canchas lentas, allí donde consigue puntos "por default", con Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros. "En 2009 competía en malas condiciones muchas veces. En 2010 y 2011 pude competir en forma perfecta. Es fantástico cuando esto ocurre. Empecé el año bien, y hoy hay malas noticias, pero así es el deporte. No podemos esperar ser perfectos cada día de nuestras vidas. Todos tenemos problemas y voy a trabajar duro para dar lo mejor de mí en Montecarlo".

Nadal ya lo internalizó: hasta el fin de su carrera, deberá convivir con este problema. El asunto es navegar la tormenta de la mejor forma posible. "Cuando me lesioné los abdominales al final del US Open en 2009, tuve que parar por un mes y medio, y no pude competir. No puedo repetir los errores del pasado, pero eso no significa que ahora tenga más miedo de jugar con dolores que antes". Afirma que piensa en hacer una buena gira de tierra pero "no es que abandono este partido por la gira de tierra solamente. Sería una falta de respeto al torneo".

Murray se encuentra entonces en una situación particular, ya que es finalista de un torneo de siete rondas habiendo jugado apenas tres partidos: la primera rueda libre por ser preclasificado, la tercera libre por el abandono del canadiense Milos Raonic (se lesionó en la práctica previa al partido) y ahora la baja de Nadal.

Los organizadores cambiaron la programación y reemplazaron al partido por un doble femenino; algunos espectadores devolvieron las entradas y recuperaron el dinero. Nadal seguirá en el consultorio, como deberá hacer desde acá hasta que termine su carrera, sea cual fuera su edad.

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