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Pobre final para el mejor

Del Potro perdió con Federer en el 5º set en cuartos Getty Images

BUENOS AIRES -- Se terminó Roland Garros para los latinoamericanos. Si bien el saldo final fue bueno, el desenlace no dejó una grata sensación, ni mucho menos. Es que el mejor, Juan Martín del Potro, arribó a los cuartos de final y se marchó tras ir arriba y luego desdibujarse contra el suizo Roger Federer. Además, el también argentino Juan Mónaco, el actual número dos de la región, llegó a los octavos y fue arrasado por el español Rafael Nadal.

Es cierto que América Latina vivió ediciones históricas, jornadas de gloria en la tradicional arcilla rojiza del Abierto de Francia y algunas realmente para el olvido, mientras que este 2012 fue aceptable, pero no dejó una marca grabada a fuego. Es que el Mundial de polvo de ladrillo, en el que todos sueñan con hacer ruido en la Ciudad Luz, no tuvo un gran brillo para los tenistas de la región, aunque más de uno lo recordará con alegría.

En general, suele pasar que la última imagen es la que pesa más. Y eso se refleja claramente en lo vivido esta vez en la hermosa París. Es que Roland Garros dejó un feo sabor de boca, amargo, cuando parecía que podía ser muy positivo. Así y todo, hubo motivos para destacar, como el hecho de que 12 de los 14 participantes sudamericanos perdieron contra rivales mejor ubicados en el ránking. Cuatro de ellos cayeron ante tres de los top-4 del mundo y otros cuatro se despidieron frente a otros cabezas de serie.

Así, mientras la capital gala continúa siendo el centro de las miradas del mundo tenístico entero, los fanáticos latinoamericanos vuelven a ver "de afuera" el segundo Grand Slam de 2012. Y fue Del Potro, como era previsible, el que jugador de la región que más escaló. El ex Nº 4 de la ATP, ahora 9º, no pudo repetir las semifinales que alcanzó en este certamen en 2009, cuando cayó ante Federer, el posterior campeón, tras estar 2-1 en sets.

Esta vez, la historia también se resolvió en el 5º capítulo, con el agravante de que la ventaja que había tomado el argentino había sido de 2-0 en sets. El ganador del US Open 2009 -derrotó justamente al suizo en cinco parciales en aquella final, tras ir 1-2 en sets- volvió a ser presa de su ídolo, al que tanto admira y respeta, cediendo en la batalla principal en la elite, la que se debate a nivel psicológico y pesa más que determinados argumentos estratégicos.

Pensar que este año Del Potro había perdido los cuatro duelos con Federer y sin ganar un solo set. Arribó a cuartos, ante un choque siempre especial, con marca de 2-11 frente al talentoso helvético, el récordman histórico de títulos de Grand Slam y de victorias en los 'Majors'. Hizo pesar su terrible potencia en los dos primeros parciales, buscando forzar al europeo, al que dominó con la derecha y un revés siempre regular y peligroso.

Nada de lo que pasó después de ese momento tuvo relación con lo visto antes. En cada uno de los sets restantes, Federer consiguió rápidos y oportunos quiebres de saque para adelantarse 3-0 en el tercero y en el cuarto y 3-1 en el quinto. El suizo volvió a la receta de otras tantas veces contra Del Potro, buscando muchas variantes, a tener el control con su gran mano y a molestarlo con pelotas bajas y al centro. En síntesis: no le jugó dos pelotas seguidas iguales.

El veloz tercer set y el aún más vertiginoso cuarto ya mostraban que la guerra mental era propiedad de Federer. Más estático, dubitativo y errático, el argentino fallaba y seguía fallando más de lo que acertaba. Apenas opuso un poquito más de resistencia en el final del quinto parcial, pero no le alcanzó. Y no es hora de recaer en la molestia que viene arrastrando en una rodilla, ya que el propio jugador dijo que si perdía no pondría esa dolencia como excusa.

Fue una pena porque, si bien llegaba con altibajos, habiendo ganado tres de sus cuatro encuentros en cuatro sets, con bastante esfuerzo, se veía a un Del Potro con confianza y punzante. De hecho, así lo mostró en el arranque, hasta que se diluyó y terminó sin respuestas, ni tenísticas ni psicológicas. Igualmente, en unos días estará más frío y valorará, en especial, el triunfo en octavos sobre el checo Tomas Berdych (7º), futuro rival en septiembre, en Buenos Aires, por las semifinales de la Copa Davis.

Así, Del Potro volvió a ser el líder de los latinoamericanos, igualando la tarea de su compatriota Juan Ignacio Chela (44º), que quizás se despidió de París, al ceder en el debut ante el chipriota Marcos Baghdatis (42º), quien en 2011 también trepó a cuartos. En tanto, de los presentes, el que tenía mejores antecedentes en Roland Garros, el también argentino David Nalbandian, semifinalista en 2004 y 2006, mostró una pobre imagen al caer en la primera rueda frente al rumano Adrian Ungur (92º).

El que sí tuvo un buen paso por la capital francesa fue Mónaco, el otro preclasificado latinoamericano (13º), al repetir su techo de los octavos en los Grand Slam y en este campeonato en 2007, aunque se deslució en el final. Mostró su versión mejorada de este año, con más solidez y punch, recuperado de la lesión de tobillo, en especial en su triunfo de la tercera ronda ante el ofensivo y gran sacador canadiense Milos Raonic (19°), en cinco sets y tras estar 1-2 en parciales.

Aunque su adiós fue impactante, ya que Nadal (2°) dejó otra vez en claro que es el rey absoluto en polvo de ladrillo y por algo pretende conseguir el récord de siete títulos en Roland Garros. El español, gran amigo del argentino, ya lo había destruido en la final de la Copa Davis 2011, en Sevilla, cediendo cuatro games. Esta vez, Mónaco apenas pudo llevarse dos juegos y cedió dos sets por 6-0. Muy simple: aún jugando bien en el primer parcial, se notó que, ante estilos similares, volvió a prevalecer por lejos el mejor.

En tanto, otros tres sudamericanos se hicieron sentir, al lograr triunfos valiosos sobre cabezas de serie y meterse en la tercera rueda. El argentino Eduardo Schwank (192º) pasó la etapa clasificatoria, derrotó al letal sacador croata Ivo Karlovic (59º) y al alemán Florian Mayer (32º preclasificado) para igualar lo hecho en París en 2008, su mejor labor previa en los 'Majors'. Pero luego chocó contra Nadal, el monarca de las defensas y los contragolpes, obteniendo por lo menos ocho games en tres sets.

Otro argentino, Leonardo Mayer (62°) eliminó al belga Olivier Rochus (63º) y al alemán Philipp Kohlschreiber (24º favorito). Se despidió al perder fácil con el español Nicolás Almagro (12° candidato), copiando lo hecho en este certamen en 2010 y 2011, en sus mejores actuaciones en los Grand Slam. Se mostró agresivo, apoyado en su saque, y dio una buena señal de recuperación.

Además, el sólido colombiano Santiago Giraldo (50°) cerró su mejor tarea en los grandes torneos, ya que nunca había superado la segunda rueda, mientras que en el Abierto de Francia había caído en el debut en los cinco años anteriores. Dejó afuera a su connacional Alejandro Falla (52º) y al australiano Bernard Tomic (25º cabeza de serie), hasta que cayó frente al escocés Andy Murray, el Nº 4 del mundo, en tres sets. Por eso, algunos festejaron más que otros, aún cuando se despidieron antes.