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Superficie peligrosa

MONTE-CARLO -- Rafael Nadal celebra en Monte-Carlo una victoria necesaria sobre Novak Djokovic, mientras que un puñado de colegas no guardará esta edición del torneo monegasco entre los recuerdos más gratos.

¿Puede parecerse la cancha principal del Montecarlo Country Club a cualquier club de barrio repleto de jugadores amateurs? La fotografía no será la misma, no estará el Mediterráneo allí en el fondo, pero los elementos se repiten en el rectángulo de acción. Por más bello que sea el escenario, los problemas en las superficies pueden existir en cualquier parte del mundo sin importar el presupuesto.

"Normalmente, los courts aquí son fantásticos. Dijeron que hubo problemas en la Copa Davis", comentaba al pasar Andy Murray. Hace tres semanas, John Isner mostró su progreso en tierra, cuando lideró a Estados Unidos en la victoria sobre Francia. Diez días después, comenzó el Masters 1000 en las mismas canchas, y llegaron los accidentes por irregularidades en el suelo. "Estas cosas te asustan, le puede pasar a cualquiera de nosotros", confesaba Jo-Wilfried Tsonga.

La historia comenzó en la clasificación. Sebastien Couberes, jugador francés que acababa de cumplir 27 años, enterró un pie en el court central y debió ser atendido por lo que terminó siendo un esguince de tobillo. Finalmente abandonó su partido ante el belga Steve Darcis. El mismo día, en la cancha Nº 2, el argentino Leonardo Mayer sufrió la misma lesión en el tobillo derecho, fue vendado y terminó como pudo el encuentro que perdió ante otro argentino, Federico Delbonis.

"Fue una contrapierna, se rompió la cancha y la punta del pie se fue para adelante y abajo. Tengo para varios días", le comentó Mayer a ESPNDeportes. "Hizo el split (salto) y cuando quiso arrancar, ahí fue cuando se trabó y cayó", agregó Delbonis. Mayer definió a la cancha como "blanda, fea" y por un lado encontró la parte positiva del parate por lesión, ya que pudo visitar a su familia y sentarse a pescar en Corrientes, en el noreste argentino. Todavía tiene unos días hasta poder practicar con normalidad.

"La cancha estaba blanda, y la lluvia también tuvo que ver. Leo tuvo mala suerte", opinó Delbonis. "Al ver lo que pasó esta semana, es para revisar que en tantos partidos se hayan doblado los tobillos. Una semana para analizar y ver qué opina la gente de la ATP", deslizó el argentino.

La siguiente víctima fue Juan Mónaco, quien llegaba con la ilusión de acercarse todavía más al top ten. En su choque de primera ronda ante el holandés Robin Haase, resbaló y su pie derecho quedó trabado. Después de la atención médica en cancha, probó dos puntos más y se retiró. Abandonó el club en muletas, visitó el hospital y, ya de regreso en su país, comenzó el tratamiento con sus médicos de cabecera, el cual incluyó pedalear una bicicleta fija dentro de una pileta de natación. La evolución es auspiciosa y el objetivo es llegar al Masters 1000 de Roma, el 14 de mayo.

"La culpa la tuvo también la lluvia", opinó Tsonga. "Cuando llueve, el clay se ablanda, y cuando resbalas puedes encontrar un agujero". Rafael Nadal le apuntó a la preparación de las canchas: "El clay en general no es peligroso, el problema es que la parte del fondo de la cancha no está 100% regular, y ahí es cuando se pone peligroso. Uno imagina que puede resbalar, pero encuentras una parte así (utilizó las manos para mostrar niveles de altura diferentes) y ahí es cuando estás muerto", describió Rafa, quien reconoció haberse vendado los tobillos después de conocer los accidentes de sus colegas. "Tenía miedo, la gente que cuida las canchas debería revisarlas".

En el mismo lugar en el que se accidentó Mónaco, Julien Benneteau resultó el más perjudicado. El francés corría hacia su derecha a buscar un tiro de Andy Murray y el pie derecho quedó trabado: no sólo se lastimó el tobillo, sino que sufrió una fractura en el codo. Se lo pudo ver con el partido de la Copa Fed en Besancon, haciendo flamear una pequeña banderita de plástico con la mano izquierda, mientras mantenía el brazo derecho inmovilizado.

"Si les haces cambios a la cancha de tierra como pudo haber pasado con la Copa Davis, usualmente toma un tiempo hasta que se asientan", decía Murray sobre las lesiones en Monte-Carlo. "Quizás por eso hubo algunos malos piques y haya tanto problemas con la movilidad".

La historia de los tobillos continuó este domingo pero en esto no tienen la culpa los cuidadores de Monte-Carlo. Jurgen Melzer probaba zapatillas y plantillas nuevas en Bucarest, no se vendó los pies, hizo un mal movimiento y se lastimó un ligamento en el tobillo izquierdo. Planea volver en Madrid.