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Intercambio cultural

Kuznetsova está probando con Gumy de entrenador Getty Images

PARIS -- El gran salón y restaurante ubicados en la planta baja del estadio Philippe Chatrier están repletos de jugadores, entrenadores, preparadores físicos, médicos, novias, amantes, padres, hijos, personal de torneo, un cantante de ópera francés conocido, una actriz cuarentona en decadencia -- eso dicen, no la conozco-- y demás personajes del micromundo del tenis. Ahora también llegaron los juveniles, y los profesionales son menos.

Hernán Gumy, entrenador, hombre sereno, termina de hablar con Svetlana Kuznetsova, su dirigida en Roland Garros. Ella, Nº 2 del ranking en 2007, aportó una de las sorpresas del campeonato, al dejar afuera a la polaca Radwanska, hoy Nº 3 del mundo. No pudo repetir este domingo, ya que quedó eliminada frente a la italiana Sara Errani.

La rusa y el argentino atraviesan un período de prueba. "Al terminar de trabajar con Ernests Gulbis en la semana previa a Roma, me iba a quedar en Europa hasta Roland Garros, porque vine con toda la familia. Justo con Svetlana coincidimos en Barcelona, y decidimos probar. Ya nos conocemos bastante. El futuro no lo sé. No sé qué quiero hacer, honestamente".

En los últimos años, Gumy siguió un camino distinto, en latitudes lejanas. Tras entrenar a Guillermo Cañas, Guillermo Coria, y Gustavo Kuerten, comenzó a trabajar con tenistas de personalidades y pensamientos diferentes, como son el ruso Marat Safin, el letón Ernests Gulbis y ahora Kuznetsova. El nexo es el manager de todos ellos, llamado Amit.

Para el argentino se trató de un proceso de aprendizaje, una apertura hacia una cultura desconocida. Aunque hacía base en Barcelona, fueron varias las veces que permaneció en Moscú, especialmente durante su labor con Safin. "Son formas distintas de pensar, pero vos vas y ocupás el lugar que te da el jugador. Marat es muy educado, siempre me dio un espacio, me presentó a los amigos, lo mismo Gulbis. Te adaptás a los tiempos de ellos. Hay que aprender como entrenador que hay que darle el espacio al jugador. Andá vos a comer, con tus amigos, disfrutá".

"En mi caso, tuve oportunidad de conocer mucha gente y vas formando opiniones diferentes. Las visiones son distintas: nosotros somos más familieros, por así decirlo, y a ellos los noto más autoritarios en los lazos familiares o en las relaciones de pareja. Nosotros tratamos de consensuar... Tratamos", remarca, y sonríe.

"Los rusos son personas muy directas, honestas, de fuerte temperamento, de fuertes altos y bajos. Desde que se abrió la Cortina de Hierro, los potentados han podido salir a la luz, y pareciera ser que es una batalla constante por ver quién consigue el mismo reloj, pero más caro. El más inteligente quizá no es el que consiguió el reloj mas barato, sino el que lo pagó más caro", detalla el argentino.

Safin le relató las historias del cambio de paradigma. "Fue el virus del capitalismo que explotó, pero ahora está frenado. Siempre cuenta Marat que cuando Rusia se abrió, era así, a ver quién compraba el Bentley más caro". Hay una anécdota que pinta la situación: "Una costumbre de la gente potentada que se sienta en una mesa y pasa el reloj para la izquierda. El que lo recibe se lo queda unos días, hasta que se vuelven a reunir". Los negocios, muchas veces, en vez de cerrarse en una oficina a las 10, encuentran un horario peculiar: "De 1 a 4 de la mañana en una discoteca. Quizás así salen negocios que otras veces no se hacen".

A partir de su carácter tranquilo y paciente, Gumy encontró la fórmula para calmar los arranques de Safin y Gulbis, quizá los dos tenistas que más rompieron raquetas en la última década. "Son personas con carácter fuerte, que le hacen bien al tenis, no hay dudas. Son personajes que salen e la estructura del tenis. La gente necesita ver eso". Gumy aconseja "tratarlos con paciencia. A Marat lo conocía desde hace mucho. Lo que aprendí es que las personas de temperamento fuerte, tarde o temprano bajan. Solo hay que encontrar cuándo es. Hay veces que a los latinos, después de un partido, podés hablar de lo que pasó sin problemas, mientras elongan. Con Safin y Gulbis quizá era evitar la charla, verlos y no decirles nada, y encarar la conversación uno o dos días después. En ese momento, son personas de reacciones muy fuertes".

Hay un ejemplo. En 2008, Safin se recuperó en el ranking, regresó al grupo de los 100 hasta terminar top 25, y cerró el año con una final en Moscú. Allí le ganó su compatriota Igor Kunitsyn. "Fue un partido durísimo, pero a él le dolió en el alma. En eso voy caminando al vestuario y veo una cola larguísima, la puerta del vestuario cerrada y nadie entraba. Me abrí paso y pregunté qué pasaba. 'Está Marat adentro. Rompió todas las raquetas', me dicen. Bueno, está bien, me di media vuelta y salí. A la media hora golpeé, le dije que era yo, entré, cerré la puerta y me quedé un rato ahí. El temperamento fuerte tiene esas cosas, pero también los ayuda a competir y les suele ayudar en los momentos importantes".

A la vez. Safin y Kuznetsova han aprendido a trabajar como un español. "Se criaron con base española, en Valencia y Barcelona; una base que también es la nuestra", explica el entrenador incluyendo a los latinoamericanos. "Esto es horas, horas y horas, físico dos horas, tenis otras dos; a la tarde la misma rutina. Eso les hizo ser fuertes, estar muy entrenados. Al vivir en España, fueron desarrollando el carácter latino un poco".

Hoy, Safin encontró una actividad sedentaria, sentado en el escritorio como diputado en el parlamento. "Por suerte está bastante ocupado, le gusta lo que hace", comenta Gumy. Siempre tuvo esas dudas de qué haría cuando largara, pero yo lo veía un tipo inteligente, que siempre dio todo por su país. Su imagen es intachable en Rusia. Se movió bien y hoy es una persona difícil de acceder, digámoslo así. Se va a las siete de la mañana y vuelve a la una. Todo el día en la oficina, feliz y con decisiones por tomar. Es bueno saber que en tan corto tiempo se pudo posicionar bien, indica lo inteligente que es y lo bien que sabe manejarse".

Gulbis todavía sigue en el intento: Gumy trabajó con él en dos períodos y el letón no hace pie en el circuito. En varias entrevistas habló de falta de motivación y amenazó con el retiro a los 23 años. "Si juega al tenis es porque quiere ser bueno, es lo que siempre comunicó. El hecho de ser millonario tiene sus pro y contras. Hay mucha gente que no lo tiene y es difícil, hay gente que lo tiene todo y también lo es. Lo ideal es que el jugador encuentre el balance. De Ernests lo que puedo decir es que es excelente jugador. Cuando ha tenido un poco de orden pudo explotar y todavía está a tiempo, es joven. ¿El retiro? Volvemos a lo mismo: es parte de la cultura. Marat quería dejar de jugar a los 25 años. Son muy determinantes, para las buenas o las malas. Escuchar eso de Gulbis, que tiene un potencial, parece un afirmación de alguien que ya lleva 10 años jugando...".

Mientras decide su futuro con Kuznetsova –"Es la primera vez que entreno a una mujer; se siente contenta, hacía rato que no ganaba dos partidos seguidos"-, Gumy permanece en su base de operaciones en Barcelona. "Tengo tres chicos de cuatro, dos y un año. Por ahora no hay tantas responsabilidades de la escuela. Vinimos antes del Godó y me quedo en el departamento hasta Wimbledon. Son dos horas de viaje a los torneos. Si no, es difícil hacerlo. Encontramos ese balance por ahora, después veremos".