Paul Swydan 12y

El paso insostenible de Orioles

Los Orioles de Baltimore han estado inspirados esta temporada. Desde que fueron barridos por los Yanquis de Nueva York en la segunda serie de la campaña, tienen una marca de 24-12 y, como resultado, han subido muchísimo en los ESPN Power Rankings. Comenzaron la temporada en el puesto 28 y se han venido moviendo de forma constante --no más de ocho puestos en una semana-- hasta aparecer en el segundo lugar esta semana.

Pero aunque los Orioles han sido una historia grandiosa y han excedido las modestas expectativas que había sobre ellos cuando comenzó la temporada, la realidad es que no son tan buenos.

Una de las principales razones por las que podemos esperar que los Orioles caigan es su marca en encuentros por decididos por una carrera. En estos momentos, Baltimore tiene récord de 8-3 en ese tipo de compromisos, la tercera mejor marca del beisbol. Si ese porcentaje de victorias de .727 en duelos por una rayita se mantuviese, los igualaría con los Orioles de 1970 con el tercer mejor récord en esos encuentros desde 1901. Puede que recuerden a ese equipo: tenía a tres ases en Jim Palmer, Dave McNally y Mike Cuellar y terminaron ganando la Serie Mundial en cinco juegos. Si bien Baltimore ha tenido un pitcheo mejor del que esperábamos esta temporada, no es lo suficientemente bueno para mantener ese paso.

Los Orioles marchan octavos en las Grandes Ligas con una efectividad colectiva de 3.48, pero su FIP (Pitcheo independiente de la defensa) está en el medio de la tabla. Los abridores aparecen en el puesto 18 con un FIP de 4.04 y los relevistas en el lugar 16 con 3.77 de FIP. Una de las razones para que el bullpen se haya visto mejor de lo que sugiere ese puesto 16 es que la mayoría de sus miembros más prominentes tienen un BABIP (average en bolas puestas en juego) ridículamente bajo.

Sin contar la jornada del domingo, Pedro Strop, Jim Johnson, Luis Ayala y Darren O'Day ---quienes se han combinado para lanzar casi el 60% de los innings-- tenían cada uno un BABIP no menos de 45 puntos por debajo de los promedios de sus carreras. Johnson y Strop --que están lanzando las entradas más complicadas-- tienen un BABIP casi 100 puntos más bajo que la media de sus carreras.

Los abridores no han contado con la misma suerte, pero la parte alta de la rotación ha sido clave para el éxito del club. Jason Hammel es un pitcher nuevo desde que llegó a Baltimore, especialmente por su enfoque en la recta de dos costuras. No sólo está generando más rollings, sino también más swings fallados que nunca. Su promedio de 8.45 ponches por cada nueve entradas es el más alto de su carreras, y por bastante. Pero después de permitir dos o menos anotaciones en sus primeras seis salidas, ha cedido nueve en sus últimas dos.

Wei-Yin Chen, a quien los Orioles trajeron desde Japón, podría tener un camino más complicado para mantener su excelente comienzo de campaña. Sus 6.55 ponches por cada nueve entradas están por debajo del promedio, y aunque su promedio de strikes tirándole sugiere que su media de ponches subirá, Chen podría tener problemas como un pitcher de elevados en Camden Yards. Hasta el domingo, Chen había permitido una baja tasa de jonrones, pero ese día permitió dos contra los Nacionales de Washington. Esos cuadrangulares subieron su promedio de bambinazos por cada nueve innings a los niveles de la liga y habrá que poner atención para ver si logra mantener ese promedio en un número manejable a medida que avance el verano.

Aunque ni Hammel ni Chen ha logrado dominar por una temporada completa en las Grandes Ligas, Baltimore necesitará que ambos sigan lanzando como estrellas, porque el resto de la rotación no es tan refinada. Jake Arrieta ha lanzado bastante bien, con un FIP de 3.76 y 8.30 ponches por cada nueve actos. Pero Arrieta ha sido muy bueno o muy malo --ha permitido una o menos carreras en tres aperturas y cinco o más en otras tres. Además, su porcentaje de strikes con swing está por debajo de la norma, así que sus ponches por cada nueve actos podrían volver a su marca de por vida, 6.49.

El cuarto abridor Brian Matusz está sano y recuperó su velocidad, pero los resultados todavía no aparecen. Hasta el domingo, su relación de ponches por boleto, 1.61, lo tenía igualado en el lugar 101 entre 118 pitchers que calificaban al liderato de efectividad. El quinto abridor Tommy Hunter es aún peor. Hasta el domingo, los únicos abridores con un FIP peor que el 5.52 de Hunter eran Clay Buchholz y Ubaldo Jiménez.

Lo que quiere decir todo esto es que los bateadores de los Orioles van a necesitar seguir produciendo carreras por sacos si quieren mantenerse la pelea por el Este de la Liga Americana. Algo que, por cierto, bien podrían hacer. No importa el tipo de medición que escojamos, los Orioles tiene una de las 10 mejores ofensivas del juego. Lideran a las mayores con un ISO (slugging menos average) de .195, y tanto el slugging como el wOBA también aparecen entre los primeros 10.

Adam Jones, en particular, está sobresaliendo esta temporada: si no fuese por Josh Hamilton, mucha más gente estaría hablando de Jones como un candidato al MVP. Pero tampoco es que son a prueba de balas en este departamento: su relación de boletos por ponche demuestra que son vulnerables. El club tiene una tasa de 0.35 BB/K, la segunda peor del beisbol. Y sorpresivamente, el artistas del ponche Mark Reynolds no ha sido de los peores, pues Robert Andino, Wilson Betemit, Chris Davis, J.J. Hardy, Nick Johnson y Jones tienen peores números que Reynolds.

Hasta los momentos, los Orioles han sido una bonita historia, y su diferencial de 14 carreras a favor demuestra que no son un milagro. Pero han sido afortunados, particularmente en juegos por una carrera. El pitcheo no es tan bueno como lo sugiere esa efectividad de 3.48. Baltimore podría quedarse peleando esta temporada, pero no son, ni de cerca, el segundo mejor equipo del beisbol.

Paul Swydan cubre béisbol para ESPN Insider.

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