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El año dorado de Steffi

Como era costumbre en la época, Graf enfrentó en la final a Sabatini. Le ganó por 6-3 y 6-3 Getty Images

BUENOS AIRES -- La relación del tenis y los Juegos Olímpicos muestra una historia de tirantez. Ahora mismo está en recomposición.

El tenis fue incluido en los primeros Juegos modernos, en Atenas 1896, y figuró en el programa olímpico hasta París 1924. Problemas dirigenciales obligaron a la ruptura: disconforme con el trato que se le daba al deporte durante los Juegos, la Federación Internacional de Lawn Tennis (como se la conocía a la FIT hasta 1977) sugirió que debía tener al menos un representante en el Comité Olímpico Internacional (COI), y a la vez sugirió al COI que cesara en su demanda a Wimbledon para que el tradicional Grand Slam no se disputara durante el año olímpico. El COI no aceptó ambos pedidos, entonces la FILT no encontró otra solución que retirar al tenis de los Juegos.

El tenis regresó como deporte exhibición en México 1968 y, tras el efectivo trabajo de reparación por parte de Philippe Chatrier, presidente de la FIT, fue readmitido en Seúl 1988. Todavía estaban frescas las imágenes de Los Angeles 1984, donde más de 6.000 personas por día asistieron a los partidos de los jóvenes que disputaban la modalidad exhibición para menores de 21. Stefan Edberg (18 años) se impuso en single masculino y la imparable Steffi Graf (15) lo hizo entre las mujeres.

Esto es increíble. Es algo que no mucha gente podrá lograr. Ahora quiero tomarme un descanso

-- Steffi, tras obtener el oro olímpico y los cuatro Grand Slams

Cuatro años después, Graf llegó extenuada a Seúl, y no sólo por el largo viaje. "Estaba muy cansada, no esperaba mucho de mí", reconocía ese mismo año en entrevista con The New York Times. La alemana de 19 años había conquistado los cuatro Grand Slam de la temporada -Australia a Chris Evert, Roland Garros a Natalia Zvereva, Wimbledon a Martina Navratilova y US Open a Gabriela Sabatini- y las victorias pasaban factura en su cuerpo. Feliz por lograr el primer Grand Slam completo desde que Margaret Court lo hiciera en 1970, la alemana llegó a Corea del Sur dos semanas antes del comienzo de la competencia y no se entrenó como podía. Había que privilegiar el descanso.

Máxima preclasificada, Graf tuvo libre la ronda inicial y, como suele ocurrir en el tenis femenino, las primeras ruedas no ofrecían (y no suelen ofrecer hoy) demasiada exigencia. Pasó en dos sets a la soviética Leila Meskhi y la francesa Catherine Suire, y encontró firme oposición en cuartos de final ante otra soviética, Larissa Savchenko (6-2, 4-6 y 6-3). De a poco, comentaba, recuperaba el nivel que había mostrado durante el resto del año y eso se comprobó en la semifinal ante la estadounidense Zina Garrison (6-2 y 6-0). En la final la esperaba quien pretendía ocupar en aquel entonces el rol de coprotagonista del tenis de mujeres: Gabriela Sabatini. La argentina también aplastaba a la rival de turno en semifinales (6-1 y 6-1 a búlgara Manuela Maleeva). Rubia contra Morocha, como en Flushing Meadows.

El epílogo sería el mismo, con la diferencia del podio y la medalla en lugar del trofeo. Sabatini comenzó agresiva, con tres break points en el primer juego, pero Graf demostró su frialdad para ganar los puntos importantes. El saque y el cachetazo de drive, sumado a un revés con slice como estiletazo, formaban un combo imposible de detener. Sabatini no tuvo la energía suficiente, Graf la movía de lado a lado ("podría haber ido más a la red, pero preferí hacerla correr", indicó luego la alemana) y cerró con estilo: un ace para ganar el primer set, un tiro ganador de derecha paralela para llevarse el partido.

El festejo fue medido, como solía ser la mayoría de las celebraciones de Graf en aquella época (con la excepción de aquel Wimbledon, brazos en alto y un "Iáaaaa" bien fuerte). En Seúl, la alemana soltó una sonrisa de emoción, miró a su padre Peter y al entrenador Pavel Slozil y saludó al público, especialmente a aquellos que hacían flamear las banderas de la República Federal Alemana (estos Juegos fueron los últimos antes de la caída del Muro de Berlín).

Recién se soltó -un poco, no demasiado- al subir al lugar más elevado del podio, mientras que Sabatini se mostraba seria, disconforme con el segundo lugar. La argentina aflojó cuando la medalla ya le colgaba del cuello. Garrison y Maleeva completaron la foto, distendidas porque en aquella época no se jugaba por el tercer puesto; con alcanzar la semifinal, la medalla estaba asegurada.

"Es increíble, algo que no mucha gente podrá lograr", decía Graf horas después. Efectivamente, se trató del mejor año de cualquier tenista profesional, mujer u hombre. Hubo colegas que ganaron más torneos en una temporada, rachas invictas que duraron casi un año, pero Steffi es la única que acredita el Golden Slam, como se llamó a la hazaña de obtener los cuatro torneos grandes y el oro olímpico, todo en un mismo año.

"Ahora quiero tomarme un descanso, veré bien cuándo reaparecer", dijo la alemana tras lograr el oro olímpico. Había acumulado un invicto de 40 partidos, y récord de 66-2 en la temporada. Tenía agendadas dos exhibiciones en Alemania Federal con Sabatini, y luego de cumplir ese compromiso descansó y se entrenó en forma liviana durante tres semanas.

Reapareció en Brighton, Inglaterra, un torneo sobre carpeta sintética que le serviría de preparación para la última cita del año, el Masters en el Madison Square Garden. Se impuso sin problemas y viajó a Nueva York: engripada, cayó en semifinales ante la estadounidense Pam Shriver y no se presentó a jugar la semifinal del doble, con Sabatini, ante Shriver y Martina Navratilova. La argentina aprovechó para vencer a Shriver y lograr el único título importante de 1988 que no perteneció a Steffi Graf. La alemana brindó en Navidad con un increíble récord de 73 victorias y sólo tres derrotas en el año.

Hoy señora de Agassi, ama de casa y sparring de lujo de cualquier jugadora que se entrene en el centro Adidas de Las Vegas, Graf conserva los recuerdos de un Grand Slam que, probablemente, nunca vea repetir.

Publicada originalmente el 29 de abril de 2012.